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Ajuste. Diez motivos para marchar este miércoles contra el Presupuesto 2019

El Presupuesto 2019 condensa el ajuste del gobierno y el FMI, en acuerdo con los gobernadores, contra trabajadores, mujeres y jóvenes. Las conducciones sindicales a pesar de las críticas, casi en su totalidad estarán ausentes en el reclamo en las calles.

Lucía Ortega

Lucía Ortega @OrtegaLu_

Martes 13 de noviembre de 2018

La lucha contra la reforma previsional, la pelea por el derecho al aborto y la lucha estudiantil movilizaron a miles en todo el país por demandas específicas. Este miércoles esa enorme fuerza que se vio en las calles a lo largo de todo el 2018 podría haber confluido en el Congreso. Sin embargo, las direcciones sindicales -tanto semioficialistas como semiopositoras- lo impedirán. Se convertirán así en cómplices del ajuste que implica el Presupuesto 2019. Un presupuesto acordado entre gobernadores peronistas y macrismo, bajo las órdenes del Fondo Monetario Internacional. Un presupuesto de ajuste que empuja a una nueva crisis social a millones de trabajadores y trabajadoras.

Aunque en la dirigencia sindical sobran las palabras contra el ajuste y el ataque al nivel de vida de la población, no hay ningún llamado a acciones verdaderamente contundentes que puedan derrotar esta política de ajuste. Aunque las CTA convocan a movilizar y habrá paro en gremios como ATE, eso está muy lejos de las medidas de lucha que se necesitan para enfrentar el acuerdo entre Macri, el FMI y los gobernadores. Sin ir más lejos, el gremio más numeroso de la CTA-Yasky, CTERA, que nuclea a cientos de miles de docentes, no llama a parar.

Este miércoles el sindicalismo combativo estará en las calles, como ocurrió a lo largo del año. El Frente de Izquierda marchará y llama a movilizar. Esa fuerza es la que, dentro del recinto se opuso claramente al Presupuesto. Es la misma que también estuvo en la calle con fuerza el pasado 24/10, cuando la ley se trató en Diputados.

Sobran los motivos para movilizarse. El Presupuesto es un claro ataque al conjunto de los intereses obreros y populares, en interés del gran capital financiero. Aquí planteamos diez motivos para rechazar este presupuesto.

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1) El FMI digita la economía. El préstamo del organismo que se amplió a U$S 57.610 millones sólo tiene como destino garantizar el pago de la deuda a los especuladores, y ni siquiera se está seguro de que alcance. Mientras tanto, se exige un recorte del presupuesto de $ 360 mil millones (los ingresos aumentan 43% mientras los gastos lo hacen 24%) que recae sobre las espaldas de los trabajadores. Este ajuste en los ingresos y gastos del Estado vino acompañado de una fuerte devaluación, una caída del salario real que llegará a 20 puntos en diciembre, fuertes tarifazos, un congenlamiento del crédito con tasas de interés altísimas y un parate a la actividad que ya está implicando menores puestos de trabajo. El FMI tiene su oficina en el Banco Central desde donde digita el rumbo a seguir por Guido Sandleris y también por el alumno diez Nicolás Dujovne.

2) Recorte en Educación:Tomando la inflación, caen 10 % los fondos para Educación y Cultura. Esto implica 77 % menos para infraestructura escolar, 39 % menos para formación docente, 35 % menos en becas para estudiantes. Para la universidad pública es un ajuste de un 18 % acumulado entre 2018 y 2019. En Ciencia y Técnica el recorte es de 5,3 % real.

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3) Recorte en salud: La Salud es otra de las grandes perdedoras con el nuevo presupuesto. La partida destinada a ese fin sufre un recorte de 4 % en términos reales (comparado con la inflación de 34,8 %). Los fondos para 5 hospitales nacionales que tratan enfermedades complejas caen un 17 %. Las erogaciones destinadas a la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, sufrirá un recorte del 42,5 % y la Dirección de Promoción de la Salud y control de Enfermedades No transmisibles tendrá un recorte en términos reales del 35,8 % de los recursos.

4) Recorte a los jubilados, los niños y los niñas y liquidación del FGS: El gobierno prevé avanzar con la liquidación de los fondos de la Anses al ritmo de 0,4 % del PBI por año, tal como acordó con el FMI. Así también, recorta 11 % los recursos reales destinados a la Asignación Universal por Hijo (AUH), limita el otorgamiento de la ya muy baja Pensión Universal para el Adulto Mayor (que es el 80 % de la jubilación mínima) en función de "características socioeconómicas", y avanza en poner restricciones al plus de haberes y asignaciones por zona Austral.

5) Más tarifazos: Los subsidios a los servicios públicos se reducen un 31 %. Como se garantiza que las empresas privatizadas no pierden, eso se traducirá en aumentos de tarifas. Recortes en vivienda: caen 17 % los fondos reales para el gasto en Vivienda y se reducen las transferencias de capital para obras de infraestructura.

6) Recorte a las mujeres y diversidades: Se reducen un 18 % los recursos reales para el Instituto Nacional de las Mujeres y un 55 % en el Plan de Prevención y Erradicación de la Violencia hacia las mujeres. De conjunto sólo el 0,13 % del presupuesto total irán al financiamiento de programas vinculados a derechos de las mujeres y la diversidad sexual, equivale a menos del 1 % de todo lo que se va a destinar a intereses de deuda a especuladores.

7) Recorte sobre trabajadores estatales: Se congela el ingreso de trabajadores al Estado y se establece un recorte de los salarios en términos reales, que ya cayeron 18 % desde 2015.

8) Cada vez se paga más deuda: Pero mientras inducen este ajuste sobre el pueblo trabajador, $600.000 millones se destinan al pago de deuda pública. La partida destinada al pago de intereses de la deuda es el rubro que más aumenta: 49 % (y 10,4 % en términos reales).

Este dinero equivale a 4 veces el gasto anual en Salud; 2,6 veces el de Educación; 13 veces el de Ciencia y Técnica; el 38 % del gasto en jubilaciones y pensiones y 21 veces el de Vivienda. A su vez, con ese monto se podrían construir 50 mil jardines de infantes o 10 mil escuelas o 500 hospitales.

9) En las provincias los gobernadores también pactaron el ajuste: El gobierno nacional estableció un acuerdo con 18 de los 24 goberandores, expresado en la adenda al Consenso Fiscal. Como parte de ese acuerdo, el Presupuesto incluye un fondo de $ 6.500 millones para compensar a las provincias al traspasarle los subsidios al transporte, a cambio de mayores beneficios a empresas con recortes impositivos y ajustes en los gastos provinciales.

10) Se profundizan los desequilibrios y crece la deuda: Mientras se pagan cada vez más intereses de deuda, la deuda pública no para de crecer. Algunas consultoras estiman que llegará a más de 90 % del PBI a fin de año. A esto hay que sumarle la deuda "cuasifiscal" del Banco Central, implementada para sostener una equilibrio ficticio con el dólar.

Pero además, el Presupuesto 2019 establece que las necesidades financieras brutas hacia 2019 son de U$S 38.900 millones, de los cuales faltaban cubrir U$S 22.600 millones. El nuevo acuerdo con el FMI, incluidos los mayores desembolsos, alcanza sólo para la mitad. Los técnicos del Fondo consideran que "la deuda es sostenible, pero no con una probabilidad alta". Esto indica que irán a la caza de exprimir más al pueblo trabajador para pagar la deuda con la última gota de sudor.

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Lucía Ortega

Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.

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