Ayer 25 de septiembre recibimos la triste noticia del fallecimiento de nuestro camarada Eduardo Molina. Desde la LOR-CI de La Paz, Bolivia enviamos un fuerte abrazo y acompañamiento a Aída, Valeria, Iván y a todos su familiares. También a las y los camaradas del PTS y de la FT ante el gran vacío que nos deja su partida.
Jueves 26 de septiembre de 2019
Hoy, 25 de septiembre en horas de la mañana, los militantes de la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) en Bolivia, recibimos la triste noticia del fallecimiento de nuestro compañero y amigo Eduardo Molina. Con Eduardo compartimos personal y políticamente momentos de la lucha de clases que fueron los mas intensos de los últimos 30 años como fue la Guerra de Gas y toda la serie de levantamientos y crisis nacionales que vivió Bolivia la ultima década, por lo que podría contar decenas de anécdotas de todo ese periodo, y que sin embargo la tristeza que genera su partida se me hace muy difícil saber por donde empezar. Eduardo fue un compañero con larga tradición en nuestra corriente. Empezó a militar en el trotskismo, en el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) de Argentina, en los tempranos 70 cuando aún era estudiante en el colegio secundario, actividad que no abandonó hasta hoy, pese a las adversidades que el tiempo, la vida y las cambiantes condiciones de la lucha de clases nos van imponiendo.
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Conocí a Eduardo en los primeros años 90, en el local del PTS en Lanus, en la zona sur del Gran Buenos Aires. Se había incorporado al PTS como resultado de múltiples discusiones que en aquellos años atravesaban a toda la izquierda mundial. La burocracia stalinista de la ex URSS, en 1989-1991, se había pasado con armas y bagajes al campo de la restauración capitalista generando una ola de triunfalismo burgués imperialista sin precedentes, que alentaba el abandono de muchos, hasta entonces revolucionarios, al campo de reformismo y el autonomismo o peor aún, se abandonaba toda lucha y toda militancia. Eran los “días de perro” para los trabajadores y los revolucionarios. Fue en esos momentos de resistencia, donde el sentido común reaccionario ponía en cuestión todas las adquisiciones programáticas, ideológicas y políticas adquiridas trabajosamente por la clase obrera en más de un siglo de lucha de clases en que empezamos a construir no solo una relación de camaradas sino también de amigos.
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Esa amistad se afirmó y se fortaleció, con la llegada de Eduardo a Bolivia a principios de la década pasada, en un momento completamente distinto al de los 90, y donde los vientos favorables de la lucha de clases se empezaban a sentir. Empezó con la guerra del agua en Cochabamba en abril del 2000 y el levantamiento aymara de septiembre del mismo año en Bolivia y luego el 21D del 2001 en Argentina. Nuevos problemas políticos y desafíos se presentaban y fue ahí donde la capacidad analítica, los conocimientos de la realidad latinoamericana y particularmente de Bolivia, y la tradición y experiencia que portaba Eduardo contribuyeron decididamente a la lucha por una política independiente, para un grupo muy joven y sin experiencia como la LOR-CI, que a 3 meses de su fundación tuvo que hacer frente a problemas teóricos y políticos que las grandes acciones de masas ponían en la mesa de discusión. ¿Qué relación existía entre las demandas de las masas insurrectas de Cochabamba el 2000 o el Alto el 2003, como la de Asamblea Constituyente con la estrategia y el programa de la revolución socialista? ¿Qué relación existía entre las demandas étnico-nacionales de los pueblos originarios, la lucha de masas y nuestra pelea por la emergencia del movimiento obrero? Estas y muchas otras preguntas fueron respondidas en múltiples artículos y revistas, entre ellas la revista de los Andes, o Lucha de Clases en cuyas páginas se polemizaba y se extraían lecciones de los acontecimientos que nos tocó vivir.
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A propósito de estas revista, recuerdo un articulo de Eduardo del 2007, “populismo posmarxista versus marxismo”, en polémica con García Linera, que provoco a días de publicada la revista, que el vicepresidente, en un seminario que dio en el paraninfo universitario de la UMSA, ante cientos de estudiantes y transmitido en directo por el canal universitario, respondiera punto por punto las criticas formuladas por Eduardo, sin nombrarlo, aprovechando para atacar una izquierda que no se resignaba a pelear solamente por “lo posible”. Durante esos años en los que la tónica de la situación política la daban las masas en las calles, la LORCI concentro sus esfuerzos en ligarse a los pocos destacamentos obreros que participaban de las movilizaciones, entre ellos los mineros de Huanuni. Recuerdo que durante la insurrección de octubre del 2003, apenas los mineros habían logrado rebasar el control policial en Ventilla y detonado la insurrección alteña, fuimos con un grupo de compañeros, entre ellos Eduardo, a reunirnos con el sindicato. Esa reunión, en la que abordamos diversos problemas tácticos del levantamiento fue el punto de partida de una fructífera relación con el centro minero y el inicio de una experiencia política en el seno de los trabajadores. Entre el 2005 y el 2009, se desarrolló en Bolivia un proceso masivo de organización sindical. Decenas de miles de trabajadores aprovechaban la nueva situación creada por los levantamientos y la existencia de un nuevo gobierno que se presentaba así mismo como democrático y socialista, y organizaban sindicatos donde hasta entonces había primado la dictadura patronal. La LORCI fue parte activa de este proceso, llegando a organizar más de una docena de sindicatos y estableciendo relaciones con cientos de trabajadores.
Con Eduardo conversábamos permanentemente sobre estos fenómenos, muy contradictorios, pero que permitieron forjar una identidad e ir construyendo una estrategia revolucionaria. Entre levantamiento y levantamiento, entre crisis y crisis, no faltaban las oportunidades de disfrutar pequeños placeres como unas chelas (cervezas), pizzas o sándwiches de chola que nos gustaba compartir cada vez que Eduardo llegaba a La Paz. Eduardo fuiste un gran amigo, camarada entrañable que nos dejas un vacío grande. El mejor homenaje que podemos hacerte es continuar la lucha por una sociedad sin explotados ni explotadores, pelea a la que dedicaste toda tu vida desde muy joven. ¡Te vamos a extrañar querido amigo! ¡Hasta el socialismo siempre Eduardo!
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Javo Ferreira
Javo Ferreira nació en La Paz en 1967, es fundador de la LOR-CI en Bolivia. Autor del libro Comunidad, indigenismo y marxismo y parte del consejo editorial de La Izquierda Diario Bolivia. Fue docente de la Universidad Obrera de Siglo XX en Potosí e impulsor del PT de la COB el 2013.