En su última conferencia de prensa el presidente anunció que el tercer pago del IFE continuará solamente para la zona del AMBA y Chaco. Es decir que retira la asignación a 4,5 millones de familias a nivel nacional.
Miércoles 1ro de julio de 2020 15:24
Foto Alan Monzon
La tercera etapa del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el bono de $10.000 que otorgaba la Anses a monotributistas y trabajadores no formales, no continuará en la provincia de Santa Fe por disposición del organismo que reorientará el tercer pago a zonas críticas que mantengan el aislamiento, como Amba y Chaco.
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En la provincia de Santa Fe los casi 608.000 beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia dejaran de percibir la, escasa, suma de $10.000. A este número de personas, solicitantes del IFE en los comienzos de la cuarentena y que lo recibieron por ser aquellos los que más expuestos se encuentran ante la crisis económica en curso, se les pueden sumar los ataques al salario y al empleo que transcurrieron durante estos casi 100 días de cuarentena y que según el Observatorio de Despidos durante la Pandemia de La Izquierda Diario - Santa Fe (ODP- LID Santa Fe), a finales de mayo, el número de afectados era de 338.000 trabajadores registrados en la provincia de Santa Fe (quedando subrepresentado el trabajo informal).
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La cantidad de inscriptos al IFE en la provincia y a nivel nacional expone el nivel de precariedad laboral que existe en Argentina. A lo que Rosario tampoco escapa a esta realidad, En el departamento Rosario se inscribieron y cobraron IFE en abril 271 mil personas. Pero a pesar de esta degradación en los ingresos y en la calidad de vida del pueblo trabajador el gobierno ha puesto el ojo en las desgravaciones impositivas a las grandes empresas e incluso grandes salvatajes, incluyendo la estafa convalidada en la empresa Vicentin.
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De acuerdo a información del ANSES, el costo fiscal de la IFE para las 9 millones de personas asciende a 88.000 millones de pesos, apenas un poco más de los 73.000 millones de pesos en ganancia que embolsaron los bancos entre enero y abril (lo que equivale a 25 millones de pesos por hora).
Luego del desplante de las cámaras empresarias, el gobierno nacional parece haber cajoneado la idea de un impuesto a las grandes fortunas. Hasta el momento el único proyecto presentado es el del Frente de Izquierda Unidad, aunque tanto el Frente de Todos como Cambiemos se niegan a tratarlo. Las prioridades del Gobierno están a la vista, los “miserables” seguirán recibiendo beneficios. Es necesario un programa de otra clase ante la crisis con medidas de emergencia como el impuesto a las grandes fortunas que permitiría ampliar la ayuda a los trabajadores precarizados y por un monto de $ 30.000, entre otras.
