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Red Internacional
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Estados Unidos. Desde Alabama: así se vive la lucha por un sindicato en Amazon

Desde Birmingham, Alabama, nuestra compañera Tatiana Cozzarelli de Left Voice, sitio en inglés de la red de diarios La Izquierda Diario, relata cómo es hacer campaña por el sindicato de Amazon. Toda la comunidad está apoyando a estos trabajadores.

Lunes 22 de marzo de 2021 21:12

Poco después de volar a Birmingham desde Nueva York, mi conductor de Uber y yo entablamos una conversación. Le pregunto qué opina sobre el esfuerzo de sindicalización de Amazon. "Mi padre era sindicalista", dice. "Todos deberíamos tener sindicatos". Él no está sindicalizado y trabaja durante la semana en la Universidad de Alabama, el mayor empleador de la zona de Birmingham. Los fines de semana conduce para Uber.

Esta es la nueva normalidad para los trabajadores en Estados Unidos.

Después de décadas de ataques a los sindicatos y al nivel de vida más básico de los trabajadores, esto es lo más parecido a ganarse la vida: trabajar en una oficina durante la semana, conducir para Uber los fines de semana.

Llego a la sede del Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes (Retail, Wholesale and Department Store Union, RWDSU) en Birmingham para hacer campaña para el sindicato de Amazon. Me encuentro con el presidente del DSA (Demócratas Socialista de América) de Birmingham, que va de un lado a otro organizando a todo el mundo para salir a la calle. El DSA de Birmingham ha estado en primera línea apoyando el esfuerzo de sindicalización y están ayudando a coordinar toda la solidaridad que llega de distintos lugares. Justo el día anterior hubo una gran concentración con los trabajadores de Amazon. Hoy, es el momento de volver a hacer campaña.

Varios miembros de Socialist Alternative están en la ciudad en solidaridad con la lucha de Amazon también: un profesor de Massachusetts y otras personas que vinieron de la ciudad de Nueva York. Ellos organizaron la manifestación del día anterior, proporcionando comida y hablando sobre la importancia de esta campaña sindical. Hay otras personas que viajaron de cerca y de lejos para ayudar: un compañero del DSA de Mississippi y un cineasta independiente de la ciudad de Nueva York.

Todo el mundo aquí sabe a qué se enfrentan los trabajadores. Amazon está llevando a cabo una despiadada campaña antisindical, gastando 10.000 dólares al día para convencer a los trabajadores de que voten "no" al sindicato.

Hacen grupos de a dos y a mi me toca con un camarada de los DSA que se ha mudado a Birmingham recientemente. Nos dirigimos a la comunidad donde vive mi compañero de campaña. Es una comunidad predominantemente negra con casas de familia. Llamamos a las puertas para que la gente firme en apoyo del esfuerzo de sindicalización. Si la gente está entusiasmada, les damos un cartel para que lo pongan en su ventana.

El apoyo fue abrumador. Todas las personas con las que hablamos han oído hablar del esfuerzo de sindicalización y todas lo apoyan.

Hablamos con una mujer negra mayor cuya hija trabaja en Amazon y apoya el sindicato. "No está bien como se les trata", dice.

Conocemos a un antiguo trabajador de Amazon. "Me despidieron injustamente", dice. En plena pandemia, le despidieron por un tecnicismo. Su compañera llega a casa mientras él está firmando el petitorio, y dice: "¿esto es para el sindicato? Así es, es lo que necesitan". Toma dos carteles y, antes de que hayamos terminado de llegar a la vereda de entrada, hay un cartel en la ventana.

Otra mujer trabaja en la empresa de repartos UPS. "Tenemos un sindicato. Y si nosotros tenemos un sindicato, los trabajadores de Amazon también deberían tenerlo". Su tía trabaja en Amazon, pero no apoya al sindicato. De todos modos, pide un cartel y lo pone en su escaparate.

Mientras caminamos por la calle, un hombre negro mayor nos detiene. "¿Adivinas cuántos años tengo?", dice. No parece tener más de 50 años, pero nos dice que tiene 65. Exige un cartel para mostrar su solidaridad con el sindicato.

Finalmente, llegamos a una casa en la que hay dos niños jugando. Su perro empieza a ladrar salvajemente y creo que están a punto de devorarme en mi primer día en Birmingham. Una mujer llama al perro para que entre en la casa. En cuanto le decimos que estamos apoyando al sindicato de Amazon, dice: "¡Sí! ¡Aguanta! Ahora mismo salgo". Dos segundos después, vuelve a abrir la puerta. "¡Mi hermana también apoya al sindicato! Espera".

