México es el país que más migrantes expulsa, con 823 mil 57 detenciones reportadas por autoridades de Estados Unidos. Una cruda expresión de la crisis que impacta con dureza en la clase trabajadora.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 25 de octubre de 2022
La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP por sus siglas en inglés), reportó cifras récord de migración ilegal proveniente de distintos países. En el año fiscal se realizaron 2 millones 766 mil 582 detenciones, principalmente en su frontera suroeste, que abarca de Texas a California. Una cruda expresión de la crisis que azota con dureza el sur del continente.
De estas detenciones, 823 mil 57 son mexicanos, posicionando a México como el país que más migrantes expulsó en el último periodo. Le siguen Guatemala, con 238 mil 61 detenciones reportadas; Venezuela con 227 mil 547; Cuba con 224 mil 607; Honduras con 214 mil 975; Nicaragua con 164 mil; Colombia con 130 mil 971 colombianos y 97 mil 197 de El Salvador.
Entre estas cifras, la CBP reportó un incremento del 50% en la cantidad de adultos que viajan solos, al tiempo que aumentó la detención de grupos familiares (que pasó de 483 mil 846 a 614 mil 23). Es decir, que ahora no migra un adulto y un menor, si no familias enteras compuestas hasta por tres generaciones o adultos solos.
Ante esta crisis—en medio de la campaña rumbo a las elecciones de medio término en Estados Unidos—, las autoridades estadounidenses ofrecieron 24 mil cupos para migrantes venezolanos. Estos cupos, por demás insuficientes, fueron condicionados con elevadas exigencias económicas, haciéndolos inaccesibles para la mayoría.
El Gobierno de Joe Biden ordenó también la deportación inmediata a México de los migrantes venezolanos que no cumplieran con estas condiciones, agravando la incertidumbre para quienes se encuentran en tránsito. A pesar de que México negoció recibir a los migrantes de Venezuela deportados a cambio de visas estadounidenses para migrantes mexicanos, haitianos y centroamericanos, las condiciones de estancia son precarias y hoy por hoy continúan agrupándose en ciudades fronterizas como Ciudad Juárez en lo que más que un "limbo burocrático", viven un "infierno antiinmigrante" sin techo, comida o trabajo.
Sectores reaccionarios y de derecha han aprovechado esta situación para golpear a gobiernos como el de Miguel Díaz-Canel en Cuba y el de Nicolás Maduro en Venezuela —este último en la mira de la Casa Blanca por su posición cercana a Rusia en el conflicto en Ucrania—, sin mencionar las sanciones y el bloqueo criminal que encabeza Estados Unidos y que es uno de los factores principales de la crisis que finalmente recae sobre los hombros de la clase trabajadora de ambos países.
A restricciones legales como las impuestas por el gobierno de Biden contra migrantes venezolanos, se suma la actuación material de gobiernos como el de México, que actualmente juega un rol de patrulla y centro de detención fronterizo para contener el tránsito hacia Estados Unidos. El despliegue de las Fuerzas Armadas en las fronteras norte y sur de México, así como el bloqueo de puentes como parte de sus métodos que incluyen la represión física, son algunas de las expresiones de una política antiinmigrante cada vez más evidente y al servicio de las necesidades de Washington.