El capitán del Boca de Bianchi recuerda cómo se forjó aquel equipo mítico que cambió la historia moderna del club. Tiene ganas de volver a dirigir y desmiente su retiro como entrenador.
Lunes 30 de diciembre de 2019 20:57
Imagen: sitio web del diario Olé.
¿Estás retirado como técnico?
No. Es una versión que circula en los medios desde que no fui a Chacarita. Siempre que hay un rumor de esas características es igual. Nunca se publica la desmentida de la misma manera que la mentira o el error. Todo fue falso. Cada vez que tuve la oportunidad lo desmentí, pero lamentablemente quedó instalado. Estoy esperando alguna oportunidad de volver a dirigir. Tengo ganas de volver a trabajar.
¿Cuándo definiste que querías ser entrenador?
Fue raro. Terminé de jugar y no lo tenía definido. Lo veía como una posibilidad a futuro. Hice el curso durante los últimos años de mi carrera como futbolista, pero cuando terminé de jugar profesionalmente lo primero que hice fue alejarme un poco del mundo del fútbol. Jugaba mucho al tenis hasta que surgió la posibilidad de dirigir en Tigre. Ahí me junté con Jorge Fontana y el hijo del profe Santella y armamos el cuerpo técnico. Tuvimos una experiencia muy buena en Tigre. Logramos el ascenso y dos subcampeonatos de Primera División.
¿Cómo viviste tu experiencia en los medios de comunicación?
Antes de dirigir en San Martín de Tucumán estuve trabajando en Fox Sports. Fui columnista de un programa del Pollo Vignolo, pero mi idea siempre era la de volver a dirigir. Entonces en el programa no era de “tirar bombas”, no me gusta. No podía hacer quilombo en los medios y después volver a dirigir como si nada. Terminaba estando muy callado en el programa y eso no servía. Son dos caminos diferentes. Yo elijo el de entrenador.
Tuviste como entrenadores a Bilardo, Basile, Bianchi y Bielsa. ¿Cómo es ser dirigido por estos próceres del fútbol?
Un combo de locura. Cada uno con su estilo han demostrado ser técnicos impresionantes. De todos aprendés. El más “loco” es Bielsa por su forma de ser, por cómo trabaja. Bilardo tiene una locura distinta a la de Bielsa, está pendiente de cosas que solo él ve. Basile es un tipo de “códigos futboleros”, de amigos, más simple, más de barrio. Bianchi es un tipo muy simple, muy tranquilo, muy inteligente. Tenía bien a todo el plantel y veía muy bien el fútbol y sin grandes secretos y apoyado por un profe excelente como Santella.
Fuiste el capitán del equipo de Boca que cambió la historia moderna del club. ¿Qué recordás de aquel equipo bicampeón de 1998?
Se armó un equipo espectacular. Un cuerpo técnico excelente y jugadores maravillosos, entre todos esos jugadores de excelente nivel además estaba Román. Los resultados hablaron por si solos.
Siempre remarco que una de las claves de ese Boca era el profe Santella. Yo jugaba adelante de Ibarra o Arruabarrena. Iban todos a los tiros. Había que estar 10 puntos físicamente para jugar en ese equipo.
Jugabas como volante por derecha o por izquierda en un mediocampo con tres jugadores por detrás del enganche. ¿Existe ese puesto en el fútbol actual?
Ahora se le dicen volantes interiores, internos. Pero antes para marcar había que cubrir todo el largo de la cancha. Ahora hay más ayuda de los delanteros que juegan por afuera. Hoy los volantes por afuera no cubren tanto espacio.
¿Nunca tuvieron problemas con el cuerpo técnico debido a la fuerte exigencia?
No, el profe era un fenómeno. Tenía experiencia y personalidad. Los jugadores no le decíamos nada. Nosotros los jugadores, nos gustara o no, nos callábamos y trabajábamos. Ahora cambió un poco la cosa, los jugadores hoy en día hablan más.
