Representantes de ambos colectivos explicaron en las jornadas “L’Altre Fòrum” celebradas en Barcelona como enfrentan las nuevas modalidades en ascenso de precariedad laboral.
Pere Ametller @pereametller
Jueves 19 de abril de 2018
La lucha de los trabajadores de Deliveroo el pasado verano llenó informativos y diarios. No era para menos, a pesar de tratarse de trabajadores autónomos llegaron a protagonizar varias jornadas de huelga. Éstas fueron el punto culminante de un proceso previo de organización, que estuvo motorizado por la reacción ante un grave ataque de la empresa. Ésta empresa de la llamada “economía colaborativa” quería empezar a pagarles por pedido, en vez de por hora, como hacia hasta el momento.
La demanda principal de los “riders” era y sigue siendo ser considerados como trabajadores de la empresa, lo que realmente son.
Su figura es conocida como la de “falso autónomo”, ellos corren con los gastos de las cotizaciones sociales, el vehículo... y la empresa decide absolutamente todo sobre su trabajo. La ausencia de un contrato laboral en régimen de asalariado les supone unas condiciones laborales de miseria, con jornadas de 10 y 12 horas para terminar llevándose 800 euros limpios al mes.
Tal y como explicaban en la charla “para cumplir los plazos de entrega te juegas la vida, hay compañeros que han chocado y han estado hospitalizados”. Conra esto reclaman que les “paguen las cuotas de autónomos, eso le costaría a la empresa millones que ahora tienen de beneficios”. Sus demandas son “pluses por lluvia, pluses en pedidos que excedan cierta distancia, seguro laboral en caso de accidente, que la empresa nos pague cada mes una parte de la cuota de autónomos, horas semanales garantizadas a partir de la antigüedad del trabajador en la empresa... aunque nuestra máxima aspiración y a lo que todos queremos llegar es a ser contratados directamente por la empresa.”
.@ridersxderechos "Reclamem que ens paguin les quotes d'autònoms, això li costaria a l'empresa milions que són els que ara tenen de beneficis"
— EsquerraDiari.cat (@EsDiariCat) 17 de abril de 2018
También estaba en la mesa un miembro de “Càrnies en Lluita”, un grupo de apoyo a los trabajadores en lucha de la empresas cárnicas de la comarca de Osona. El precio elevado del cerdo y la presencia de la empresa Tarradellas ha impulsado el sector cárnico en esta comarca.
Esto ha llevado a problemas ecológicos y a una explotación enorme de los trabajadores. Empresas como la reina del fuet, especialista en anuncios amables y familiares, se niega a contratarlos como trabajadores. Opta por la fórmula de las “falsas cooperativas”.
Una práctica similar a la de Deliveroo, en cuanto a que al negarles una relación laboral con la empresa se les priva de los derechos básicos de los trabajadores alcanzados con años de luchas como: vacaciones pagadas, baja por enfermedad, derecho a huelga, antigüedad... Pasan a ser cooperativistas que “colaboran” con estas grandes firmas.
.@CarniesEnLluita "Tracten d'enfrontar als treballadors amb diferències en les condicions laborals segons el país de procedència"
— EsquerraDiari.cat (@EsDiariCat) 17 de abril de 2018
El representante de la plataforma de apoyo explicaba como “la empresa hace todo el proceso de producción, pero los beneficios vienen sobretodo de la explotación de los trabajadores de las falsas cooperativas”. Esta situación de precariedad, los altos ritmos de trabajo y la falta de prevención laboral les lleva a tener un accidente por semana, muchos de ellos graves. Incluso se ha llegado a alentar los enfrentamientos entre trabajadores de distintas nacionalidades para fomentar la división entre los trabajadores.
Contra esta situación en dos empresas se han comenzado a organizar y han ido a la huelga por la mejoras de las condiciones laborales. Los trabajadores de la la primera empresa que hizo huelga fueron a otros centros para extender la lucha. En un primer momento no funciono porque los trabajadores temían las represalias. Pero con astucia, hicieron una consultoría laboral donde poco a poco se pudo tejer una organización que desembocaría en asambleas de centenares y en una importante huelga.
En ambos casos, a pesar de legalmente no tener derecho a huelga, la unidad, la organización y la combatividad han permitido a los trabajadores hacer valer sus derechos. Son dos ejemplos de como los trabajadores en una situación más vulnerable han conseguido organizarse y luchar.