Fuera nos reunimos con Jamal, de 7 años, al que le damos una pancarta. Empieza a marchar por el césped tarareando algo familiar. Después de un momento me doy cuenta de que es el mismo ritmo y cadencia de "Black Lives Matter". Su amigo se acerca y también le damos un cartel. Los dos empiezan a marchar por el patio. Nos cuentan que han visto las protestas por televisión. El movimiento Black Lives Matter sigue moldeando a las nuevas generaciones de activistas.

La mujer y su hermana salen de la casa y explican que han solicitado trabajar en Amazon, y que saben que un sindicato ayudará a crear mejores condiciones.

Estas reacciones no deberían sorprender. Al fin y al cabo, el 65% de las personas ven con buenos ojos a los sindicatos. Entre la comunidad negra, las cifras son aún más altas. Un estudio del Instituto de Política Económica muestra que "los sindicatos ayudan a aumentar los salarios de las mujeres y de los trabajadores negros e hispanos, cuyos sueldos han estado históricamente por debajo de los de los hombres blancos... Los trabajadores negros e hispanos obtienen un mayor impulso de la sindicalización que sus pares blancos".
El Centro de Investigación Económica y Política demostró que los trabajadores negros sindicalizados tienen "13,1 puntos porcentuales más de probabilidades de tener un seguro médico proporcionado por el empleador, y 15,4 puntos porcentuales más de probabilidades de tener planes de jubilación patrocinados por el empleador".

En esta comunidad de las afueras de Birmingham, la gente sabe de primera mano lo que los trabajadores de Amazon están sufriendo. Muchos tienen familiares que trabajan allí. Se han visto directamente afectados por la expansión de los empleos no sindicalizados por parte de empresas como Amazon y por los recortes de empleos sindicales en lugares como UPS.

Fue la embestida neoliberal de los últimos 40 años la que atacó implacablemente a los sindicatos, lo que dio como resultado unas tasas de sindicalización abismalmente bajas hoy en día: sólo el 6,3% de los empleados privados están actualmente sindicalizados. El éxito de estos ataques a los trabajadores se debe a la presión ideológica para convencerlos de que los sindicatos son malos. Estas tácticas se siguen mostrando hoy en día en todos los esfuerzos antisindicales, incluido el de Amazon en Bessemer. La patronal gasta millones en campañas antisindicales, utilizando la misma retórica antisindical de siempre, sólo hay que ver la absurda página web de Amazon que dice "hazlo sin cuotas [sindicales]".

Pero la desconfianza de algunos trabajadores hacia los sindicatos no es totalmente infundada, aunque sí equivocada. Ante los ataques de la patronal, los dirigentes sindicales han capitulado y aceptado la austeridad y no han luchado por mejorar las condiciones de trabajo. Los ataques a la clase obrera han pasado sin mucha lucha. Por eso un administrativo de la Universidad de Alabama también conduce Uber los fines de semana para llegar a fin de mes. Y esa es la experiencia de los trabajadores de todo el país, que contribuyó a la ola de huelgas de maestros en 2018.

Lo que es más, los sindicatos no han utilizado su poder para luchar junto a los movimientos sociales: el movimiento Black Lives Matter no incluyó muchos paros o acciones importantes de los trabajadores organizados. Los burócratas sindicales hacen todo lo posible para que los trabajadores crean que su poder está en las urnas apoyando a los demócratas que inevitablemente venderán a los trabajadores. Los líderes sindicales se aseguran de que los sindicatos no sean vistos como herramientas de lucha para los movimientos sociales. Sin embargo, el movimiento "Black Lives Matter" tuvo un profundo efecto en el movimiento obrero, de hecho, fue parte de la inspiración para el esfuerzo de sindicalización en Amazon.

Los sindicatos deberían ser herramientas de lucha para la clase trabajadora. Deberían ser herramientas de lucha para la gente que conocí mientras hacía campaña, para sus familias, sus amigos y para ellos mismos. Deberían ser herramientas de lucha para el movimiento Black Lives Matter.

Mientras caminamos de vuelta al coche, la calle tiene un montón de carteles de apoyo al sindicato de Amazon. Este trabajo es importante: convertir el apoyo pasivo en una solidaridad más activa, aunque sólo sea una señal. Espero que los trabajadores de Amazon vean esto y se sientan envalentonados para votar sí al sindicato, a pesar de la enorme campaña antisindical. Y espero que vean que la clase trabajadora de toda la ciudad —y de hecho, de todo el país y del mundo— está con ellos en esta lucha.

Artículo originalmente publicado en nuestro sitio hermano Left Voice. Traducción: Óscar Fernández


Tatiana Cozzarelli

Docente, actualmente estudia Educación Urbana en la CUNY.