En época de campaña electoral, no hay fuerza política de las tradicionales que no busque la manera de “aparecer en la foto”, como se dice vulgarmente, y aprovechar cada evento que pueda para proyectar su fuerza, sobre todo en lugares donde es débil todavía y no cuenta con figuras conocidas.
Ese es el caso de Diego Kravetz, el llamado “operador porteño” de Sergio Massa, quien bajo el pretexto de apoyar un proyecto de ley, presentado en la legislatura porteña, que prohíbe la reventa de entradas en espectáculos deportivos y artísticos en el ámbito de la ciudad, aprovechó para aparecer públicamente.
Junto a otra de las figuras porteñas de ese espacio, Florencia Arrietto, ex jefa de Seguridad de Independiente bajo la gestión de Javier Cantero, hicieron declaraciones en apoyo al citado proyecto, que establece multas que van desde los 2 mil hasta los 30 mil pesos y de 2 a 20 días de arresto a quien participe en las reventa de entradas.
Ambos dirigentes afirmaron: “la pena contra la reventa tiene que ser alta y ejemplar y sin posibilidad de excarcelación”. Al mismo tiempo que agregaron: “ahora tenemos que terminar con la mafia de los trapitos, el otro ingreso de los barrabravas”.
Sin dudas, posiciones duras, que van en sintonía con las reaccionarias declaraciones del resto de los dirigentes de esa fuerza política, sobre temas, como por ejemplo, la seguridad.
Como venimos haciendo Desde La Izquierda Diario, le dedicaremos unas líneas al pasado del hombre elegido por Sergio Massa para ordenar su tropa y elegir el candidato de los cien barrios porteños.
Su tarea pública es la ser el armador político del Frente Renovador en CABA. Dicen que lo quiere tentar a Martin Losteau, actualmente diputado por UNEN, como candidato a jefe de gobierno. “Martín es un amigo. Ya en 2011 yo le había propuesto que fuera candidato por otro espacio. Sin dudas tenemos muchas cosas en común. Creo que se sentiría mucho más cómodo en nuestro espacio que en el lugar donde está.”, dice Kravetz., agitando la candidatura de Losteau, contra los que se inclinan por la del ex ministro de Economía, Roberto Lavagna. Tiene una carrera de más de 10 años en la función pública, que surgió y creció a la vera del kirchnerismo y agrupaciones satélites que lo apoyaban. En el 2003 encabezó la lista de legisladores porteños del Partido de la Revolución Democrática, que postulaba como diputado nacional a Miguel Bonasso. Esta alianza fue una de las principales expresiones del kirchenrismo a nivel local, que impulsó la reelección del entonces jefe de Gobierno porteño, Anibal Ibarra. Recién asumido en su cargo legislativo presidió el bloque "11 de Marzo" y coordinó el armado local del Frente para la Victoria ( FPV), fuerza política a la que representó en las elecciones del 2007 y a la que perteneció hasta el año 2009. En el 2004 fue autor (en tanto abogado del Movimiento de Fábricas Recuperadas y legislador) de una ley de expropiación para empresas recuperadas en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Dicha ley contenía una pequeña trampa para los trabajadores y es lo que valió la oposición en ese momento de algunos protagonistas del fenómeno de la fábricas ocupadas, entre ellos los obreros de la cerámica neuquina Zanon. Esa trampa consistió en que la ley establecía que el Estado de la ciudad cedía en títulos onerosos las instalaciones (inmuebles y maquinarias). Tales beneficios serían pagados por las cooperativas en 20 años a partir del tercer año de la expropiación. Es decir, los empresarios que habían vaciado las fábricas y dejado a miles de familias en la calle (como sucedió a partir de diciembre de 2001), se vieron beneficiados por las indemnizaciones pagadas por el Estado, y como si eso fuera poco, este considero que deberían ser los trabajadores que se hicieron cargo de esas fábricas, los que terminaran pagando. En ese momento Kravetz defendía a capa y espada al proyecto nacional y popular que inauguro Nestor Kircher en el 2003. En ese momento, cumplió fielmente la tarea de combatir la perspectiva que planteaban experiencias como la de los trabajadores de Zanon que reclamaban: la estatización de toda fábrica que cierre o despida, sin pago y la puesta en producción al servicio de la comunidad y bajo el control de sus trabajadores.
Veremos qué es lo que está dispuesto a hacer por Sergio Massa.