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Red Internacional
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Una cifra irrisoria. El Gobierno destina $ 10,70 por cada estudiante para la Educación Sexual Integral

El dato surge de una investigación realizada por elDiarioAr. El debate de los penes de madera sacó a flote la situación en que se encuentra la ESI. A pesar de los discursos del Gobierno defendiendo la educación sexual contra los reaccionarios ataques de la derecha, lo cierto es se destinan 112,7 millones de pesos para el Programa de Fortalecimiento de ESI, mientras se calcula que 130 millones van solo para las asignaciones de curas, obispos y seminaristas. Y eso es solo una parte de lo que reciben los sectores que repudian, combaten e impiden la educación sexual de niñes, adolescentes y jóvenes.

Pablo Herón

Pablo Herón @PhabloHeron

Lunes 2 de agosto de 2021 11:03

Las nuevas generaciones de jóvenes cada vez toleran menos el machismo, la discriminación hacia las peronas LGBTIQ+, así como los límites a la posibilidad de vivir y explorar la sexualidad libremente. En la vereda opuesta, arremete el discurso de los sectores antiderechos que hace pocas semanas volvieron a ponerse el traje de dinosaurio y salieron a demonizar la licitación de una compra del Estado por diez mil penes de madera, maletines y dispensers de preservativos.

Eso que plantean de manera banal y superficial, la Educación Sexual Integral, para millones de jóvenes se trata ni más ni menos que la problematización de aspectos de sus vida, muchas veces dolorosos, desde atravesar situaciones de violencia de género, acoso por ser gay, lesbiana o trans, sufrir discriminación en base a los estereotipos, no tener herramientas sobre salud sexual y reproductiva para disfrutar un encuentro con alguien, entre muchas cosas más.

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Estos cuestionamientos no cayeron del cielo, los problemas, charlas y anécdotas sobre machismo y sexualidad se abrieron paso con fuerza desde el Ni Una Menos, y no se quedaron ahí. Por eso en febrero de 2018 otra vez la juventud, con un pañuelazo de miles frente al Congreso que nadie esperaba, fue la punta de lanza para instalar uno de los debates que más atravesó el país los últimos años, resumido en la consigna: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.

Durante el debate del aborto, los sectores reaccionarios no se cansaron de repetir que antes era necesaria la educación sexual. Sin embargo, una vez conquistado el derecho buscaron boicotearlo con medidas judiciales y todo lo referido a ESI se volvió una cruzada contra el “adoctrinamiento” y la “ideología de género”, tal como reflejan en su variante más extrema los que hablan de “libertad” como Milei pero acusan de asesinas a las personas con capacidad de gestar que abortan.

¿Para qué necesita el Estado diez mil penes de madera? Se escuchó mucho repetir. La ministra de salud, Carla Vizotti, respondió sobre el tema que: "no hace más que visibilizar y confirmar cuánto necesitamos la ESI en nuestra sociedad". Pero, ¿cuánto la implementa en los hechos el Gobierno?

Estado de situación

La ley de Educación Sexual Integral se sancionó en el 2006 y por el momento sigue sin haber datos oficiales de cuánto se aplica en las escuelas tanto públicas como privadas. En octubre del año pasado el ministro de Educación, Nicolás Trotta, lanzó el Observatorio Federal de la ESI, una mesa con el objetivo de monitorear la implementación.

En una encuesta reciente, elaborada por el proyecto #EsConESI a casi 400 estudiantes de distintas provincias, resultó que solo el 2,02 % recibió ESI por docentes en todas las materias y que 21,41 % directamente no recibió ningún contenido. En muchos casos se refleja una aplicación parcial, tanto en algunas materias de la currícula, como charlas especiales de invitados externos, o gracias a la exigencia de los centros de estudiantes, que en algunos lugares llegaron a redactar manuales propios. Si se aplica en las escuelas es gracias al esfuerzo de les docentes a pesar de los obstáculos.

Entre los principales temas de interés para recibirla que surgieron en ese relevo aparecen los métodos anticonceptivos e infecciones, sexualidades, violencia de género, diversidad sexual y género, autocuidado, relaciones interpersonales, entre otros. Un dato que refleja el carácter urgente de la medida, es que según el análisis de los casos de abuso sexual infantil tratados durante el 2019 por el Ministerio Público Tutelar porteño, entre el 70% y 80% de los niños de entre 12 y 14 años se dan cuenta de que fueron abusados después de sus clases de Educación Sexual Integral.

