Este jueves en el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín se dará apertura al debate. Carmen Metrovic y Carlos Titín Moreira, quienes son parte de la Comisión de Familiares y amigos, dialogaron con La Izquierda Diario.
Jueves 11 de octubre de 2018 10:06
El 4 de febrero del año 1982, la dictadura de Galtieri secuestraba a Ana María Martínez, una joven obrera metalúrgica y militante del PST en cercanías de su casa y a plena luz del día en la localidad de Villa de Mayo. Ana María aparecería asesinada diez días después en Punta Querandí, cerca del Río Luján. Fue la última víctima del Partido Socialista de los Trabajadores, que tuvo cien compañeros asesinados por la Triple A y la dictadura genocida. Previo al golpe, en mayo de 1974, había comenzado la represión y la cuota de sangre de otros trabajadores de la zona como el “Indio Fernández”, un joven obrero, daba cuenta de ello.
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Rosalía, como la llamaban sus compañeros de militancia, de apenas 31 años, viajó desde Mar del Plata, su ciudad natal, en los primeros años de dictadura debido a la feroz represión que había sufrido la regional del partido en el que militaba. Se afincó en la Zona Norte de la provincia de Buenos Aires, donde trabajó en diversas fábricas. Cumplía tareas muy importantes actuando de nexo entre la organización y parte de los militantes detenidos que habían sido “legalizados” por los genocidas. Alternaba su trabajo con la militancia y colaboraba con los comedores del barrio. Sus compañeros recuerdan su vocación por el otro y cuentan que transitaba un embarazo de dos a tres meses al momento de su secuestro.
Quienes militaban con ella recuerdan las difíciles condiciones en que tenían que llevar su tarea cotidiana. Así lo relata Carlos “Titin” Moreira, testigo en esta causa en que se investiga el crimen: “la militancia que realizábamos bajo esas terribles condiciones significaba tomar recaudos que nunca eran suficientes y éramos conscientes de los riesgos que asumíamos día a día. Como ella, que cuando tres camaradas cayeron detenidos con todos los periódicos de la regional, no dudó en visitar a los familiares para ayudarlos y por su intermedio hacerles llegar la solidaridad a los detenidos”.
La dictadura crujía, mientras el país se encontraba sumergido en una gran crisis económica ya entrados los años 80, mientras se extendía la bronca obrera y popular en las calles como en aquella multitudinaria marcha de San Cayetano en agosto del 81.En este marco, la aparición del cuerpo de Ana María generó un fuerte impacto y conmocionó al país. ¿Quién mató a Ana María Martínez? Fue título en la portada de revista Gente, publicación que durante toda la dictadura combinó negacionismo con complicidad frente al terrorismo de Estado.
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Titín, junto a otros compañeros conforman la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros de Ana María Martínez, que se creó en el año 2012 a instancias del impulso que dieron junto a Carmen Metrovich, cuñada de Ana. “Era una luchadora inclaudicable en todo lo que se refiere a la defensa de los Derechos Humanos, de los trabajadores, los niños, las mujeres, luchaba por un mundo mejor, sin explotados ni explotadores” Así la describió Carmen, hermana de José Santiago Metrovich, quien fuera el compañero de vida de Ana, fallecido en 2010.
Carmen, quien también es testigo y será una de las primeras en declarar en este juicio, cuenta el camino andado hasta llegar a esta instancia de inicio del debate. “Hicimos un camino de lucha muy duro, sorteando todas las trabas de la Justicia, que bien sabemos es difícil de afrontar en medio de una situación política de negacionismo y reconciliación con los genocidas por parte de este gobierno. Pero hace años que estamos sin descanso dando la batalla y sin bajar los brazos. Hemos esperado mucho tiempo para poder llegar a este momento tan importante y vamos a aportar todo lo acumulado, lo recogido, lo hallado y lo descubierto para que finalmente haya justicia por Ana María y que los responsables paguen con cárcel común y efectiva, que es donde deben estar.”
Tras 36 años de lucha, familiares, compañeros y compañeras de la joven asesinada por el genocidio, verán en el banquillo de los acusados a los imputados Raúl Muñoz y Norberto Apa, los militares que actuaron en Campo de Mayo e integrantes del Batallón 601 y el Destacamento 201 de Inteligencia del Ejército. Deberán declarar por los delitos de privación ilegal de la libertad y posterior asesinato de Ana María. Carmen cuenta sus expectativas: “Queremos que los jueces tengan en cuenta todos los elementos que pretendemos aportar a esta causa. En concreto, con mi declaración queremos demostrar el actuar de las fuerzas represivas en conjunto, tanto los militares como la policía”.
“Sin la enorme e incansable lucha que hemos dado durante todos estos años, acompañados por amplios sectores de los Derechos Humanos, personalidades, trabajadores y estudiantes, no hubiéramos llegado hasta acá, presentes en cada homenaje, en cada pedido de justicia, reivindicando a Ana María como la gran luchadora que era, por lo que no íbamos a permitir dejarla en el olvido “, declaró Carmen.
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“Además las distintas variantes burguesas jamás han tenido la voluntad política de avanzar seriamente en los juicios para evitar que pasaran tantos años, los juicios que llegan tardíamente, inclusive que algunos genocidas mueran sin ser condenados, cuando somos los familiares e incluso las propias víctimas y sobrevivientes como el Caso Ford quienes tenemos que investigar y aportar las pruebas para llegar a la verdad, cuando el Estado tiene todos los medios para hacerlo, por ejemplo con la apertura de los archivos de la dictadura y aquí estamos 36 años después ”. continuó la testigo.
El caso por el secuestro, desaparición y posterior asesinato de Ana María integra la denominada “Megacausa Campo de Mayo” donde se investigan decenas de delitos de lesa humanidad, que tramita desde hace años en los Tribunales Federales de San Martín. Cabe destacar que aún se encuentra en etapa de instrucción el proceso judicial en el que se encuentran denunciados miembros de la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires (Dippba), quienes realizaron tareas de inteligencia contra Ana María, donde está directamente involucrado el Fiscal General de Mar del Plata, Fabián Fernández Garello .
Los asesinos de Ana María y los 100 compañeros del PST continúan impunes. La pelea por el juicio y castigo sigue firme y un único grito hoy es bandera en cada lucha: Ana María Martínez: ¡PRESENTE!