En Córdoba, el gobierno no da respuestas a los problemas crónicos de la educación y el gremio le cierra las puertas a los docentes que reclaman. El 8 de agosto, Asamblea Nacional de trabajadores de la educación para organizarnos desde las escuelas con estudiantes y familias.
Viernes 31 de julio de 2020 14:10
En Córdoba se aleja la perspectiva de regreso a las clases presenciales, continúa la incertidumbre. Lo único seguro es que la mayoría de las escuelas no están en condiciones para que se retomen las actividades presenciales en una “nueva normalidad”. Son muchos problemas que van desde infraestructura hasta la provisión de elementos necesarios para garantizar la seguridad e higiene que la situación demanda.
Desde el gobierno se intenta transmitir la tranquilidad de que se irán ocupando de las diferentes problemáticas a su debido momento. Lo cierto es que desde que empezó la cuarentena la falta de respuestas del gobierno y el ministerio de Educación viene dejando a muchos estudiantes fuera de la escolarización y a docentes sin trabajo, a la vez que se van precarizando aún más las condiciones laborales de la docencia.
Problemáticas de la educación en Córdoba
La nueva modalidad “Escuela Remota” no viene acompañada de respuestas a las distintas necesidades que la comunidad educativa viene reclamando. Al problema de la conectividad y de acceso a los dispositivos electrónicos se responde con préstamos para la docencia, cuando el dinero no nos está alcanzando para llegar a fin de mes. Postergaron la paritarias mientras la inflación se come nuestro salario. Muestran como un logro el sostenimiento de un pago extra del FONID que no llega a cubrir el costo de internet.
Los docentes suplentes siguen sin respuesta ante el cierre de convocatorias virtuales para cubrir cargos y horas vacantes, les niegan el IFE y se encuentran desde hace meses sin ningún ingreso.
Muchos estudiantes tienen vedado el derecho a la educación, hay materias que no tienen docentes y muchos siguen por fuera de la continuidad pedagógica por no contar con tecnología y conectividad. Además, continúa siendo insuficiente y discontinua la respuesta a sus necesidades alimentarias en una situación donde muchas familias se quedan sin trabajo.
Las trabajadoras de limpieza y del comedor son precarizadas, y en este período han sufrido despidos, rebajas salariales y la imposición de trabajar sin tener los insumos de seguridad e higiene.
Pero la crisis no es sólo en la educación. Se multiplican las familias que han perdido sus trabajos, que cobran un IFE que no alcanza, y cuyas condiciones de vida se van precarizando cada vez más.
Lo que desenmascara la pandemia
Si algo ha puesto en descubierto esta crisis sanitaria, social y económica es un sistema social que profundiza la precarización y la marginación de gran parte de la sociedad. Ha expuesto de la forma más cruda hacia dónde están orientados los intereses de quienes gobiernan el país y la provincia: se privilegia a los empresarios, a los sojeros y a los fondos buitre en las negociaciones del pago de la deuda. No les importa el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de los y las trabajadoras y de los sectores populares que venimos sufriendo esta situación de distintas maneras, con precarización, sobrecarga laboral, suspensiones, rebajas salariales, despidos, desocupación, hambre, violencia policial.
Ha quedado más que claro que los empresarios quieren seguir ganando a costa de las mayorías trabajadoras y populares. Y que cuentan con el apoyo de los gobiernos que permiten suspensiones y rebajas salariales, haciendo oídos sordos a la ley antidespidos, y dejando sólo en palabras la expropiación de Vicentín y el impuesto a las grandes fortunas.
El PJ cordobés ataca y los trabajadores resisten
El PJ cordobés es parte de esta orientación política que defiende a los grandes empresarios y lo viene demostrando flexibilizando la cuarentena, llegando incluso a imponer cordones sanitarios dentro de los cuales se permite la actividad industrial. Es más: aprovechó la cuarentena para avanzar en un plan de ajustes. Así lo vimos con la reforma jubilatoria, seguida del ataque a los empleados municipales, continuando con los choferes de UTA y los de AOITA… ¿quién sigue?
A las claras esto recién está empezando…Pero ya se mostró que la cuarentena no pudo contener la bronca que se expresó en las calles. Los y las trabajadoras mostraron que sólo con lucha se le puede parar la mano al gobierno. También quedó al descubierto el rol de la CGT, dividiendo y sin llamar a un paro provincial frente al brutal ataque, lo que hubiera permitido unificar las luchas para enfrentar el ajuste desde todos los sectores.
La conducción de UEPC se mantuvo al margen, a lo sumo sacó declaraciones pero dejó pasar los ataques sin lanzar ni un plan de lucha. Así lo viene haciendo desde el comienzo de la cuarentena, con el sindicato cerrado y algunas acciones aisladas para mostrar que “luchan” para no cambiar nada. Si en verdad le preocupara la situación de la docencia y las familias, desde un primer momento hubiera organizado a la docencia, abierto los sindicatos para ponerlos a disposición de la organización y solidaridad con la comunidad, hubiera llamado a asambleas escolares para preparar un plan de lucha para imponer en las calles nuestras demandas.
La misma situación se replica de Usuahia a la Quiaca mientra la CTERA y sus sindicatos de base dejan pasar los ajustes.
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Para poner en pie estas instancias desde Docentes D-Base en la Corriente Nacional 9 de abril, estamos impulsando un plenario nacional de trabajadores de la educación para organizarnos desde las escuelas entre docentes, auxiliares, camareras, estudiantes y familias. Porque queremos organizar la fuerza a nivel nacional para imponerle a UEPC y la CTERA que termine la tregua con los gobiernos, y que organicen la fuerza de los trabajadores de la educación para enfrentar estos y los futuros ataques que se van a venir.
En ese sentido seguimos invitando a docentes activistas, delegados y agrupaciones antiburocráticas y combativas a impulsarlo en común porque es urgente generar y fortalecer asambleas que nos permita organizarnos para enfrentar los ataques.