Desde la convocatoria del Referéndum catalán, las instituciones del 78 están mostrando que lo que tienen de democracia es tan solo el título.
Martes 19 de septiembre de 2017
El Gobierno de Rajoy y el Régimen del 78 están empeñados en obviar que millones de catalanes quieren decidir su futuro. Para ellos, los catalanes son ciudadanos abducidos y que están cometiendo una ilegalidad. No importan que llevan años movilizándose para votar si continúan en el Estado español o no. Por ello, la clave es una “solución” judicial y policial. Sin embargo, los partidos del Régimen del 78 y el capitalismo español no están tan unidos.
El polo centralista está tan unido como le permiten los enfrentamientos para diferenciarse entre ellos. El PP, Ciudadanos y el PSOE están preocupados por el desafío del 1O y, al mismo tiempo, se preocupan para ver quién sale mejor parado de cara a las elecciones. Ciudadanos ha elegido un segundo plano que no le desgaste, el PSOE trata de mantener el perfil de “diálogo” y de reformar la Constitución para un futuro indefinido. Y, el PP corre con la responsabilidad de tomar las decisiones “precisas” para evitar un referéndum o un nuevo 9N.
El Gobierno decidió la intervención de la Comunidad Autónoma de Catalunya a través del completo control económico de la misma. Todos los pagos que deba hacer la Generalitat estarán controlados y autorizados por el Ministerio de Hacienda. De ésta manera, el PP espera evitar que hayan pagos referentes a la realización del referéndum del 1O y que este se realice.
La intervención se está dando también desde un punto de vista policial. La Guardia Civil entra a redacciones de medios de difusión y a imprentas; detiene a militantes por empapelar y está persiguiendo, en toda la geografía catalana, papeletas, panfletos, carteles referidos al referéndum. El Fiscal en jefe se dedica a perseguir a los más de 700 alcaldes que apoyan el 1O y a las más de 50.000 autoridades de las mesas electorales. ¿Estarán preparando alguna multa para los millones que vayamos a votar?
Ya hay 37 alcaldes citados para declarar ante la fiscalía y este martes comienzan con tres. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha deliberado durante dos días sobre si procedía investigar a los presidentes de la Associació de Municipis per la Independència (AMI), Neus Lloveras, y de la Associació Catalana de Municipis (ACM), Miquel Buch; por el apoyo al 1O. Finalmente serán investigados por el TSJC. El Régimen del 78 está en plena acción.
Ya venía de antes
El presidente Rajoy la vicepresidenta Sáenz de Santamaría en numerosas ocasiones han hecho declaraciones contra “los golpistas de las urnas”. No solo ellos, sino muchos escuderos del PP han calificado el proceso independentista como un “golpe de estado”. RTVE y la prensa de Madrid cacarean a coro el libreo que les escribe Rajoy y el Ibex 35. Para ellos que se movilicen millones de ciudadanos pidiendo pacíficamente un derecho básico es “hacer un golpe de estado”.
La libertad de expresión es tan solo una moneda de cambio para el Gobierno, las oposiciones y el Constitucional. Si alguien pretende hacer actos por el derecho a decidir y la independencia, se lo anula; si pegas carteles, te los incautan, si envías una revista, no la reparten. Si apoyas el 1O te amenazan como están haciendo con los alcaldes y quienes se presenten a las mesas electorales. Todas las instituciones nos “enseñan” qué opiniones debemos tener.
Si hay dudas sobre el tema, tenemos la ley mordaza y el pacto antiterrorista. Por una obra de dos titiriteros, días en prisión y juicio; o el caso de Strawberry y la letra de sus canciones; o los chistes que hizo una muchacha sobre el dictador Carrero Blanco. Sin embargo, cada día escuchamos barbaridades que se dicen desde púlpitos de iglesias reivindicando a Franco o tratando a las mujeres como seres inferiores, o el torero Padilla paseando la bandera con el aguilucho, sin que pase absolutamente nada.
