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Asia central. Dimite el Gobierno de Kazajistán ante la ola protestas contra el aumento de los combustibles

El presidente acepta la dimisión de los miembros del Gobierno, el mandatario introdujo el estado de sitio en varias regiones del país.

La Izquierda Diario

La Izquierda Diario @izquierdadiario

Miércoles 5 de enero de 2022 00:18

El presidente Kasim-Yomart Tokáyev envió un mensaje al país tratando de calmar las manifestaciones que protestan en distintas zonas contra la subida de los precios del gas licuado (GLP), al mismo tiempo que declaró el estado de sitio en dos escenarios de las protestas.

"Queridos compatriotas, nuevamente les hago un llamamiento para que sean prudentes y no sucumban a las provocaciones internas y externas", dijo Tokáyev en un discurso televisado luego de la tercera jornada de protestas.

El mandatario aceptó la dimisión del Gobierno en concordancia con el artículo 70 de la Constitución de la nación, según se informa en el portal oficial. Los miembros del Gobierno disuelto seguirán en sus funciones hasta la formación de un nuevo Gabinete. Mientras, Aliján Smaílov será el primer ministro interino del país.

También publicó un decreto en la web presidencial donde se informa que a partir de la medianoche se declara el estado de emergencia en la ciudad de Almaty, antigua capital kazaja y la mayor ciudad del país, y la región occidental de Mangystau, donde se originaron las protestas a principios de este año.

En las redes sociales comenzaron a circular imágenes de la represión policial contra los manifestantes.

El Gobierno ya prometió bajar los precios de los combustibles, que subieron a partir del 1 de enero, pero esta noticia por el momento no ha repercutido en la magnitud de las protestas.

Se trata del segundo mensaje de Tokáyev a lo largo de esta jornada para calmar los ánimos de los manifestantes kazajos, que comenzaron a salir a las calles el pasado 2 de enero.

Horas antes, el mandatario kazajo pidió "no dejarse llevar" por llamamientos de personas que quieren "dinamitar la estabilidad" en el mayor país de Asia Central y "romper la unidad" del pueblo, al mismo tiempo prometía que las exigencias de carácter social y económico que expresan las protestas serían estudiadas.

Con el correr de los días las manifestaciones se han extendido a otras ciudades así como un campamento de trabajadores utilizado por los subcontratistas del mayor productor de petróleo de Kazajistán, Tengizchevroil. Según los informes, las protestas han involucrado a miles de personas.

Los manifestantes exigen que el precio del GLP se reduzca a la mitad de los 120 tenge (0,27 dólares) por litro que cuesta con el aumento y que se suma al deterioro económico provocado por la pandemia. Los minoristas han acordado reducir el precio pero solo en una cuarta parte.

La ciudad de Zhanaozen fue el escenario de las protestas más importantes que vivió el país desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, cuando al menos 14 trabajadores petroleros en huelga fueron asesinados en 2011 por la policía que aplastó una protesta por las condiciones salariales y laborales.

El presidente Tokayev asumió el cargo en 2019, elegido personalmente como sucesor por el "líder fundador" del país de Asia central, Nursultan Nazarbayev.

Nazarbayev, que tiene 81 años y gobernó Kazajstán desde 1989, conserva el control del país como presidente del consejo de seguridad y "líder de la nación", un título que le otorga privilegios únicos en la formulación de políticas, así como inmunidad judicial.

Este control político absoluto, que incluye un Parlamento que carece de oposición, junto a represión y persecución policial permanente hizo que las protestas públicas en el país sean poco comunes. A pesar de que las manifestaciones son consideradas ilegales si sus organizadores no presentan un aviso con anticipación, las actuales manifestaciones se realizan en forma espontanea desde hace tres días, enfrentando la represión policial pero también al Gobierno cansados de una situación económica y social apremiante a lo que se suma ahora el aumento de los combustibles y con él, también el aumento de los productos básicos, cuando el Fondo Monetario Internacional está exigiendo además aumentos impositivos.