Ultimo fin de semana de la muestra de la artista en el Centro Cultural Borges. Una breve mirada sobre su obra.
Sábado 1ro de septiembre de 2018 16:46
“Mientras tal vez en un lugar una fotografía únicamente puede decirnos lo que vemos con nuestros propios ojos, hay otra en la nos demuestra lo poco que nuestros ojos pueden ver”.
Frase que puede resumir la sensibilidad y sutileza con la que Dorothea Lange realizaba su trabajo, y que puede leerse en una de las paredes de la sala del Centro Cultural Borges que alojó la muestra de 100 fotografías tomadas entre 1935 y 1940, por encargo, para la Administración de Seguridad Agrícola (FSA), primero, y de la Oficina de Información de Guerra después.
El montaje de la muestra que puede apreciarse hasta este fin de semana, no hizo honor a la extraordinaria selección del centenar de imágenes llegadas desde una colección privada de Alemania. La iluminación propuesta reflejaba luces y proyectaba sombras de quien se acercaba a observar, cuestión que dificultaba apreciar el detalle de tal fino trabajo realizado.
Con calidad despareja en las imágenes exhibidas, “Madre Migrante”, copiada en gran formato y en ubicación central, fue un muy buen acierto en el conjunto de toda la serie de fotos que incluye esta imagen icónica. Esta fotografía es, quizá, una de las más reconocidas y poderosas de la historia. La desolación en la mirada de esa mujer, las hijas escondiendo sus caras en su cuerpo, dan a la imagen una extraordinaria belleza dentro del contexto dramático en el que fue tomada.
“Mi enfoque se basa en tres consideraciones: Ante todo: ¡Manos fuera! Aquello que yo fotografío, no lo perturbo ni lo modifico ni lo arreglo. En segundo lugar, un sentido del lugar. Lo que yo fotografío, procuro representarlo como parte de su ambiente, como enraizado en él. En tercer lugar, un sentido del tiempo. Lo que yo fotografío, procuro mostrarlo como poseedor de una posición dada, sea en el pasado o en el presente.”
Basándose para la realización de su trabajo en estos tres principios y con el sentido de ir a la calle, Dorothea Lange decidió salir de casa , dejando de hacer retratos, para contar las verdaderas consecuencias de la gente del campo y cómo éstos sufrían el desastre económico de los EE.UU. de la década de los años 20 y 30 tras el crack financiero y la Gran Depresión.
En aquel contexto el gobierno de EE UU se propuso reubicar agricultores de las regiones afectadas por el Dust Bowl (cuenco de polvo), desastre ecológico que afectó a América del Norte en los años 30 y profundizó los efectos de la crisis económica. Varios cientos de miles de granjeros dejaron sus tierras y se dispusieron a migrar por el país en busca de mejor suerte o en busca de algo que les permitiera sobrevivir. El paisaje natural y humano de gran parte de los Estados Unidos se modificó drásticamente.
Junto a su marido Paul Taylor realizaron un documental llamado “An American Exodus, A Record of Human Erosion”, en donde exponen la pobreza rural y la explotación de cultivadores y trabajadores inmigrantes por los siguientes seis años. El proceso de este trabajo se llevó a cabo entre ambos, en donde su marido hacía las entrevistas y recogía la información, y ella registraba en fotografías el lugar y los campesinos entrevistados. Enfocados en demostrar las consecuencias de la época, la vida y sobrevivencia de estas minorías, utilizó sus fotografías como una forma de denuncia a la sociedad.
Es esto lo que hace destacar el trabajo inconmensurable de Dorothea como fotógrafa. Posicionarse huyendo de los estereotipos de una época que buscaba preservar el sueño americano ocultando todo aquello que no se dirigiera hacia ese propósito.
“La cámara es un instrumento que enseña a la gente como ver sin una cámara.”
Es conocido también el posicionamiento en su trabajo sobre los campos de concentración de ciudadanos estadounidenses de origen japonés, que le valió la censura a su obra.
A raíz del ataque japonés a Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941, el gobierno de Roosevelt creó la War Relocation Authority que gestionaría el internamiento de más de 110.000 personas de etnia japonesa, a pesar de que la mitad de ellas tuvieran la nacionalidad estadounidense.
A pedido de la Oficina de Información de Guerra de Estados, Dorothea registra la evacuación de los japoneses estadounidenses a los campos de concentración tras el ataque a Pearl Harbor. Pero esas fotos que debían tener un sentido para el gobierno, rápidamente tuvieron otro: dejó al desnudo la política ilegal de detención de personas.
Documentó allí unos 27 campos de aislamiento californianos en el año 1942. El impacto de sus fotografías, sobre todo las de niños, provocó que el Gobierno estadounidense le impidiera el acceso a los campos y que el 98% de su trabajo fuera censurado y no publicado en Estados Unidos hasta el año 1972.
Ciudadanos de descendencia japonesa son vacunados y registrados para ser deportados hacia un centro de la War Relocation Authority (San Francisco, California, abril de 1942)
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No resulta exagerado decir que la obra de Lange trasciende el lugar y el tiempo en el que fue realizada, su temática bien puede ser vigente en la actualidad. Su obra es descarnadamente actual y podemos pararnos frente a una de sus imágenes y encontrar paralelismos con nuestros días.
La cámara de Dorothea Lange, considerada uno de los mayores talentos de la fotografía documental del siglo XX, supo capturar imágenes que combinan una extraordinaria sensibilidad con gran nivel de conciencia social, nacidas de su propia superación. Su legado es más que su registro documental, es la oportunidad de retratar lo que nadie quería ver en aquella época.
Puede disfrutarse del ultimo fin de semana de la muestra en la sala 21 del Centro Cultural Borges (Viamonte esq. San Martín.)
Una familia camina en la carretera, cinco hijos. Partieron de Idabel, Oklahoma. Quieren ir a Krebs (Pittsburg County, Oklahoma 1938, junio)
Dirigente de los huelguistas durante la huelga de los cosechadores de algodón. “Vote NO en el numero 1” se refiere a la propuesta de ley anti piquetes (Kern County, California, noviembre 1938)
Desposeídos cosechadores en California. Madre de siete hijos. Treinta y dos años (Nipomo, California, febrero o marzo 1936 ) Foto conocida como "Madre Migrante".
"El estandard de vida más alto del mundo". Cartel de propaganda ubicado en una de las zonas mayormente afectadas por la crisis.