Los tres ejes que se resaltan son la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Sin embargo, las políticas actuales no apuntan a resolverlas, para ello es necesario cambiar el rumbo y edificar una sociedad sobre otras bases.
Domingo 5 de junio de 2022 19:38
El 5 de junio es el día mundial del ambiente (aunque desde la ONU se siga traduciendo el término enviroment como medio-ambiente, el término correcto es ambiente). Es dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y lo celebra desde el 5 de junio de 1973, y cada año es auspiciado por un país diferente, y usado para la divulgación ambiental.
No hay planeta B: "Una sola Tierra"
El lema de este año es Una sola Tierra, y es el mismo lema que fue empleado en la primera Conferencia de Estolmo en 1972. El simbolismo se refuerza debido a que este año el país anfitrión es Suecia, y durante el 2 y 3 de Junio se realizó también Estocolmo+50.
Sin embargo, las efemérides siempre son una buena oportunidad de reflexionar y hacer un balance del estado de situación. El diario The Guardian, es bastante categórico y titula en una nota "Durante 50 años los gobiernos han fallado en actuar ante el cambio climático. No más excusas" [For 50 years, governments have failed to act on climate change. No more excuses, el título original en inglés].
Los últimos informes del Panel Científico Internacional del Cambio Climático de la ONU IPCC sobre la crisis climática, consecuencia de la irracionalidad del sistema productivo que impone el capitalismo, muestra que no se puede seguir dejando en mano de los gobiernos y de los intereses de los empresarios que haya un cambio de rumbo.
El panorama local
Es muy clara la necesidad de la reducción de gases de efecto invernadero, y diferentes gobiernos en el país, a ambos lado de la grieta, se pintan de verde en este día. Sin embargo, durante esta última semana se desarrolló en Mar del Plata una audiencia pública para avanzar en la exploración y extracción de petróleo offshore cerca de la costa marplatense. También se impulsa el fracking en Vaca Muerta. Dos formas de generar gases de efecto invernadero y destrucción ambiental y social en clave extractivista. Todo esto se lleva adelante con la excusa de conseguir dólares porque hay que pagar al FMI.
Otro de los grandes problemas que se menciona desde los auspiciantes de la fecha es la pérdida de biodiversidad, y sin embargo se sigue cajoneando la Ley de Humedales mientras que el agronegocio y el negocio inmobiliario siguen avanzando sobre ellos (los humedales, el 21% del territorio del país, alojan una importante biodiversidad y, un dato no menor, son importantes "sumideros" de carbono).
Y por último, mencionan a la contaminación, pero, solo por poner un ejemplo, recientemente se denunció un nuevo derrame producto de la megaminería en Veladero, uno más y van... Pero a pesar de esto, desde el gobierno nacional y provinciales buscan impulsar la megaminería, ahora de litio y bajo una bandera verde, a pesar de que no tiene licencia social. Y resulta imposible hablar de contaminación en el país sino se tienen en cuenta las consecuencias de las fumigaciones producto del modelo del agronegocio (que recibe un nuevo impulso con la reciente aprobación del trigo HB4).
Vivir de otra manera es posible
Sin embargo, se puede torcer el rumbo. La juventud en todo el mundo se ha movilizado porque no está dispuesta a resignar su futuro. Los trabajadores de las fábricas sin patrones de Zanon y de Madygraf, son ejemplos que muestran cómo cuando podemos decidir sobre qué producir, cómo hacerlo y cuánto, puede también cuidar el ambiente. Porque son ellos, la clase trabajadora en toda su heterogeneidad, quienes saben que si contaminan su lugar de trabajo, entonces también contaminan el lugar en donde muchos viven. Decidir permite planificar para no derrochar. No dejarse llevar con el lucro permite abandonar la obsolescencia programada. Poner los intereses de las mayorías populares por encima de los intereses de unos pocos es necesario para poder tomar las medidas necesarias y así vivir en armonía con el ambiente.