Desokupa ha irrumpido en la campaña electoral del 28M con un discurso de criminalización hacia los movimientos sociales. Su discurso anti okupación ha sido rentabilizado por todo el espectro reaccionario del régimen político. Mientras, Podemos plantea reforzar el código penal para frenar este fenómeno. ¿Es la vía punitiva la manera de enfrentar a la extrema derecha?
Sábado 27 de mayo de 2023
"Especialista en recuperar inmuebles mediante la mediación con okupas, inquilinos, precarios, comunidades de vecinos, pisos compartidos…" así se presenta Desokupa en su página web. Con solo entrar en su web y galería de imágenes se desprende fácil que detrás de estos eufemismos se esconde una empresa de desahucios extrajudiciales ejecutados mediante métodos matoniles: coacción, persecución, acoso, intimidación, amenazas y violencia.
Pero más allá de su actividad mercantil, Desokupa se ha convertido en las últimas semanas en la marca de moda de la extrema derecha irrumpiendo en el debate abierto por las elecciones locales y autonómicas de este 28 de mayo con una campaña anti ocupación artificialmente desarrollada y cuidadosamente calculada. Esta campaña se apoya en bulos que deforman el fenómeno de la ocupación tanto en su alcance como en su contenido. Todo un intento de criminalización hacia el colectivo okupa y contra la acción de okupar frente a la imposibilidad de acceder a una vivienda digna para muchas familias trabajadoras.
Su fundador, Daniel Esteve, se ha convertido en un youtuber de gran alcance -algunos de sus vídeos acumulan más de 130K en menos de 24h- ayudado en gran parte por los principales medios de comunicación del estado. No hay ningún periódico ni televisión estatales que no haya resaltado su figura al mismo tiempo que vienen desplegando un discurso anti ocupación sustentado en bulos que pretenden extender el miedo. Sin embargo, sus apariciones en prensa y en sus redes sociales no están dirigidas a promocionar su negocio sino a intervenir en la actual campaña electoral desplegando un discurso centrado en atacar a la izquierda del régimen político y a los movimientos sociales.
Esta operación ha tenido como escenario Barcelona, en concreto el barrio de Bonanova, donde la organización de Esteve en alianza con los partidos de derecha y extrema derecha Valents, Vox, PP y Ciutadans, convocaban una movilización al arranque de la campaña electoral contra La Ruïna y el Kubo, dos centros sociales ocupados propiedad de la Sareb situados en este barrio.
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El jueves 25, a dos días del cierre de campaña, Desokupa volvió a convocar una manifestación en Barcelona, en esta ocasión en el centro de la ciudad, para movilizar a los sectores más ultras de la extrema derecha. La movilización del jueves tan solo logró reunir a unos cientos de personas pero le permitió desplegar una campaña mediática durante días.
La vinculación de la organización Desokupa con la derecha del régimen político no es explicita pero sí evidente. No es casual que el centro de esta campaña sea Barcelona por ser la ciudad donde gobierna Ada Colau, de los pocos ejemplos que perduran de los llamados “ayuntamientos del cambio”, y Catalunya por ser el epicentro del mayor cuestionamiento del régimen del 78 de los últimos años. Es en esta Comunidad donde la derecha del Régimen fue más duramente golpeada, pero ahora, al calor de la derrota del procés y del fracaso del ayuntamiento “progresista”, así como de la crisis social que empuja a los sectores bajos de las clases medias a una proletarización, la derecha pretende reaparecer.
En sus redes sociales Esteve ha dado apoyo a la extrema derecha de Vox en diversas ocasiones. Su candidato a la alcaldía de Barcelona, Gonzalo Oro-Pulido, acudió a la protesta convocada en la Bonanova del pasado 11 de mayo. En la misma movilización, al hijo de Oro-Pulido le fue incautada una porra extensible. Pero no solo Vox se encuentra cercano a Desokupa, el resto de partidos de la derecha catalana Valents, Ciutadans y el PP aprovechan las acciones y convocatorias de Desokupa como ariete para dar más fuerza a sus campañas. Y más allá de ello, el debate ha adquirido dimensiones estatales desplegando una campaña funcional a la derecha del régimen político en todas sus variantes.
Además del análisis de sus publicaciones también se desprende que esta organización matonil colabora en ocasiones con los Mossos en sus operativos, algo que la policía catalana desmiente. En 2019, el exconseller de Interior, Miquel Buch, negó cualquier relación con esta “empresa” en sede parlamentaria después de que fuese preguntado por una diputada de la CUP, sin embargo las redes sociales de Esteve indican otra cosa. En varios de sus vídeos se ve a miembros de Desokupa entrando en pisos junto a los agentes de los Mossos y el propio Esteve presume de “tener amigos arriba, de los que mandan”, refiriéndose a los mossos.
La campaña de Desokupa contra la izquierda en general y los movimientos sociales
El contenido que Esteve ha hecho en esta campaña electoral ha estado muy centrado contra la figura de Ada Colau que él identifica como “antisistema”, al mismo tiempo trata también de construir un discurso de criminalización de los movimientos sociales, en especial el de la vivienda, el movimiento okupa y en general contra todo aquello que el identifica en el espectro “de la izquierda”.
En un vídeo publicado el 24 de mayo se puede apreciar que en su campaña contra Ada Colau trata de concentrar un discurso más amplio contra todo lo que entiende como “antisistema”. Abre el vídeo la frase “Barcelona, ciudad sin ley” para inmediatamente aparecer una serie de imágenes de manifestaciones probablemente de los momentos más álgidos del procés y la ofensiva reaccionaria del Gobierno Central. Después se incluyen imágenes de robos y pillajes. Una manera de criminalizar la protesta (cuando es contra el régimen político, claro) y los movimientos sociales. Los prejuicios conservadores de la derecha hacen que para Esteve cualquier política o gestión reformista como la de Colau sea identificada como antisistema.
Pero la realidad es que la gestión de Colau ha sido ejemplarmente capitalista. Incluso en lo que a política de vivienda se refiere, el Ayuntamiento “progresista” y la Generalitat “republicana”, han permitido todos estos años que la especulación campe a sus anchas. En los 8 años de gobierno de Colau los alquileres han subido más de un 50% y no se ha expropiado ni un piso de los grandes tenedores. Además, tanto Mossos como Guardia Urbana son quienes realizan el 100% de los desahucios en la ciudad. Es más, respecto a el Kubo y La Ruina, blanco de la diana de Esteve estas semanas, el Ayuntamiento de Barcelona, junto a los Mossos d’Esquadra, han sostenido que su intención era proceder al desalojo de ambos edificios.
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Es por eso que la crítica a la alcaldesa no se centra en su gestión sino en su pasado como activista de la PAH. Así Esteve vincula el pasado de Colau con el actual movimiento en defensa de la vivienda y contra la especulación. En el vídeo mencionado, Esteve además trata de vincular a Colau con otros sectores y movimientos que en este caso sí son cuestionadores del sistema capitalista. Una operación para atacar a Barcelona en Comú en el contexto electoral pero en cuyo trasfondo se encuentra el ataque y criminalización de los movimientos sociales y los activistas. Invito a que se vea este capítulo, o al menos parte de él, para ver este discurso. O como muestran en este montaje que subieron en su canal titulado “Las dos Españas” en el que escenifican la polarización en la que en un extremo estaría ellos, quienes garantizan “el orden”, y en otro los movimientos que “quieren alterarlo”.
La crisis del régimen de partidos, la integración del neorreformismo (incluida Ada Colau) en el régimen político del 78, así como la brutal reacción desatada desde todos los ángulos de ese mismo régimen contra el movimiento democrático catalán, han sido elementos que, junto con las tendencias internacionales, han actuado como caldo de cultivo para la emergencia de un movimiento de extrema derecha en el Estado español que tienen su expresión en Vox y en este tipo de fenómenos ultras. Es en este contexto donde tenemos que ubicar a fenómenos como el de Desokupa que, más allá de su actividad empresarial, que la tiene (hacen negocio de la crisis social), es una actor político como vemos en esta campaña electoral que es rentabilizado por todo el espectro reaccionario del régimen político.
En este contexto se abre el inevitable debate: ¿qué pasa con Desokupa y el avance de la extrema derecha?
La lucha contra la derecha y fenómenos cómo Desokupa plantea un problema de estrategias sobre cómo enfrentar a fenómenos de la extrema derecha que adquieren tintes cada vez más fascistizantes.
La semana pasada Podemos registró una ley para perseguir penalmente a Desokupa. En concreto desde Podemos plantean la reforma de los artículos 510, 10 bis y 515 del código penal cuyo contenido sería castigar con penas de cárcel a quien se lucre por extender el odio contra los débiles de esta sociedad. Hace unos días, Ione Belarra decía en un mitin que “Las empresas como desokupa son un problema democrático grave. Son el germen de un comando parapolicial.” Con esta afirmación podemos estar de acuerdo ¿pero cuál es la estrategia para enfrentarlas? Para Podemos está claro, la vía es reforzar el código penal y las instituciones reaccionarias del régimen del 78 –las mismas que volcaron todo su aparato para reventar el movimiento democrático catalán y cualquier cuestionamiento al régimen político abierto en estos años– para enfrentarlo.
Otras fuerzas políticas “progresistas” no comparten esta idea de reforma del código penal bajo el argumento de que tal y como está desarrollado actualmente ya incorpora tipos penales que podrían aplicarse a empresas como Desokupa y apuestan por que lo que debe hacerse es denunciarse más. Con reforma o no del código penal la estrategia es compartida: reforzar el régimen del 78, sus instituciones y su aparato judicial y represivo para enfrentar a la extrema derecha.
La vía punitivista que propone Podemos solo puede reforzar el aparato represivo del Estado español y sus instituciones. Pero el Estado español no es neutral sino que tiene un carácter de clase, racista y reaccionario contra todo lo que lo cuestione, como se ha demostrado estos años contra los movimientos sociales (los mismos que quiere enfrentar Desokupa) sobre los que recae permanentemente leyes como la Mordaza. Combatir a la derecha no pasa reforzar las instituciones represivas de este régimen político heredado del franquismo —del que la extrema derecha forma parte de su ADN—, sino que hoy se plantea la necesidad de desplegar una gran movilización social independiente y un frente único de todos los que estamos dispuestos a enfrentar a la derecha reaccionaria y la creación de organismos de autoorganización independientes de los partidos del régimen político para enfrentarla. Esto lleva a la necesidad de levantar un programa por la independencia de clase y el rechazo a todas las propuestas de subordinación a partidos burgueses como “mal menor” frente a la derecha reaccionaria. Estas opciones malmenoristas en muchos casos tienen un discurso y una práctica política que abre las puertas a la derecha. Un ejemplo de esto lo veíamos este mismo viernes en una entrevista de Rita Maestre para el periódico El Mundo en la que la candidata a la alcaldía de Madrid por Más Madrid decía lo siguiente: “ creo que la okupación es ilegal, genera problemas de convivencia y las fuerzas de seguridad deben actuar”. Si la supuesta “izquierda” del régimen político hace una criminalización tan abierta de la ocupación, qué no harán los nazis de Desokupa legitimizados por un discurso reaccionario avalado y propagado por “la izquierda”. Está claro que si Rita llega a la alcaldía de Madrid las fuerzas represivas del estado capitalista seguirán desahuciando como lo hacían con Almeida. Las fuerzas “progresistas” o “social liberales” terminan aplicando políticas liberales que, en contenido, no se separan de la derecha algo que, junto a discursos reaccionarios como el de Rita terminan no solamente abriendo las puertas, sino poniendo la alfombra roja a la derecha y la extrema derecha como Desokupa.
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