Las medidas económicas del gobierno hundieron la actividad económica, y de esta manera se fue desacelerando el ritmo de la suba de precios. Aún así la inflación sigue en niveles elevados, a nivel interanual fue de 263,4 % en julio. El plan de ajuste golpea duramente las mayorías sociales, aumentando la pobreza. El poder de compra de los salarios y jubilaciones sigue en caída, por eso es urgente un aumento de emergencia.
Miércoles 14 de agosto 16:06
En el mes de julio la variación mensual de los precios medido por el IPC (Indec) fue de 4%, en lo que va del año acumula una suba de 87%. La desaceleración llega luego de un fuerte enfriamiento de la actividad económica que ha impactado en destrucción de puestos laborales y aumento de la pobreza. Aun así, la inflación sigue en niveles elevados, en los últimos 12 meses fue de 263,4 %.
#DatoINDEC#IPC: la división con mayor alza mensual en julio de 2024 fue Restaurantes y hoteles (6,5%); y la de menor, Prendas de vestir y calzado (1,6%) https://t.co/kBAqa15TwI pic.twitter.com/ohB3sBTBMa
— INDEC Argentina (@INDECArgentina) August 14, 2024
El informe del Indec señaló que “la división de mayor aumento en el mes fue Restaurantes y hoteles (6,5%) y Bebidas alcohólicas y tabaco (6,1%) por el incremento en cigarrillos. Le siguieron Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (6,0%) por las subas en Alquiler de la vivienda y gastos conexos y Suministro de agua.”
A nivel regional el rubro que tuvo la mayor incidencia –excepto en la región Noreste– fue Alimentos y bebidas no alcohólicas (3,2%), donde se destacaron los aumentos de Frutas y Verduras, tubérculos y legumbres principalmente por el impacto de la ola de frío extremo.
En la lectura respecto a las categorías, las Estacionales (5,1%) tuvieron un mayor aumento explicado por las subas en Frutas y Verduras, tubérculos y legumbres. Le siguieron los regulados (4,3%) por las subas en cigarrillos y tarifas. El IPC Núcleo aumentó un 3,8%.
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El gobierno de Milei comenzó su gestión con una megadevaluación superior al 100%, lo que, junto con las medidas para liberar los precios, provocó una escalada de la inflación en diciembre, que alcanzó el 25%. Este fenómeno afectó gravemente el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, los cuales ya venían perdiendo frente al aumento de precios.
La desaceleración inflacionaria se basa principalmente en el efecto de las medidas recesivas adoptadas por el gobierno, que incluyeron un recorte drástico del gasto público. Esto abarcó la reducción de partidas para jubilaciones y despidos masivos de empleados estatales. La austeridad fiscal, alineada con las exigencias del FMI para cumplir con el acuerdo de pago de la deuda, también se refleja en la reducción de subsidios energéticos (37,4% en términos reales), lo que justificó los aumentos en las tarifas de luz y gas. El recorte en los subsidios al transporte (38% en términos reales) en estos siete meses también ha impactado en el bolsillo de las familias trabajadoras, mientras que las empresas que operan estos servicios siguen beneficiándose.
No solo se ha reducido el gasto, sino que la recaudación también se ha visto afectada por la caída de la actividad económica. Según OPC, entre enero y julio de este año, los ingresos se contrajeron un 2,7% en términos reales, y los recursos de la Seguridad Social cayeron un 16,4% debido a la reducción del empleo y la disminución del salario real. Otro informe de SIPA confirma que, bajo el gobierno de Milei y Caputo, se han destruido más de 175 mil empleos registrados hasta mayo. El empleo industrial se ha convertido en un foco de alarma debido a la creciente recesión.
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La economía continúa en una situación precaria, con nodos clave aún sin resolver, como la renegociación del acuerdo con el FMI y la posibilidad de obtener fondos frescos. Sin dólares, el gobierno se esfuerza por mantener la recesión para "aguantar", mientras solicita a los empresarios inversiones y a las patronales agrarias que fomenten liquidaciones. Les pide paciencia, pero el fin del cepo cambiario es incierto. Para no acelerar la inflación, intentaron posponer aumentos, pero muchos ya se han materializado en agosto. Las facturas de luz por encima de $100 mil confirman un encarecimiento del costo de vida que se agudiza.
Ante esta situación, es necesario un aumento de salarios, jubilaciones y asignaciones sociales de emergencia. Para combatir la inflación, se requiere un programa alternativo con medidas como la nacionalización del comercio exterior y la banca bajo gestión de los trabajadores, para atacar la fuga de capitales y las remesas de utilidades de las grandes empresas al exterior, que debilitan la moneda nacional. Además, es fundamental el desconocimiento soberano de la deuda fraudulenta.
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