La Ley mordaza ataca a quienes nos defendemos de las agresiones cada vez mayores protagonizadas por las instituciones políticas. Después del surgimiento del 15M, las instituciones se han ido protegiendo. No se puede sacar una foto a un policía, está prohibido manifestarse en el Senado o el Congreso, es peligroso parar un desahucio o colgar una pancarta en un edificio. Hay multas imposibles de pagar: la ley Mordaza recaudó 13,5 millones. “España va bien”.
La agresión de las instituciones va en aumento. La grieta que se está abriendo entre las instituciones y el pueblo es insalvable. El Régimen está tocado. Cada día que pasa parece un mes de los de antes. Todo pasa con una velocidad cada vez más rápida. Faltan 12 días para el 1O, pero parece una eternidad. Todo es posible, todo está abierto en relación a la realización del mismo. Pero no acaba el 1O.
Iglesias quiere una democracia como la de antes
Hoy mismo, Pablo Iglesias junto a Xavi Domènech y Alberto Garzón, llamaron a una Asamblea extraordinaria con diputados senadores y alcaldes de ciudades de más de 50.000 habitantes para favorecer el diálogo entre el Gobierno y el Govern y así proceder a pactar un referéndum. ¿Cómo puede ocurrírsele una idea tan desastrosa? Si Unidos Podemos está en contra de Rajoy, tiene que favorecer la movilización extraparlamentaria.
La convocatoria de una asamblea así parece más bien una broma de mal gusto, que una propuesta de izquierda. En el Senado, el PP tiene mayoría, en Diputados el PP, junto a sus escuderos social-liberales y la marca naranja tienen clara mayoría. Todos ellos están de acuerdo en la recentralización de las autonomías y mucho más aún en prohibir cualquier tipo de referéndum.
Entonces, ¿Para qué sirve convocar a esa panda de reaccionarios? Era cierto eso de que el PP y el PSOE eran la casta. El nuevo PSOE de Pedro Sánchez está tan podrido como el de “Felipillo”. El “No es no” y la “España plurinacional” son eslóganes del tipo “Hacienda somos todos”: pura imagen para confundir. Podemos está en una deriva que lo lleva a integrarse aún más a las instituciones, mientras los trabajadores y los pueblos de todo el Estado estamos siendo agredidos por el Régimen del 78.
La potencialidad de los trabajadores y el pueblo movilizado
¿Cuántos alcaldes tienen que ir a declarar? ¿Cuántos militantes tienen que detener? ¿Cuántos actos nos tienen que prohibir? ¿Cuántos carteles nos tienen que incautar? Las amenazas son constantes, las agresiones, si bien medidas, no paran. ¿Es que hay que esperar a que la Policía, la Guardia Civil y los Mossos se presenten en las mesas electorales a incautar las urnas?
Hasta ahora las fuerzas que convocaron el 1O no solo no organizan al pueblo, sino que se aguantan todas las agresiones sin desplegar la fuerza de los millones que quieren votar. Lo que está por verse es si el pueblo será un “convidado de piedra” o si será capaz de pasar por encima de las direcciones de Junts pel Sí y la CUP. La fuerzas soberanistas no están enfrentando el convite del Gobierno y el Régimen del 78.
Si la CUP entendiera el desafío del Gobierno, rompería el “full de ruta” y movilizaría sus fuerzas. Si Podemos abandonase su integración en el Régimen, podría también movilizar la izquierda en Catalunya y en todo el Estado para desafiar al Gobierno. Los dirigentes sindicales que llevan años integrados en ésta “democracia” también se niegan a la movilización independiente de los trabajadores. De persistir en la misma actuación quedarán como parte del Régimen.
La voluntad popular se expresado en múltiples ocasiones en querer votar. Ha sonado múltiples veces el canto de “Votarem”. En Madrid, varios centenares de personas se reunieron en un acto prohibido para apoyar al referéndum catalán. Durante los próximos días se verá si esa consigna se expresará también en las calles, puesto que de ello depende de que el 1O pueda celebrarse y que sea vinculante. Los próximos días hay que estar atento a todo lo que pase.