Se realizó este martes la exposición convocada por el Ministerio de Ambiente de Jujuy en la que informaron sobre el proyecto “Planta de biogas y segundo relleno sanitario” y buscaron descomprimir el descontento de los vecinos de la localidad de Palpalá que vienen rechazando el tratamiento de los residuos urbanos y que la ciudad sea la destinataria de todos los generados en la provincia. No se contestaron preguntas y el municipio estuvo ausente.
Jueves 28 de noviembre 09:18
La convocatoria inició con la exposición de funcionarios del Ministerio de Ambiente provincial, los ingenieros Santiago Occaranza y Lucas Macedo (realizadores del proyecto encomendado por el Banco Europeo de Inversiones) y dos representantes del equipo al que se pidió realizar el estudio de impacto ambiental. Estuvieron presentes cinco concejales de la localidad, dos de la UCR y tres del Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad, entre otros vecinos.
Las “bondades” del proyecto y del actual tratamiento de los residuos estuvo presente solamente en voces ligadas al oficialismo provincial y del panel técnico al que se le pagó para llevarlo adelante. Incluso llegaron a comparar esta salida con basurales a cielo abierto donde se quemaba la basura (para mostrarlo como un avance “verde”).
En cuanto al plan de recuperación y separación de residuos no se emitió palabra desde la conducción. Del insuficiente espacio e infraestructura actual, la cantidad de trabajadores que llevan tareas en la planta y sus condiciones laborales tampoco. ¿Y de donde saldrá la plata para tamaño proyecto? ¿Abre paso a endeudamiento externo? Recordemos que ya se pidieron 45 millones de dólares allá por 2016, pero no se permitió responder preguntas o entrevistas a ingenieros responsables.
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Ya cuando se habían retirado tanto los ingenieros como concejales del radicalismo de la localidad y algunos funcionarios del gobierno que hablaron al principio, se pudieron expresar opiniones en rechazo al sistema actual de recolección y tratamiento de residuos a nivel provincial (que vino de la abrumadora mayoría que se encontraba presente). Traían preocupación ante la contaminación que se genera actualmente y el impacto en la salud de la población, tanto por basurales a cielo abierto como por algunas fábricas aledañas y otros ejemplos relativos, la poca publicidad o democratización de la convocatoria, también cuestionada desde centros vecinales.
Julio Mamaní, concejal del PTS-FITU, denunció la ausencia del municipio de Palpalá y reclamó su opinión al respecto de que la localidad fuera la deposición final de todos los residuos de la provincia y cuestionó que no se le diera intervención a la universidad pública y profesionales que destinen sus conocimientos en pos de las necesidades sociales.
Ante las grandes empresas y multinacionales, que son las que más contaminan, debe priorizarse una salida favorable a las mayorías populares, un servicio estatal de recolección y tratamiento bajo control de trabajadores y usuarios, principales interesados en un sistema eficiente, apuntó Elias Ortega, concejal del PTS-FITU.
Cabe aclarar que cuanto más se concentra en un solo sitio la deposición puede generar mayor perjuicio al medio ambiente. No resulta recomendable concentrar millones de toneladas de residuo provincial en un solo sitio (Palpalá). Maximizar la recuperación y reciclaje de material no biodegradable (metales, vidrios y metales peligrosos pesados: mercurio, plomo, cromo) y material que se degrada a decenas y cientos de años (plásticos, caucho, etc), inclusive no priorizando la separación en origen (algo que estuvo ausente en la ponencia del Estado). Podría así recuperarse materiales que mediante una economía circular genere un potencial económico, empleo genuino y sea autosostenible económicamente sin la necesidad de imponer tasas al pueblo.
La exposición e informe de impacto ambiental generó más dudas que certezas. No queda clara la captación-separación de gases contaminantes en el tratamiento de lixiviados (líquido resultante de un proceso de percolación de un fluido a través de un sólido). Sólo describe que el “oferente” deberá proponer el diseño de planta a futuro con ciertas pautas y no evalúa la actual, es decir, en las manos del lucro privado.
Por último, el consumo de agua y deposición de aguas residuales es un parámetro importante para evaluar el impacto ambiental de los procesos productivos (huella de agua), en este informe de impacto se hace caso omiso, mostrando un valor de consumo de agua poco creíble en comparación con las toneladas de residuos que se tratarían.
El carácter no vinculante de la audiencia no hace más que confirmar la “formalidad” de la misma, la poca publicidad y democratización de estas políticas a llevarse a cabo, de nula relación con el impacto ambiental y contaminante que puede generar, crítica que se escuchó de vecinos y expositores que acudieron a la convocatoria y repudiaron que la localidad fuera destino de todos los residuos de la provincia, debiendo cargar a su vez con el pago de tasas.