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Red Internacional
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Chile. El Gobierno de Boric y la ex Concertación negocian qué hacer luego del plebiscito

Se aproxima el 4 de septiembre, día del plebiscito por el texto de la nueva constitución chilena. El gobierno, ante la posibilidad de que la opción del "Apruebo" [el nuevo texto constitucional] fracase, se apresura a definir algunos escenarios. Las negociaciones del gobierno con la Democracia Cristiana (y las coincidencias con los partidos de derecha) ya se encuentran avanzadas y establecieron algunos puntos de partida comunes postplebiscito

Martes 23 de agosto de 2022 21:03

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No están las cosas muy bien en La Moneda (Casa de Gobierno de Chile). El gobierno de Boric parece estar desesperado por suavizar de alguna manera el golpe que recibiría de triunfar la opción del "Rechazo" [al nuevo texto constitucional], opción que las siempre poco confiables encuestas, dan por ganadora en todos los escenarios, por lo que se apresuran a marcar límites en torno al escenario post-plebiscito. Dicho de otra manera, preparar otro acuerdo a espaldas del pueblo trabajador (el anterior lo realizaron entre el ex gobierno de Piñera, los partidos de la ex Concertación y la formación política del actual gobierno, que dio paso a esa Convención Constituyente -para desmovilizar- que terminó defraudando a amplios sectores de la población), esta vez con los partidos de la derecha.

Boric en una entrevista al canal Chile Visión, señaló uno de los puntos en los que ya tienen acuerdo: “El pueblo de Chile ya tomó una decisión. Repetir ese plebiscito (de entrada) me parecería redundante”. Dichos que el sector de la Democracia Cristiana (DC) que aboga por la opción de "Rechazo" se apresuró a acoger, "Así que estamos hablando lo mismo, coincidimos en que no hay necesidad de volver a tener un Plebiscito de entrada respecto del mecanismo, (hay que) ir directo a la Convención. Pero es una Convención distinta de la Convención que redactó esta mala propuesta, también tenemos que aprender de los errores", dijo Matias Walker -dirigente de la DC-.

Y lo mismo Ximena Rincón, también demócrata cristiana: "Nos parecen muy adecuadas las palabras del Presidente, en el sentido de que este proceso, el día 5 de septiembre con el triunfo del Rechazo tiene que continuar. ¿Cómo? con un proceso democrático, paritario y participativo, eso significa que ya está resuelto por la ciudadanía que quiere que se escriba una nueva buena Constitución, pero con participación de la ciudadanía."

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Pero eso esta lejos de ser todo, porque por supuesto quieren una nueva Convención que se ajuste aún más a sus posibilidades de tener mayor representación, recordemos que la DC en la Convención tuvo un solo representante, y a lo que el mismo presidente Boric y su gobierno están llanos a aceptar, en especial, para ir en detrimento de independientes y pueblos originarios, en sus propias palabras en la misma entrevista Boric señaló: “Yo creo que la participación de los pueblos originarios en el proceso constituyente es muy valiosa. El cómo se ejerce esa participación se podrá discutir, sin lugar a dudas, en el Congreso. O la discusión de los sistemas de listas nacionales, o no”.

Así se abre a la propuesta de la derecha como la Unión Demócrata Independiente (UDI), de Renovación Nacional (RN) y Evolución Política (Evopoli) y de más sectores que rechazan las listas únicas nacionales, así como la elección de representantes de Pueblos Originarios que sean proporcionales a la cantidad de electores en su padrón. Y no solo de ellos, la semana pasada ya la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic se lanzó contra los independientes, uno de los aspectos progresivos, aunque insuficiente que tuvo la pasada Convención, para mantener dentro de los partidos de los 30 años y los recién llegados del Frente Amplio, las decisiones que nos competen a millones.

Pero Boric, no esta solo en esto, el Partido Comunista incluso fue más allá, buscando que fuese el Congreso el que terminara de tomar la decisión, tal como señalo Guillermo Teillier, su presidente: “apoyo las palabras del presidente, pero eso no se trató acá. Creo que tiene que haber una injerencia del Congreso. No sé si hay un acuerdo político o no, tiene que haber una discusión y tiene que producirse una reforma constitucional“.

Aclarando que, “tenemos que tener en cuenta que no toda la responsabilidad recae en el Ejecutivo, porque no tiene toda la potestad, sino que es compartida con el Congreso y creo que tiene que haber más claridad respecto de lo que este piensa“.

¿Y quien lo secundo en esto? Evopoli, uno de los partidos dirigentes de la campaña del rechazo, su presidenta Luz Poblete apunto: “Hoy día nuestra energía está puesta en el plebiscito del 4 de septiembre. Y después de tener los resultados, abriremos esa discusión en el Congreso para definir cuál es la mejor fórmula. Esa fórmula debe ser lo más participativa posible de la ciudadanía”.

Como vemos lo que en Chile se denomina "la cocina 2.0" (un nuevo acuerdo de los partidos del régimen chileno) esta preparada, nuevamente son las grandes mayorías a las que pretenden dejar afuera, ajustadas a los designios por arriba de los partidos de los 30 años de constitución pinochetista, y sus nuevos invitados del Frente Amplio, así como la vuelta de lo que suceda a manos del Congreso.

Como hemos dicho anteriormente, para comenzar a liquidar la herencia pinochetista, hay que atacar las grandes fortunas del país que se enriquecieron durante estos 30 años a costa de negar las necesidades populares, saqueando el medioambiente, haciendo negocio con la salud y la educación o despojando a las comunidades mapuche. Es decir, nacionalizar recursos estratégicos como el cobre o el litio bajo gestión de las y los trabajadores y las comunidades. A su vez, hay que tomar medidas de fondo para hacer frente a la dependencia nacional del imperialismo, que hoy se agudiza con la devaluación frente al dólar y la inflación, a través de la nacionalización del sistema bancario. A su vez, frente a las históricas reivindicaciones del pueblo mapuche, hay que poner fin a la militarización del Wallmapu, garantizar la restitución de tierras reclamadas por las comunidades y asegurar el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios.