Este último miércoles 8 de junio fue el día de los Océanos. Ocupan el 70 % de la Tierra, son la mayor fuente de proteínas del mundo y cumplen un rol vital en la amortiguación de los impactos del calentamiento global.
Miércoles 8 de junio de 2022 21:50
Foto: Télam
Es vital el rol que juega este enorme ecosistema en nuestra vida cotidiana.
De acuerdo con las Naciones Unidas, la humanidad cuenta solamente con una década para salvar los océanos y sus especies. “Con el 90 % de las grandes especies marítimas de peces mermadas y el 50 % de los arrecifes de coral destruidos, estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer”, asegura la organización en su sitio.
Los océanos cubren las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra y contienen el 97% del agua del planeta. Contienen casi 200.000 especies identificadas, pero las cifras reales pueden ser de millones. Más de tres mil millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento.
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Absorben alrededor del 30 % del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando los impactos del calentamiento global.
Sirven además como la mayor fuente de proteínas del mundo. Más de 3.000 millones de personas dependen de los océanos como fuente principal de proteínas.
La pesca marina emplea directa o indirectamente más de 200 millones de personas.
Los espacios de mar abierto muestran que los niveles actuales de acidez han aumentado en un 26% desde el comienzo de la Revolución Industrial.
Las aguas costeras se están deteriorando debido a la contaminación y la eutrofización. Sin esfuerzos coordinados, se espera que la eutrofización ( proceso de contaminación más importante de las aguas, provocado por el exceso de nutrientes principalmente nitrógeno y fósforo) costera aumente en 20 % de los grandes ecosistemas marinos para el año 2050.
Según un informe de Naciones Unidas los océanos contribuyen a la descomposición molecular y a la eliminación de los desechos y la contaminación, y sus ecosistemas costeros actúan como amortiguadores para reducir los daños causados por las tormentas. Mantener la salud de los océanos ayuda en los esfuerzos de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos.
Los niveles de residuos en los océanos, cada vez mayores, están teniendo un gran impacto ambiental y económico. La basura marina afecta a la diversidad biológica, porque los organismos pueden enredarse en los detritos o ingerirlos, lo que puede matarlos o hacer imposible su reproducción.
En lo que respecta a los arrecifes de coral, un 50% de los mismos ha sido destruido y no se observan perspectivas de recuperación. Aproximadamente el 24% de los arrecifes restantes está en peligro inminente de desaparición por presiones humanas, y un 26 % está en riesgo de desaparición a más largo plazo.
Origen del día de los océanos
“Fue en los años 60 cuando se iniciaron acciones concretas referidas a evaluar y poner de relevancia algunos impactos de las actividades humanas sobre el ambiente marino, pero no fue hasta la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano realizada en Estocolmo en junio de 1972 donde 113 naciones establecieron una serie de 26 principios y un Plan de Acción que sentaron bases para avanzar en una regulación de las actividades en el mar, desde la caza de ballenas hasta la prevención de las descargas de hidrocarburos, entre otros aspectos relevantes. Considera también la "utilización de la ciencia y la tecnología para descubrir, evitar y combatir los riesgos que amenazan al medio, para solucionar los problemas ambientales y para el bien común de la humanidad", informó el licenciado en Zoología Oscar Horacio Padín, director del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero para la agencia Télam.
“Estas iniciativas fueron reafirmadas y fortalecidas a través de documentos como el ‘Informe Brundtland’, titulado ‘Nuestro Futuro Común’ y en sucesivas reuniones como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo conocida como ’Cumbre de Río’, realizada en Río de Janeiro en junio de 1992, donde representantes de 179 gobiernos acordaron adoptar el ‘Programa 21’, posteriormente ratificado en ‘Río+5’ (1997) y en la ‘Cumbre de la Tierra de Johannesburgo’ en septiembre de 2002.
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Precisamente es en la ‘Cumbre de Río’ cuando se propone por primera vez la idea de un Día Mundial de los Océanos, como recordatorio sobre el papel crucial que el océano desempeña en nuestras vidas. En esta línea, la Asamblea General de las Naciones Unidas dispuso que, a partir del 2009, cada 8 de junio se celebre el ’Día Mundial de los Océanos’ con el objetivo de destacar su importancia” continuó el especialista.
Hay que aclarar que este mismo organismo internacional -la ONU-es el que está dirigido por países imperialistas que defienden a capa y espada los intereses de las empresas de sus banderas que son las que fundamentalmente depredan el ecosistema y cuyas industrias son las grandes responsables de la crisis climática.
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En 2020 el cineasta británico Ali Tabrizi rodó “Seaspiracy, la pesca insostenible”. Con producción de Kip Andersen (Cowspiracy) y guión del propio Tabrizi, la película de ochenta y nueve minutos se estrenó en Netflix el 24 de marzo de 2021. Junto a testimonios de especialistas como la bióloga marina Sylvia Earle y el fundador de Greenpeace Paul Watson (desde 1977 en Sea Shepherd), entre otros, su director, un apasionado del océano desde pequeño, emprende un viaje que lo lleva junto a su compañera Lucy desde Escocia a Liberia, pasando por China y Japón, para desentrañar el impacto de actividades humanas en la vida marina y trazar un diagnóstico letal sobre sus causas, con denuncias a organizaciones, Gobiernos y al negocio de la pesca comercial, fuertemente subsidiada y casi sin control.
Si muere el océano, nosotros también. Esa es la tesis fundamental de Seaspiracy. Para sostener ecosistemas marinos sanos, que albergan el 80 % de la vida en el planeta, son el principal reservorio de dióxido de carbono y producen cerca del 85 % del oxígeno que respiramos, hay que proteger a los animales que los habitan. Aunque sin dudas tiene más prensa, la contaminación por hisopos y sorbetes de plástico no es la principal responsable. Hay una amenaza aún mayor: la pesca comercial -y su consecuencia, la “pesca accesoria”-, cuya permanencia es insostenible.
En marzo, un informe de Greenpeace reveló que flotas extranjeras asedian el mar argentino con la sobrepesca y ponen en peligro una región única en biodiversidad. No es el único ataque a la plataforma marina.
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Luisina Vueso de Greenpeace habla de “descontrol pesquero”. Hay más embarcaciones de la flota extranjera bordeando el mar argentino que las permitidas dentro de la zona económica exclusiva, el área a unas doscientas millas del mar territorial donde el país tiene jurisdicción. Se detectaron al menos cuatro buques tanques (del tamaño de estaciones de servicio gigantes) y ocho buques frigoríficos, cuya función es transportar las capturas de los pesqueros hacia el país de destino sin tener que pasar por controles.
Según el monitoreo satelital de esta organización, el escenario de tal asedio sobre el ecosistema marítimo nacional es una de las zonas más ricas en biodiversidad: el Agujero Azul, ubicado en la frontera de aguas internacionales y nacionales en el Atlántico Sur Occidental, donde habitan especies emblemáticas como la ballena franca azul y el elefante marino, ambas en gran medida amenazadas por la sobrepesca industrial de calamar y merluza negra, que a diferencia de otras regiones no tiene ninguna entidad que las agrupe y supervise.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario