Miserables. Desigualdad fuera de control: hay cuatro milmillonarios nuevos por semana

Al inicio del Foro Económico Mundial en Davos, el informe anual sobre desigualdad de Oxfam revela que en 2024, la riqueza conjunta de los milmillonarios creció tres veces más rápido que en 2023. “Según las previsiones actuales, dentro de una década habrá cinco billonarios. Mientras tanto, el número de personas que viven en la pobreza apenas ha variado desde 1990. La desigualdad está fuera de control”, advierte la ONG. Los datos demuestran la irracionalidad capitalista.

El documento señala que los diez hombres más ricos del planeta tienen tal cantidad de dinero que, incluso si perdieran el 99% de su fortuna de un día para otro, seguirían siendo milmillonarios.

Según Oxfam, en 2024 surgieron 204 nuevos integrantes de este exclusivo club, lo que equivale a un promedio de casi cuatro nuevos milmillonarios cada semana. Mientras tanto, los ingresos de las personas más pobres no mostraron grandes descensos.

Según el documento titulado "El saqueo continúa", cada uno de estos milmillonarios incrementó su fortuna a un ritmo promedio de dos millones de dólares diarios. Para los diez más acaudalados, esta cifra alcanza los 100 millones de dólares diarios.

Este informe fue presentado en el marco del Foro Económico Mundial en Davos, coincidiendo con la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, quien fue aplaudido y tiene un fuerte apoyo de empresarios como Elon Musk y Jeff Bezos. Estos empresarios formaron parte de un contingente de superricos que asistieron a la toma de posesión como invitados del presidente luego de donar importantes sumas a su campaña y a la propia ceremonia de investidura.

Oxfam detalla que la pobreza no ha mostrado descensos significativas desde 1990. Según el informe, 3.600 millones de personas en el mundo viven con menos de 6,85 dólares diarios, en términos de paridad de poder adquisitivo, cifra que se mantiene inalterada desde hace más de tres décadas.

"Actualmente, el 44% de la población mundial se encuentra en una situación de desigualdad extrema, mientras que el 1% más rico del planeta concentra el 45% de la riqueza global, según datos recientes. Estos números muestran las cada vez más obscenas desigualdades entre una minoría cada vez más rica y una mayoría cada vez más pobre.

La ideología de la “meritocracia” dice que, no importa las diferencias sociales, la mejora de las condiciones de vida depende del esfuerzo individual. ¿Seguro? El mismo informe exhibe que el 60% de la riqueza acumulada por los milmillonarios proviene de herencias, prácticas clientelistas, corrupción o de su relación con el poder monopolístico. En 2023 el número de milmillonarios que adquirieron su fortuna por herencia superó al de aquellos que lo lograron mediante emprendimientos.

El amigo de Trump

Por su parte, en los sectores donde los monopolios logran afianzarse, los multimillonarios observan cómo sus fortunas crecen de manera desmedida, alcanzando cifras nunca antes vistas. Según el informe de Oxfam, "el aumento del poder monopolístico es un factor clave que explica el incremento de la concentración de riqueza extrema y la desigualdad a nivel global". La ONG señaló que una parte significativa de la riqueza acumulada por los milmillonarios a nivel global, aproximadamente el 18%, proviene de su capacidad para ejercer un poder monopolístico en los mercados.

Un ejemplo claro de esta dinámica es Jeff Bezos, cuyo patrimonio asciende a 219.400 millones de dólares estadounidenses, gracias al dominio de Amazon, una empresa que concentra al menos el 70% de las compras por Internet en países como Alemania, Francia, Reino Unido y España.

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Otro caso es el de Aliko Dangote, el hombre más rico de África, con una fortuna de 11.000 millones de dólares estadounidenses, quien controla un "cuasi monopolio" en el sector del cemento en Nigeria y ejerce una influencia considerable en el mercado africano.

Es el capitalismo

En un contexto donde las desigualdades sociales se hacen cada vez más evidentes, con una pequeña élite acumulando riquezas mientras la mayoría de la población enfrenta condiciones de pobreza, surgen voces que intentan eximir al sistema capitalista como generador de estas inequidades.

Según estas posturas, el problema no radicaría en el capitalismo en sí, sino en el neoliberalismo y proponen como solución una mejor "redistribución" de la riqueza, una regulación más estricta del mercado. Sin embargo, esta visión ignora que la desigualdad está intrínsecamente ligada al sistema capitalista en todas sus formas.

La desigualdad en las sociedades capitalistas actuales ha alcanzado niveles comparables a los de hace más de un siglo. Esto sucede tanto en los países más ricos del mundo imperialista como en los países semicoloniales y dependientes, donde el atraso económico se ve agravado por el saqueo imperialista. Estos datos contradicen la idea de que el progreso del capitalismo, con su incremento en productividad y riqueza, se traduce en una mejora generalizada del bienestar social. En realidad, un grupo reducido de multimillonarios se apropia de una porción cada vez mayor de la riqueza generada colectivamente.

La riqueza generada es un producto de la naturaleza y del trabajo humano. Pero el secreto el secreto empresario mejor guardado es que que la clase capitalista sustenta su ganancia en el no pago de una parte del trabajo realizado por la clase obrera. Este es el mecanismo que le permite apropiarse y aumentar su riqueza. Más que nunca, está planteado para la clase trabajadora la defensa de un planteo orientado a una reorganización de la sociedad sobre nuevas bases, una planificación racional y democrática de la producción, para sacarse de encima el chaleco de fuerzas del capitalismo.

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