Mediante la utilización de parte del “swap” con China y el ingreso de nuevos créditos del exterior, el oficialismo intenta frenar la caída de reservas que había comenzado por la sequía y se agravó por la incertidumbre a nivel internacional. Así aumenta el nivel de dependencia de Argentina, en medio de una crisis bancaria internacional. La suba del riesgo país y la caída de la bolsa reflejan las malas perspectivas de los empresarios.
Matías Hof @HofMatias
Lunes 20 de marzo de 2023 21:35
Este lunes se confirmó el rescate del banco Credit Suisse al ser comprado por su competidor UBS que contará con el respaldo de los bancos europeos, pero si bien logró un respiro para el hundimiento de la banca internacional las consecuencias en Argentina no se detuvieron. El Banco Central (BCRA) cerró la jornada con un saldo vendedor de US$ 261 millones, mientras que el riesgo país trepaba a su máximo en los últimos cuatro meses.
Pese al acuerdo con el FMI que evitó al Estado caer en un incumplimiento, preocupa la fuerte caída en las reservas que había comenzado por la sequía y se agravó por la crisis internacional. El saldo negativo de marzo superó los US$ 1.100 millones, tras nueve ruedas de ventas, y en el año el resultado negativo por la intervención cambiaria alcanza los US$ 2.121 millones. Incluyendo el conjunto de las operaciones, según Cifra, en el primer bimestre de 2023 las reservas internacionales cayeron US$ 5.889 millones. La debilidad de las reservas abre el interrogante si el Gobierno podrá sostener el tipo de cambio y evitar una devaluación este año.
Este lunes ingresaron al BCRA US$ 680 millones por créditos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Además la entidad monetaria ya efectivizó tres desembolsos por US$ 1.000 millones cada uno del ’swap’ vigente con China. Antes de fin de mes, debería entrar un cuarto desembolso por otros US$ 1.000 millones y resta un último para abril (todos como parte del ’swap’ por US$ 18.500 millones). Hace algunas semanas se anunció que US$ 5.000 millones iban a ser de libre disponibilidad, así que no alteran el nivel de las reservas sino que dan liquidez para intervenciones en el mercado cambiario.
Para las empresas que comercialicen con China en monedas locales, es decir que paguen en yuanes, en el ministerio de Economía se evalúa la posibilidad de cambiar los plazos de pagos. Mientras tanto, se encuentra demorado el aval final del directorio del FMI para liberar US$ 5.300 millones en base a los objetivos cumplidos al cuarto trimestre del 2022 y el ajuste para poder cumplir con los del 2023 se prevé cada vez mayor.
Ante estas dificultades el riesgo país, medido por el banco JP Morgan, volvió a subir 14 unidades hasta los 2.402 puntos básicos, como a finales de noviembre pasado, acercándose al pico 2.976 unidades anotado en julio del 2022. La bolsa porteña sufrió este lunes su séptima caída en las últimas ocho jornadas, tras acumular una baja del 6,2 % en la semana anterior.
Nubes negras en Estados Unidos y Europa
Si bien las bolsas europeas terminaron cerrando en valores positivos, la situación financiera internacional está lejos de ser alentadora. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, intentó tranquilizar a los empresarios y sostuvo que “los bancos europeos deben prepararse para un crecimiento económico más lento, mayores costos de financiación y menores volúmenes de préstamos”.
En Estados Unidos está en discusión si la crisis bancaria llevará o no que la Reserva Federal (FED) cambie su política de subir las tasas de interés para intentar bajar la inflación y las deje sin cambios para no seguir aumentando la presión sobre el sistema financiero. La entidad norteamericana se encuentra en una encrucijada entre la suba de precios y los peligros de generan una recesión.
Una economía endeble como la Argentina, dependiente del capital extranjero, se ve fuertemente expuesta a las crisis financieras. Reforzar las ataduras con los organismos de créditos internacionales o con China, sólo logran evitar un colapso en el corto plazo, pero agravan los problemas estructurales del país.