El Consejo Superior votó una nueva beca de “conectividad” para 600 estudiantes en toda la UNT, una respuesta que es totalmente insuficiente y que llega a fin de año cuando ya muchos abandonaron.
Jueves 29 de octubre de 2020 13:20
Este martes el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) se reunió de manera virtual. Entre otras cosas, en esta sesión se votó por unanimidad ampliar las becas Juan B. Terán y otorgar una nueva beca de Conectividad para 600 estudiantes en toda la UNT, una respuesta que es totalmente insuficiente y que llega a fin de año cuando ya muchos abandonaron.
Desde que comenzó la cuarentena la virtualidad forzosa en la UNT impuesta por las autoridades, generó que miles abandonaran los estudios, por problemas laborales, económicos, de acceso a la conectividad, etc. Por lo que las becas de apoyo económico y las de conectividad adquieren vital importancia a la hora de garantizar el acceso a la educación pública y gratuita. Tanto los estudiantes como desde las agrupaciones de la Juventud del PTS, venimos exigiendo la implementación de becas para todo el que la necesite. Desde nuestras agrupaciones y secretarías de los centros presentamos en el Consejo Superior un pedido de relevamiento de la situación estudiantil, becas integrales y de conectividad para todos los que las necesiten y un protocolo de continuidad pedagógica para que nadie pierda el año, pero los consejeros por mayoría votaron no darnos la palabra para exponer la situación y las exigencias, en esta última sesión.
Desde que comenzó el aislamiento las autoridades, y consejeros superiores se negaron sistemáticamente a tratar el tema de la deserción en las sesiones. Hoy, con un presupuesto de ajuste, calcularon que sólo 600 estudiantes merecen una beca de conectividad, cuando ya diferentes encuestas realizadas por facultades como la de Filosofía y Letras, y Medicina, arrojaron que entre el 40 y el 50% no accede a una computadora o tiene problemas para conectarse a clases y exámenes.
En la Universidad de Tucumán cursan unos 70 mil estudiantes, resta decir que 600 becas no resuelve para nada el gran problema que dejó a miles afuera de la nueva modalidad. A demás las becas, tanto la llamada Juan B. Terán, como la de Conectividad, tienen muchísimos requisitos excluyentes. Esta línea meritocrática y elitista, habla de un Consejo Superior ajeno a la realidad de los estudiantes y docentes y dispuesto a dejar pasar el ajuste educativo.
Mientras tanto los centros de estudiantes no hicieron absolutamente nada durante todos estos meses, ajustándose a las medidas tomadas por los consejos directivos y el consejo superior. Resta decir que lo presentaron como el gran triunfo de su gestión. Pero veamos en concreto, 600 chips para 13 facultades, es decir que cada facultad recibirá 46 chips, los números muestran lo que los centros y los consejeros no dicen en voz alta, las autoridades quieren avanzar en el proyecto de universidad para unos pocos, pero sin que sea tan evidente. Serán los mismos centros de estudiantes quienes se convertirán en el surtidor de estas pocas becas, Un pacto entre autoridades y conducciones de los centros que les sirve a ambos.
2021 un año de recorte presupuestario a la medida del FMI
Durante todo el 2020 las universidades funcionaron con el mismo presupuesto del macrismo, no hace falta aclarar que era malo. Pese a los discursos de Alberto Fernández de que se venía el gobierno de los científicos y las universidades, nada se modificó. Y aunque todavía le gusta posar de docente universitario, mandó a Diputados un presupuesto que ajusta un 14% el salario de las y los docentes.
El presupuesto universitario pasa primero por el Consejo Interuniversitario Nacional, que concentra a todos los rectores de las Universidades Nacionales, tanto públicas como privadas. El rector José García es miembro del CIN, y fue parte del pacto que hicieron los rectores de todo el país con el Gobierno Nacional al aprobar el presupuesto que recorta más del 9% al 19% para todas las universidades del país en 2021, a cambio de una caja negra de dinero que recibirá cada Universidad para que cada rector disponga dónde destinarla de manera discrecional, la compra de voluntades está a la vista.
En este momento el Congreso de la Nación se encuentra votando un presupuesto a la medida del FMI, ya que no sólo implica reducir el presupuesto educativo, sino que, de aprobarse el proyecto del oficialismo, también se reduciría un 10% el presupuesto para salud (en medio de la pandemia) y el fin del IFE, en momentos en que se agrava la crisis social, como lo demuestra el fenómeno de la toma de tierras en todo el país a causa de que mucha gente se quedó sin ingresos y no puede pagar alquileres.
La respuesta del gobierno sigue siendo ajuste para las mayorías, y plata para el FMI y los intereses de la deuda. Por esto los estudiantes junto a los docentes debemos iniciar una fuerte campaña contra el presupuesto de ajuste para el 2021 y luchar por presupuesto para educación y no para la deuda, para evitar el avance de la deserción y la precarización laboral de les docentes. En defensa de la Universidad pública, gratuita e irrestricta.