El Ceprodh presentó una denuncia en Procuvin contra los policias que este viernes golpearon salvajemente y detuvieron ilegalmente a dos trabajadores aeronáuticos
Jueves 17 de agosto de 2017 12:32
Barrio de Flores. Es sábado a la noche y faltan horas para la elección nacional del último domingo. Dos jóvenes apasionados por la música, la vida y la política salen de un recital de rock. Continúan su momento de esparcimiento discutiendo sobre política, discusión que es escuchada por un vecino que se queja con los policías que todos los fines de semana “vigilan” las salidas de los boliches de la zona. Los uniformados exigen a los jóvenes que se vayan del lugar. Estos, que además son trabajadores de Aerolíneas Argentinas, se dirigen a la parada del colectivo para irse a su casa. Era tarde. Los policías querían darles una lección. Pareciera que ni la música ni la discusión política apasionada son para los jóvenes trabajadores. Alan y Nicolás fueron brutalmente golpeados por varios policías de la Ciudad de Buenos Aires. Alan perdió el conocimiento, aun así lo siguieron pateando en la cara y la cabeza estando desmayado. A Nicolás, ya esposado y en el piso, le descargan gas pimienta directamente en los ojos. Los mismos policías deciden detenerlos por atentado y resistencia a la autoridad. Cursan su detención en la celda contigua a la de un reconocido acusado por narcotráfico, el mismísimo Pérez Corradi.
Para sorpresa de los uniformados que los custodian, un grupo de abogados del Ceprodh junto con Alejandrina Barry, hija de desaparecidos, exigimos incansablemente verlos. Al mismo tiempo Myriam Bregman, Liliana Mazea y Matías Aufieri presentan un habeas corpus en su favor, desconocemos su estado de salud y atención medica brindada, solo sabemos que están fuertemente golpeados por la Policía.
La policía hace lo mismo cada fin de semana, en cada barrio. Esta vez no sería sin consecuencias.
El juez a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 18 junta las pruebas y los testimonios. Los policías, supuestamente agredidos no tienen ni un rasguño. Los presuntos agresores tienen la cara deformada por los borcegos policiales. Algo no cierra.
Desde el Ceprodh seguimos acompañándolos ahora en el Juzgado exigiendo su liberación. Alan y Nicolás son liberados al día siguiente. A los pocos días llegan las filmaciones de los hechos. Los trabajadores son sobreseídos y ahora la investigación se sigue contra los policías de la Ciudad.
Alan y Nicolás no tienen miedo y están decididos a que su padecimiento sirva en la lucha contra la violencia institucional, la represión y el gatillo fácil de la policía. Por eso, acompañados por los abogados del Ceprodh, en el día de hoy formularon una denuncia formal contra la Policía de la Ciudad ante la Pocuvin, el relato en primera persona habla por sí solo.
Ellos no están solos, no han dejado de llegar apoyos de organismos como el CELS, la Defensoría del Pueblo, Correpi, también de la Comisión Interna de GPS Aeroparque, Delegados de LAN Aeroparque, de la Candidata a Legisladora Porteña Myriam Bregman y de Nathalia Gonzalez Seligra, Diputada Nacional por el PTS-FIT.
Lamentablemente esto no es un hecho aislado, las fuerzas represivas del Estado repiten este accionar y con impunidad total. Desde un principio denunciamos a las fuerzas como lo hicimos con la Policía de la Ciudad desde su creación como fruto de la fusión entre la Policía Federal y la Metropolitana, ambas con un frondoso prontuario delictivo y que mantienen en sus altos mandos integrantes de las fuerzas de seguridad que tuvieron actuación durante la última dictadura militar. La misma Policía que hace un mes asesinó a Cristian Toledo en Barracas.
Los casos como estos son vividos todos los días por los jóvenes en los barrios, donde se utiliza la figura de resistencia a la autoridad para detenerlos luego de haber sido fuertemente golpeados, y muy lejos de haber cometido un delito son víctimas de la violencia institucional que ejerce la Policía. Según datos oficiales, en el último año se duplicaron los casos de detenciones por resistencia a la autoridad, que vemos aquí como concluyen.
Habiendo alcanzado el sobreseimiento de Alan y Nicolás, ahora continuamos la lucha contra los verdaderos agresores, la Policía, exigimos su exoneración y enjuiciamiento, y repudiamos el accionar de esta institución que sistemáticamente descarga todas sus fuerzas sobre la juventud y los pobres.