Con sus testimonios reafirmaron la responsabilidad de la empresa, el SMATA y el gobierno de Isabel Perón en el genocidio
Miércoles 19 de junio de 2019 23:43
Una nueva audiencia se desarrolló este miércoles en los Tribunales Federales de San Martín por el secuestro y desaparición de 14 obreros de la empresa, ocurridos entre 1976 y 1978.
En este juicio no hay ningún empresario de la multinacional alemana, ni dirigentes de la Lista Verde del Smata imputados. Se juzga solo a seis militares por crímenes de lesa humanidad cometidos en los cuatro centros clandestinos de detención que funcionaron en el complejo militar de Campo de Mayo.: Santiago Omar Riveros, Eugenio Guañabens Perelló, Miguel Hugo Castagno Monge, Carlos Eduardo José Somoza, Carlos Francisco Villanova y Benito Ángel Rubén Omaecheverría.
Serán juzgados.
Muchas de las víctimas que pasaron por esos centros clandestinos de detención y tortura eran trabajadores y activistas, miembros de comisiones internas de fábricas y empresas. En el caso de Mercedes Benz, algunos de ellos fueron Alberto Francisco Arenas, Juan José Mosquera, Jorge Alberto Leichner Quilodran, Alberto Gigena, Diego Eustaquio Nuñez, Fernando Omar Del Contte que continúan desaparecidos y Héctor Aníbal Ratto, que sobrevivió y por su estado de salud declarará en julio.
Testimonios obreros
El primero fue Ramón Segovia, que trabajó en la planta de Gonzalez Catán desde noviembre de 1974 y hasta diciembre de 1993. Fue parte de los trabajadores de base que se oponían a la conducción cómplice de la dictadura de José Rodriguez, y elegido delegado en 1978 y comisión interna en 1984.
Ramón relata como era la situación de los obreros de Mercedes poco antes del golpe: "La huelga de 22 días días de 1975 se inicia porque como trabajadores estábamos disconformes con el sindicato por como estaba llevando adelante la negociación paritaria. Había mucho malestar entre los trabajadores de base y la comisión interna estaba totalmente controlada por el sindicato. Nosotros les pedíamos que se consulten los puntos que se iban a firmar y ellos se negaban a hacer asamblea. La base elige delegados paritarios que eran presionados por el sindicato en la sede de la calle Belgrano".
El malestar se profundizó hasta terminar con la huelga del 75, hubo una asamblea autoconvocada por los trabajadores en la que echaron a los burócratas y eligieron nuevos representantes.
Ramón continúa su testimonio: "Durante el conflicto hubo despidos de compañeros entre los que habían luchadores muy reconocidos por los trabajadores, el conflicto siguió y uno de los puntos que nosotros pedíamos y era una condición era que reingresen los despedidos. Los estaban despidiendo porque eran compañeros reconocidos por nosotros como representantes".
Con esa lucha lograron la reincorporación, un aumento del 100 % y se logró el pago de los salarios caídos.
El SMATA y el gobierno de Isabel al servicio de los genocidas
"Una vez que volvimos a trabajar con el gremio ya no había relación, nos denunciaban públicamente con solicitadas, el ministro de trabajo era Carlos Ruckauf. En esas solicitadas decían que éramos proahijados por la subversión y todo fue en el 75, en un gobierno constitucional, no estaba la dictadura todavía", aseguró Ramón.
Relató que entre todos los trabajadores se cuidaban, porque había infiltrados entre los operarios. "Una vez ingresó una persona en el turno noche y mientras trabajaba se le cayó una pistola aparentemente militar que la vigilancia no detectó cuando había hasta detectores de metal para el ingreso. Desde ese día esa persona no pisó más la fábrica".
El golpe
"El día del golpe yo estaba trabajando de noche, escuché el comunicado Nro 1, empezaron las desapariciones", recuerda.
Ramón contó como los militares se llevaron secuestrado de la fábrica a Héctor Ratto el 13 de agosto de 1977. Juan Rolando Tasselkraut era uno de los gerentes de Mercedes Benz. Ratto fue obligado a ir a su oficina y le pidió que se entregara, mientras estuvo ahí escuchó que el gerente que les daba el domicilio de Diego Núñez, otro trabajador secuestrado ese mismo día y que continúa desaparecido.
A Ratto desde la planta lo llevaron a una comisaría y luego a Campo de Mayo, donde estuvieron otros trabajadores de Mercedes.
Ramón asegura "La empresa les dió los datos a los represores, ví algunos legajos en el Juicio por la Verdad de La Plata con la foto que nos sacaban cuando entrábamos a trabajar a Mercedes Benz".
El sindicato no hacía nada por los desaparecidos, todo lo contrario
En plena dictadura los obreros de Mercedes hacían colectas para las familias de sus compañeros desaparecidos. Ramón recuerda: "Hacíamos la colecta sin que se entere la empresa porque era muy peligroso, iban 3 o 4 compañeros a llevarles lo que se recaudaba todas las quincenas".
"Jose Rodriguez ayudado por algunos políticos en el 84 volvió a tener el control del gremio y nunca se hizo cargo de los desaparecidos.
A pesar de la dictadura y las desapariciones, el espíritu de lucha de todos los compañeros era muy grande", relató Ramón.
Los otros tres testigos y ex trabajadores fueron Jose Auta, Hector Leisy Aldo Segaul, que ratificaron lo declarado por Ramón Segovia, marcando la responsailidad de la empresa como de la burocracia sindical de Smata.
A pesar de la dictadura genocida, la exigencia por la aparición con vida de los compañeros desaparecidos se convirtió en la principal demanda de todos los obreros de Mercedes Benz.
La próxima audiencia será el miércoles 26 de junio, día en que comenzará la causa 468 de este megajuicio por los crímenes de lesa humanidad contra víctimas de la zona Zárate Campana, ocurridos en Campo de Mayo.