La reciente lucha magisterial y la respuesta que ha dado la presidencia de la República a los reclamos docentes han abierto un sinnúmero de debates y uno de ellos consiste en cómo desarrollar la alianza con las madres y padres de familia, como los principales interesadxs en la educación de sus hijxs.
Miércoles 8 de mayo
Durante el sexenio pasado, en 2016, en la CDMX nos movilizamos decenas de miles de docentes bloqueando más de 70 puntos viales en toda la ciudad, lo que obligó a las autoridades a tener que responder a los reclamos de ese momento. Una hazaña como esta no pudo darse solo con la fuerza de las y los docentes movilizados, sino que las madres y padres de familia en cada escuela acudieron con candados y cadenas para cerrar las escuelas y alentar la movilización y el paro que en ese momento se hizo.
Y es que en aquellos años estaban empezando a llegar recibos estratosféricos de luz, agua y gas que tenían que ser pagados por madres y padres de familia, esto como parte de la política del gobierno de EPN para imponer un paso en la privatización de las escuelas públicas; sin embargo, el cierre de filas entre madres, padres y docentes les impidió dar ese paso.
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Este episodio nos dejó un par de grandes enseñanzas: la importancia que tienen nuestras comunidades educativas -que incluyen madres, padres y demás sectores populares- no solamente para que “se sumen” a un reclamo docente, sino para pensar colectivamente cómo desarrollar esa unidad en torno a la defensa a la educación pública como un derecho ganado hace más de 100 años. Por otro lado nos muestra que ningún gobierno cede nada si no hay una enorme presión social que le imponga la resolución efectiva de las demandas presentadas.
Pero también como docentes, madres y padres de familia debemos preguntarnos: ¿la situación de las escuelas y las condiciones de vida de nuestrxs alumnos/hijos en ellas ha cambiado sustancialmente en un sentido positivo? Pues si bien este gobierno ha tenido política para dar becas, apoyos y demás asistencias a la educación, pensamos que tenemos que ir por mucho más en cuanto a las condiciones de estudio, que son al mismo tiempo las condiciones laborales de la docencia.
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Docentes y madres/padres unidxs por la educación pública
Cuando las y los docentes nos movilizamos en el pasado no solo reclamamos por nuestras condiciones laborales o por salarios, pues vemos y conocemos las condiciones en las que están nuestrxs estudiantes, sabemos que muchos llegan sin comer, sin materiales, etc. pero también entendemos que las jornadas de trabajo para madres y padres de familia son cada vez más extenuantes, cada vez hay menos derechos laborales y menos posibilidades de pasar tiempo con nuestras familias.
Por eso es que consideramos que reclamar más salarios y mejores condiciones de trabajo debe extenderse también madres y padres de familia -que también trabajan- y puedan animarse en ganar más derechos: estabilidad laboral y con plenos derechos, buenos salarios y sobre todo tiempo libre para pasarlo con la familia, para descansar, para actividades recreativas y también para organizarnos.
Pero hay otros intereses comunes que pueden ser la base para unirnos. En ese sentido, uno de los principales reclamos de esta lucha, que estalló por la cuestión salarial, es el aumento del presupuesto educativo, pues este elemento, desde nuestro punto de vista como profesores de la Agrupación Nuestra Clase, es crucial porque implicaría no solamente obtener los recursos para mejorar los salarios de los docentes, sino para equipar las escuelas ya existentes con gimnasios, comedores gratuitos, enfermerías, equipos de cómputo suficientes, servicios; para mejorar la infraestructura, mantenimiento, cubrir el personal faltante, etc. Pero también para construir más escuelas y así evitar que nuestrxs estudiantes (tus hijxs) sigan hacinados en salones con más de 40 o 50 alumnos, lo cual es antipedagógico e inseguro.
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Así mismo, ante la degradación de las condiciones sociales, que influyen en la niñez y la juventud, o los problemas de salud que puedan presentarse, opinamos que también la escuela debe atender estas cuestiones, contratando más personal como médicos, enfermeras y psicólogos, no solo para que el gobierno no siga cargándole la mano a las maestras y maestros, saturándonos con estas tareas (para las que además no estamos capacitados), sino para que nuestros estudiantes reciban una atención especializada si es que presentan problemas médicos o emocionales.
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Es por eso que retomamos la propuesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para formar comités de lucha en cada escuela, zona y alcaldía/municipio, que desde nuestro punto de vista implicaría también sumar a madres y padres de familia para discutir profundamente como desarrollar la unidad para lograr la solucióna nuestras demandas, ya que inclusive este gobierno nos ha mantenido dando largas o con repuestas a medias, pero si queremos cambios de fondo opinamos que es necesario mostrar que la lucha que ahora llevamos adelante desde el magisterio también es por la defensa de la educación pública de alto nivel académico y humano.
Sin embargo, para eso se necesitan recursos, si queremos construir más escuelas, bien equipadas, con todo el personal necesario y agradables para la niñez y la juventud, debemos organizarnos y unirnos, empezando por la formación y extensión de estos comités de lucha en todos lados, para exigir mayor presupuesto educativo, lo cual podría conseguirse mediante impuestos progresivos a las grandes fortunas y redireccionando los recursos que hoy se destinan a la militarización, a la Guardia Nacional, los megaproyectos y el pago de la deuda externa, que -por ejemplo- se llevó en 2023 el 46.9% del presupuesto nacional anual, equivalente a poco más de 2 billones de pesos. ¿Qué no podríamos hacer si esos recursos se destinan a educación, salud y otras necesidades sociales, y no a un puñado de banqueros internacionales y nacionales, o a fortalecer a las fuerzas armadas, mientras que se preservan los privilegios y beneficios de los grandes empresarios?
Por último, hacemos un llamado a movilizarnos unitariamente el 15 de mayo (metro San Cosme-Zócalo, 9:00 am), en el marco del inicio del paro nacional indefinido convocado por la CNTE, así como a apoyar los paros escolares.