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Red Internacional
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Tribuna Abierta. "Diseño curricular emancipador": incremento de la precarización laboral en nivel medio

Marcia Moscoso es profesora del CPEM 41 de Neuquén, licenciada en letras y maestranda en estudios de las mujeres y de género de la Universidad Nacional del Comahue. En estas líneas hace un balance de la primera etapa de la puesta en marcha de la reforma pedagógica que avanzó en los primeros años de los colegios secundarios de la provincia en septiembre del 2023, impulsada por el MPN y la conducción TEP de ATEN.

Jueves 7 de diciembre de 2023

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La gran mayoría de lxs docentes de nivel medio sentimos que la conducción provincial de Aten
no nos escucha y que defienden una reforma que lejos de mejorar nuestras condiciones laborales ha agudizado nuestra precariedad como trabajadorxs por los siguientes motivos.

En primer lugar, se aplicó en septiembre y no respetó el proceso de adaptación de lxs estudiantes de primer año (tuvieron que amoldarse a un plan de estudios nuevo cuando habían empezado con otro). Si se considera a lxs estudiantes como sujetxs de derecho, se lxs debería haber consultado al respecto.

En segundo lugar, alteró la organización de las escuelas afectando la vida familiar de las docentes (en su mayoría mujeres a cargo de tareas de crianza y cuidados) y de toda la comunidad educativa en general. Esto presenta una contradicción epistemológica entre la perspectiva feminista de ese currículum y nuestra práctica concreta puesto que estamos más explotadas que antes y en una condición de vulnerabilidad mayor. Esa organización familiar fue perturbada porque cambiaron los horarios de las declaraciones juradas (que eran un derecho adquirido) y las nuevas horas de articulación modificaron también nuestra jornada laboral ya que resulta imposible acomodarlas (porque deben coincidir varixs profesorxs en un mismo horario- cuando trabajamos en diferentes turnos, niveles y escuelas y tenemos diferentes rutinas familiares).

Asimismo, cabe agregar que la disposición que regula las horas de articulación establece que el horario de las mismas puede ser organizado en función de la disponibilidad de cada escuela, por lo tanto si una escuela tiene tres turnos, pasas a ser unx docente full time: podes dar clase a la mañana y tener que ir en el turno vespertino o noche a cumplir con las horas de articulación. Además, en esas horas de articulación, es tal la cantidad de tareas que debe realizar cada profesorx que el tiempo resulta insuficiente (puesto que sólo son 40 minutos por área y en algunas áreas deben articular y ponerse de acuerdo cinco docentes) cada docente debe coordinar su trabajo con lxs demás, establecer una nota por área, hacer los informes de proceso (que son individuales). Por lo tanto, eso trae como consecuencia una mayor precarización: somos docentes multitareas y se banaliza nuestro trabajo sin considerar su complejidad.

En tercer lugar, la reforma ha determinado que se vulnere la libertad de cátedra y no se respeten los criterios docentes ya que perdimos la facultad de decidir sobre la modalidad de evaluación en el “POEC” (“paso a paso”) puesto que según este nuevo diseño en esa etapa solo se pueden realizar actividades o trabajos y no evaluaciones (no se tiene en cuenta la formación pedagógica de lxs docentes y se considera a priori que la evaluación es tradicional y por lo tanto negativa sin contemplar el trabajo que se hace en el aula y los saberes de la práctica y experiencia docente). Otra cuestión negativa del diseño curricular es la conformación del equipo de coordinación pedagógica (constituida por bibliotecarixs, preceptorxs, asesoría pedagógica) que pueden incidir en la nota de cada estudiante sin conocer su proceso (en los casos que lx estudiante no apruebe las instancias de fortalecimiento), es decir, se le otorga la facultad de intervenir a personas que en muchos casos no tienen formación ni pedagógica ni específica en el espacio curricular que adeuda cada estudiante (lo cual implícitamente constituye una desautorización de esx docente que siguió la trayectoria de sus estudiantes todo el año).

En cuarto lugar, se le exige a cada docente un trabajo personalizado por estudiante debido a que debe armar un informe de proceso de cada unx (en nivel medio unx docente puede llegar a tener quince cursos, esto en promedio es equivalente a 450 informes), trabajo que debemos llevarnos a nuestros hogares puesto que las horas de articulación no alcanzan para hacer tamaña tarea. De este modo, ahora tenemos que hacer más trabajo no remunerado (que se suma a la preparación de clases, correcciones, etc.). Además, debemos poner nuestros propios recursos para elaborar esos informes, debido a que tenemos que usar nuestras propias computadoras y pagar los gastos de electricidad que eso genera en nuestros hogares, entre otras cuestiones.

En sexto lugar, la idea del calendario situado ha desregulado nuestro trabajo porque cada escuela toma decisiones diferentes y por lo tanto si trabajás en diferentes escuelas podés tener POEC en febrero en algunas, y en otras mesas de exámenes de regulares, y esas obligaciones pueden superponerse (queda librado a cada institución cómo organiza todo eso, lo cual deviene en un verdadero caos). Todo esto produce una sobrecarga en lxs docentes a quienes se les impone una organización distinta según la escuela.

Por último, otro aspecto negativo de esta reforma son las horas de seguimiento de trayectorias. Estas horas fueron dadas a aquellxs docentes que daban materias que dejaron de existir en el nuevo diseño curricular. En esas horas esxs docentes deben hacer un acompañamiento de aquellxs estudiantes que no aprueben en las instancias de fortalecimiento (es decir, que no aprueben ni en diciembre ni en febrero). Al parecer, pueden hacer ese seguimiento, aunque el espacio curricular adeudado por el o lx estudiante no sea de las disciplinas en las que se formó esx docente. Tampoco está claro si va a estar regulada la cantidad de estudiantes que deben acompañar esxs docentes (por lo cual es muy probable que le asignen gran cantidad de estudiantes de diferentes áreas).

En suma, por lo anteriormente expresado… ¿Realmente mejoraron nuestras condiciones laborales? ¿Es verdaderamente emancipador y crítico este nuevo diseño curricular? ¿Es compatible con las tareas de crianza y cuidados y con una perspectiva feminista?