Te fuiste al Villarreal de España después del bicampeonato local y no disputaste la Copa Libertadores del 2000. ¿No te quedó una deuda pendiente en aquel momento?
No. Ni Bianchi ni Macri querían que me vaya. Pero yo tenía el sueño de jugar en Europa. Tenía 29 años y quería aprovechar la oportunidad. No fue nada fácil irme. Lloré todo el viaje hasta llegar a Villarreal. Fue muy difícil, pero yo tenía ese sueño y no me arrepiento. Después por algunos inconvenientes con el entrenador me tuve que volver. Victor Muñoz fue el peor entrenador que tuve en mi carrera. Quede libre, fui 6 meses a México y después tuve la suerte de volver a Boca. Pude jugar y ganar la Copa Libertadores del 2003 y la Intercontinental frente al Milan.
¿Cómo se siente ganar una Copa Libertadores?
Por cómo se dio esa copa del 2003, fue lo mejor que me pasó en mi carrera. Estábamos complicados después de perder con Paysandú en la Bombonera. En la revancha, Bianchi sorprende poniendo de entrada como delanteros a Delgado, Guillermo y Tevez. Ganamos 4 a 2 ese partido y a partir de ahí el equipo fue una máquina. Terminamos ganando la copa en Santos frente a un equipo que venía invicto y lleno de figuras como Robinho, Elano, Diego.
Después vino la final contra el Milan…
Nosotros los matamos en lo físico. El partido lo tendríamos que haber ganado en los 90 o en los 120 pero no se dio y fuimos a los penales. Por suerte lo terminamos ganando.
En ese momento se hablaba mucho del desinterés de los europeos por la Copa Intercontinental. ¿Era así?
No es así. No subestimaban nada. Ellos querían ganar como cualquier equipo. Lo que pasa es que ellos son diferentes a nosotros. Marcan distinto, presionan distinto, viven distinto. Los argentinos vivimos el fútbol de otra manera.
¿La importancia de la Copa Libertadores es cada vez más grande?
Eso está relacionado con lo mediático y con lo tecnológico. Con la masividad que alcanza la copa. Siempre fue importante, pero ahora es más relevante y eso se refleja en la importancia económica que tiene la competencia actualmente. River además de la final perdió 6 millones de dólares.
Es inevitable la comparación de este River con el Boca de Bianchi. ¿Cómo lo analizás?
La clave de este River está en el aspecto físico, igual que aquel Boca. Gallardo es un gran entrenador que lee muy bien los partidos. River tiene muy buenos jugadores que al estar bien físicamente no tienen miedo de arriesgar, y ha conseguido grandes resultados. Hay bastantes similitudes entre ambos equipos.
¿Tuviste la oportunidad de dirigir a Boca en algún momento?
Me llamaron cuando estaba en Tigre, pero yo estaba cómodo ahí y creí que no era el momento.
¿Imaginaste que Macri iba a llegar a ser el Presidente de la Nación?
Si me decían que Macri iba a ser el Presidente no lo creía. Como capitán estuve en varias reuniones con él y algunos compañeros peleando por los premios. Eran reuniones complicadas. No aflojaba y muchas veces tuvimos discusiones fuertes pero todo terminaba ahí. Cada uno ocupaba su rol.
¿Cómo ves a la Selección de cara a las Eliminatorias?
En la Selección se hicieron muchas cosas mal. El técnico ideal era Martino. No sé si lo dejaron ir o lo fueron. A partir de ahí se dio una cadena de errores y quilombos que hicieron que nos vaya mal. Ahora está Scaloni, que es chico, que puede ser un gran entrenador, pero que no tiene experiencia y no creo que sea el adecuado, más allá de algunos buenos resultados de este último tiempo. La Selección Argentina no está para hacer pruebas. Es todo muy raro.
Entrevista publicada originalmente por el autor en el sitio Globalonet.