El secretario de Trabajo Julio Cordero recibirá al Grupo de los 6, las cámaras empresarias más poderosas del país. Quieren “abrochar” lo que lograron con la Ley Bases, reforzar el ataque al derecho de huelga y discutir los próximos proyectos. Van a armar una “mesa técnica” con la CGT. Esta misma semana el sindicalismo combativo y la izquierda marchan contra esas reformas y ataques.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Lunes 22 de julio 14:22
El gobierno sigue de eventos y reuniones, para intentar tapar lo que importa: los números de la realidad no lo acompañan. Por eso puso en marcha lo que llama el “Consejo de Mayo”, algo que nadie entiende quién lo compone ni para que sirve, pero se supone que lo componen funcionarios, parlamentarios y gobernadores dialoguistas, empresarios y quizás algún líder cegetista.
Una de sus primeras tareas del "consejo" es la aplicación de la Ley Bases y los 10 mandamientos libertarios. Al secretario de Trabajo, el “techinista” Julio Cordero, le toca negociar la reglamentación de la reforma laboral. La semana pasada se juntó con la CGT, ahora le toca con sus jefes. Estamos hablando del Grupo de los 6 (G6), compuesto por la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Sociedad Rural Argentina. O sea, la crema del poder económico.
Desde Capital Humano destacaron que será con “agenda abierta”. ¿Qué quiere decir? Que van a discutir no solo la reforma ya aprobada, sino que los empresarios insistirán con otros proyectos. Como ya se sabe, el G6 estaba más entusiasmado con la versión original, incluida en el DNU 70 pero hoy suspendida. Era “más abarcativa y profunda” (Infobae). Por eso insisten con proyectos para declarar “servicios esenciales” casi toda las actividades económicas (y la educación), flexibilizar los convenios y otras geniales ideas.
Pero además está en discusión la reglamentación de la ley, la “letra fina”. Tengamos en cuenta que no solo es una ley corrupta, aprobada con prebendas, sino que además está llena de inconstitucionalidades y grises. Por eso el gobierno y sus jefes quieren garantizar que se enfrente ante la menor cantidad de demandas cuando sea implementada.
Eso incluye un acuerdo con la CGT. Recordemos que Daer, Martínez, Cavalieri y compañía se reunieron con Cordero la semana pasada. Hay temas como la figura del trabajador independiente, el despido discriminatorio o qué alcance tienen las sanciones por “bloqueos” que están en discusión. No es que el sindicalismo peronista quiera voltear esos puntos antiobreros, sino “moderarlos”. Que por ejemplo un “emprendedor” pueda tener 3 trabajadores autónomos (sin derechos), en vez de 5. ¿Qué se puede esperar de esa burocracia?
La propuesta del gobierno es que el Grupo de los 6 y la CGT conformen una “mesa técnica” para ponerse de acuerdo en la letra final. Será un toma y daca. Dame un poco de esto, te entrego este derecho. No me toques esto y te entrego este otro. Todo a puertas cerradas obvio. Técnica y clandestina. ¿Se imaginan si cada reunión fuera transmitida por televisión abierta? Hace 40 años no podrían salir de los despachos oficiales.
El “diabólico” Daniel Funes de Rioja, abogado patronal y jefe de la UIA, ya adelantó los argumentos ridículos que llevarán. Quieren discutir “los límites al derecho de huelga, que deben tener en cuenta la figura del acoso y violencia del Convenio 190 de la OIT, ya ratificado por la Argentina”. Para Funes “el convenio de doble vía, pues los bloqueos de planta o la imposibilidad de ingreso o egreso de un establecimiento violan también derechos constitucionales como el de propiedad, el de ejercer toda industria lícita la libertad de tránsito y de trabajo”. El argumento es inaceptable. El convenio 190 reconoce “el derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso por razón de género” y parte de la relación desigual entre empleadores y trabajadores, sobre todo trabajadoras.
Son los poderosos, y sus gerentes, policías y burócratas, quienes ejercen ese tipo de violencia. La clase trabajadora, colectivamente, apela a sus métodos de acción que ha legitimado y legalizado en 250 años de historia. Con el verso de la “doble vía” los empresarios quieren poner en pie de igualdad los límites a la dictadura del capital con las respuestas de la clase trabajadora. Por ejemplo, el millonario Madanes puede romper trabajadores, descartarlos como cubierta gastada, chantajearlos con un preventivo de crisis y acosarlos para que tomen los “retiros voluntarios”, suspenderlos para quebrarlos, hacer un lockout, pero si los trabajadores y su sindicato hacen un paro con piquetes “es un acoso” a su propiedad y “la industria lícita”.
Unos caraduras totales. Son como las lágrimas falsas de un estafador serial.
Hay que rechazar la “mesa técnica” del gobierno, el G6 y la CGT. Hay que rechazar toda aplicación de la Ley Bases y su reforma laboral. Eso es lo que propone el sindicalismo combativo y la izquierda que se reunieron el viernes pasado en el SUTNA y se manifestarán este viernes en Plaza de Mayo. Hay que apoyar las luchas, rechazar los despidos y todo el plan de Milei.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.