Mientras Larreta dice hacerle la guerra al coronavirus, trabajadores y trabajadoras del Hospital Álvarez nos enviaron diversas denuncias sobre las condiciones en las que se encuentran trabajando frente a la pandemia del COVID19.
Miércoles 18 de marzo de 2020 10:34
"Faltan barbijos", "durante el fin de semana no tenía guantes, alcohol, ni toallas de papel", "tenemos un barbijo solo para todo el servicio", son algunas de las frases que nos hicieron llegar las enfermeras, enfermeros, camilleros y trabajadores del lavadero del hospital.
Además, denuncian jornadas laborales extenuantes por falta de personal, siendo pocas enfermeras para atender a decenas de pacientes y que en muchos casos tienen dos o tres cargos para llegar a fin de mes.
También informan que personal con enfermedades preexistentes no está siendo autorizado a tomar licencia por prevención, siendo un grupo de riesgo, como dispuso el Gobierno Nacional, "hasta que no llegue información formal del Gobierno de la Ciudad".
Sabemos que estas situaciones se dan en los diferentes hospitales, como reflejamos en esta nota.
Nos cuentan que el Hospital está recibiendo solo pacientes febriles, con suspensión de atención de consultorios externos y quirófanos. Es que el sistema de salud no está en condiciones de enfrentar una crisis como la que se está planteando, dejando a la deriva a los cientos que esperan un turno hace meses, que solo pueden recurrir al sistema público de salud, porque están desempleados, sin obra social y mucho menos con capacidad de pagar una prepaga.
No podemos olvidar que este Hospital está en el barrio de Flores, cercano al barrio 1-11-14, donde viven miles de trabajadores y trabajadoras precarios, en negro, quienes muchas veces no tienen garantizado el acceso a los insumos básicos de prevención como jabón y alcohol en gel, dicho sea de paso, quienes por estar precarizados tampoco cuentan con derecho a tomar una licencia y están más expuestos a un posible contagio.
Mientras el mundo está pendiente de cómo avanza o se frena esta pandemia, son las trabajadoras y trabajadores de la salud quienes están en primera fila. Quienes reciben aplausos multitudinarios desde los balcones en España, por ser principales protagonistas en esta terrible situación, los que día a día ponen sus conocimientos al servicio de la población que sufre la desidia de sistemas de salud desfinanciados y vaciados durante años, haciendo malabares con los pocos recursos que provee el Estado.
Es necesario que el Gobierno Nacional contrate más personal, porque nadie se pregunta ¿quién cuida a los que cuidan? Se está planteando re contratar a enfermeras jubiladas, que son un grupo de riesgo, habiendo cientos de médicos ya recibidos, esperando para rendir exámenes de residencia y personal de salud desempleado, deberían ser contratados directamente con plenos derechos laborales, como también reincorporar al personal despedido en los últimos años como los trabajadores del Hospital Posadas y el pase a planta permanente de todos los sectores tercerizados o precarizados. Son necesidades de primer orden para cuidar la salud de los trabajadores y trabajadoras.
Como denunció la diputada del Frente de Izquierda, Alejandrina Barry, ante las autoridades del Ministerio de Salud, no podemos aceptar que se esté trabajando sin los elementos necesarios, básicos para prevenir el contagio del personal, el Estado debe garantizarlo en los hospitales y hacer repartos masivos de forma gratuita para prevenir a la población. Es urgente la producción propia de test rápidos o la compra e importación inmediata si eso no fuera posible. Hacen falta millones de test para poder detectar el virus rápidamente en cada persona que presente síntomas y evitar así la propagación.
Estamos a tiempo de evitar situaciones catastróficas como la de Italia, donde los mayores de 80 años son directamente calificados como “no prioritarios” y prácticamente condenados a muerte.
Hay que establecer un sistema de salud único, en manos del Estado y controlado por trabajadores y trabajadoras. Es necesario absorber en el mismo a la salud privada y también la producción que hacen los laboratorios. Solo así se puede garantizar la producción y el acceso al alcohol en gel, jabón, lavandina, guantes o barbijos.
En ese marco, el pago de la deuda pública no puede seguir siendo un eje prioritario de la política del Gobierno. Es necesario dejar de pagar esa deuda ilegal, ilegitima y fraudulenta, así como afectar las ganancias de todos los que lucran con los negocios de la salud, para poner esos fondos a disposición y así poder enfrentar la crisis del coronavirus aumentando el presupuesto destinado para la salud.