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“No es un taller una vez al año en una escuela, sino poder aplicar esta perspectiva integral en todos los saberes” aseguró Trotta al presentar el observatorio el pasado octubre. Sin embargo, el presupuesto total destinado este año al Programa de Fortalecimiento de la Educación Sexual Integral suena a poco para dar respuesta a este panorama. Para el 2021 es de 112.764.300 pesos. Según una nota publicada el sábado elDiarioAr, si se compara el monto total con los 10.550.621 alumnos de los niveles inicial, primario y secundario de todo el país que tiene el ministerio en su última estadística, eso daría un presupuesto de 10,7 pesos anuales para cada une.

El número varía según lo asignado para cada provincia, para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue de 4,25 pesos y para la Provincia de Buenos Aires 7,32 pesos. Mientras a la ESI se destinan 112,7 millones, desde el 2018 se estima que se destinaron aproximadamente 130 millones de pesos anuales en asignaciones para obispos, arzobispos, sacerdotes y seminaristas. Y eso es solo una parte sin contemplar exenciones impositivas de todo tipo y los millonarios subsidios que reciben los colegios privados pertenecientes a la Iglesia católica.

Para este año el Gobierno nacional definió como objetivo la capacitación de 20 mil docentes. Según la docente y especialista en ESI, Celeste Mac Dougall, esta cifra implica tan solo al 2% de la cantidad de docentes a nivel nacional. Desde 2012 hasta 2021 chequeado.com relevó que fueron capacitados por los distintos gobiernos en ese período 225 mil docentes, cifra que no llega ni al 25 % del total nacional.

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En CABA solo hay dos institutos que den de manera gratuita el postítulo en ESI: la Escuela de Maestros y el del Joaquín V. González. En este último se anotaron a principio de año 1.700 personas pero solo quedaron 100 debido a las vacantes limitadas. Una situación que le abre la puerta a que se vuelva un negocio de establecimientos privados que pueden llegar a ofrecer un curso por 12 mil pesos.

La asignatura Educación Sexual Integral no es parte de la formación obligatoria de les docentes en el país, y en la Ciudad solo se encuentra disponible en algunos institutos. Así lo refleja una encuesta de la Red de Docentes por el aborto legal, donde un 79,9 % respondió que no tuvo ESI en su formación. Esa misma encuesta arrojó como resultado que el principal obstáculo con el que se encuentran les docentes a la hora de poder aplicar los contenidos es la oposición de las propias autoridades escolares/distritales. Ni hablar de los colegios privados, donde se calcula que en todo el país el 64 % están bajo la órbita de la Iglesia católica y que suelen ampararse en el artículo 5 de la ley que establece que pueden aplicar la ley "en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros".

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Implementación urgente

Las movilizaciones masivas por Ni Una Menos y por el aborto legal con la marea verde vinieron no solamente a realizar exigencias elementales como que paren los femicidios o las muertes por aborto clandestino. También buscaron que cale un cuestionamiento profundo sobre las formas de relacionarse y desenmascarar esa desigualdad estructural que atraviesan mujeres y LGBTIQ+. La exigencia de implementación de la ESI, que se expresó en cada marcha, en cada asamblea y toma de escuelas durante el debate en el 2018, es una de las tantas medidas que buscan dar una respuesta, aunque sea elemental, ante esa desigualdad en la vida cotidiana.

Suena sencillo para el Gobierno defender la ley de ESI en las palabras poniendo en la vereda de enfrente a los sectores de derecha como Juntos por el Cambio o los libertarios que no pierden el tiempo en denostarla, tal como se expresó durante el gobierno de Macri con el vaciamiento de los programas de ESI y salud sexual y reproductiva. Sin embargo, lo que urgen no son discursos bien armados, sino más bien que se le destinen los fondos acordes para su implementación efectiva en cada escuela del país, para que se puedan capacitar les docentes durante sus jornadas laborales, que tengan acceso a los materiales necesarios, que se modifiquen las curriculas de los institutos de formación y también, que de una buena vez por todas se termine la injerencia de la Iglesia y los sectores reaccionarios en las decisiones políticas del Estado.

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Pablo Herón

Columnista de la sección Género y Sexualidades de La Izquierda Diario.

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