Un reciente informe de las Naciones Unidas ha puesto de manifiesto la profunda crisis económica que sufre la Franja de Gaza como resultado del bloqueo y la ofensiva militar genocida de Israel. Según el documento, la economía de Gaza ha quedado prácticamente destruida, con una población que enfrenta niveles alarmantes de pobreza, desempleo y deterioro de infraestructuras básicas, y tardaría 350 años en volver al nivel anterior a la ofensiva israelí.
Miércoles 23 de octubre 06:12
El impacto de las políticas de bloqueo, apartheid y genocidio del Estado de Israel sobre los más de dos millones de palestinos y palestinas que residen en este pequeño territorio es devastador.
El bloqueo israelí, que ha estado en vigor desde 2007, ha impuesto severas restricciones a la entrada y salida de bienes, así como al movimiento de personas. Estas medidas han paralizado prácticamente todas las actividades económicas significativas dentro de Gaza, asfixiando al sector agrícola y pesquero, que solían ser pilares de la economía local. En un contexto donde los recursos naturales ya eran limitados, estas restricciones han agravado una crisis económica que parecía insalvable incluso antes de la ultima ofensiva militar del estado sionista.
El informe, presentado ante la Asamblea General de la ONU el mes pasado, subraya que la economía de Gaza ha perdido más del 50% de su tamaño en los últimos 16 años, con un PIB per cápita que ha disminuido drásticamente. Además, el desempleo juvenil supera el 60%, una cifra que la ONU califica de "insostenible", ya que no solo pone en riesgo el bienestar inmediato de la población joven, sino que compromete el futuro desarrollo de Gaza.
En paralelo, las recurrentes operaciones militares israelíes, como las ofensivas de 2014 y 2021, y especialmente la última ofensiva posterior al 7 de octubre de 2023, han dejado tras de sí una destrucción masiva de viviendas, hospitales, escuelas e infraestructuras clave, lo que ha hecho aún más difícil la recuperación económica.
La producción de la construcción se redujo en un 96%, la de la agricultura en un 93%, la de la industria en un 92% y la del sector servicios en un 76%. Mientras tanto, el desempleo alcanzó el 81,7% en el primer trimestre de 2024, una tasa que, según la ONU, probablemente empeorará o persistirá mientras continúe la operación militar.
“Las intensas operaciones militares en Gaza provocaron una catástrofe humanitaria, medioambiental y social sin precedentes e impulsaron a Gaza del subdesarrollo a la ruina total”, señala el informe.
A finales de julio de 2024, asegura también el informe, el 88% de los edificios escolares habían sufrido algún daño, 21 de los 36 hospitales estaban fuera de servicio y 45 de los 105 centros de salud primaria no funcionaban. Más del 62% de los edificios residenciales estaban dañados o destruidos, y más del 59% de las infraestructuras del sector de agua, saneamiento e higiene habían sufrido graves daños, con repercusiones en los servicios de agua y saneamiento.
Sin un levantamiento inmediato del bloqueo y una reconstrucción masiva, advierte la ONU, Gaza se enfrenta a una "implosión total" de su economía. Pero aún así, “una vez alcanzado el alto el fuego, la vuelta a la tendencia de crecimiento de 2007-2022 implicaría que Gaza tardaría 350 años sólo en restablecer el PIB a su nivel de 2022”.
Genocidio y complicidad imperialista
El informe también critica la insuficiente respuesta de la “comunidad internacional” para abordar la crisis humanitaria y económica en Gaza. Algunas ayudas llegan para cubrir necesidades básicas como alimentos, agua y asistencia médica, pero no atacan las causas estructurales de la crisis: el bloqueo y la ocupación militar de Israel.
El bloqueo y la ofensiva militar de Israel es una estrategia política diseñada para exterminar masivamente a la población palestina y expulsarla de Gaza. Es decir, un genocidio. Las resoluciones de la ONU han pedido repetidamente el fin del bloqueo, pero Israel ha persistido en su política con el respaldo de potencias como Estados Unidos y los países imperialistas europeos, que siguen manteniendo relaciones diplomáticas, comerciales y sobre todo militares.
Sin la complicidad de las potencias el genocidio israelí contra el pueblo palestino no sería posible. Una ofensiva que ya se ha cobrado oficialmente la vida de más de 40.000 personas muertas -180.000 según cifras extraoficiales que contabilizan muertes por hambrunas, enfermedades y personas desaparecidas bajo los escombros-, a lo que se suma la nueva ofensiva militar sobre el Líbano, que ya ha dejado miles de personas muertas por los bombardeos israelíes.
Desesperanza y resistencia
A medida que la situación empeora, la desesperanza se apodera de una población que lleva años sufriendo los estragos de la ocupación y el bloqueo. La juventud de Gaza, nacida y criada bajo estas condiciones, ve un futuro sombrío en el que las oportunidades son prácticamente inexistentes. Sin embargo, a pesar de la adversidad, la resistencia de la población sigue siendo notable, con comunidades que no solo buscan maneras de sobrevivir en medio de la crisis, sino que también combaten contra el ocupante con los medios de los que disponen.
El informe de la ONU finaliza con una advertencia: sin un cambio sustancial en las políticas que han llevado a Gaza a este estado de colapso, no solo será imposible una recuperación económica, sino que la región podría enfrentar una crisis humanitaria aún mayor. Lo que no dice la ONU, es que la única garantía de que eso sucede es el desmantelamiento del estado racista y colonialista de Israel.
