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Red Internacional
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GOBIERNO PSOE-UP. El PCE critica, pero avala con su participación en el Gobierno el reconocimiento de la ocupación marroquí del Sáhara

Los dirigentes del PCE se han limitado a quejarse verbalmente y en redes sociales de la decisión de Pedro Sánchez de aceptar la ocupación marroquí del Sáhara mientras con sus actos apoyan el gobierno que traiciona al pueblo saharaui.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Martes 22 de marzo de 2022

Esta semana se ha publicado una carta por parte de Pedro Sánchez donde se explica un acuerdo diplomático con el reino de Marruecos donde el Estado español acepta la ocupación marroquí del Sáhara a cambio de continuar blindando las fronteras contra la inmigración y tratar de buscar, hay que ver si lo consigue, un acuerdo comercial de gas para la UE.

El movimiento se produce como un efecto colateral de la guerra en Ucrania, donde la búsqueda de la UE de terminar con la dependencia del gas ruso ha precipitado la búsqueda de un acuerdo diplomático y comercial con Marruecos y Argelia para la venta del gas magrebí a Europa.

Una cuestión que se había entorpecido con la última crisis entre Marruecos y Argelia que había provocado el cierre del gaseoducto Magreb-Europa el pasado mes de noviembre.

La primera reacción de Argelia, que ha llamado a consultas a su embajador en Madrid, pone en duda que esta jugada le vaya a salir bien, al menos en el corto plazo.

La traición al pueblo saharaui confirma lo que ha sido la realpolitik de los gobiernos del imperialismo español desde hace décadas. A pesar de apoyar formalmente la celebración de un referéndum de autodeterminación, en la práctica han apoyado la ocupación marroquí a cambio de proteger sus intereses coloniales y económicos en la zona, coparticipando en la expoliación de recursos.

Esta nueva maniobra del PSOE tampoco sorprende, ya que siempre se ha constituido como el partido del régimen del 78 y el mayor paladín de sus políticas, se ha formado una polémica con la postura de Unidas Podemos ante el abandono del pueblo saharaui.

“Y desde el PCE y Podemos vamos a cerrar el puño muy fuerte ante esta traición”, así resumía un usuario de Twitter las múltiples declaraciones, artículos, excusas y justificaciones de los líderes de Unidas Podemos ante la traición de una de las posturas históricas de la izquierda española: el apoyo al pueblo saharaui ante la ocupación colonial marroquí.

En el caso del PCE su secretario general, Enrique Santiago, quien es además secretario de Estado en el gobierno PSOE-Unidas Podemos, ha salido a criticar verbalmente la postura del gobierno afirmando que no se respeta la posición de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

Tras repetir esto en múltiples ocasiones, sin embargo, Santiago no ha dicho que Unidas Podemos vaya a hacer nada más para impedir o protestar este ataque a los derechos de los saharauis. Se ha limitado a comparar la situación con la crisis ucraniana y a pedir que la comunidad internacional intervenga en el asunto como lo está haciendo en Ucrania. Las criticas por el giro del PSOE y la traición histórica a la causa del pueblo saharaui es una completa impostura.

Las declaraciones del secretario del PCE son superficialmente críticas con la decisión de Pedro Sánchez, para terminar justificando sui participación en el Gobierno imperialista español. La comparación con Ucrania es sorprendente cuando la intervención internacional por parte del imperialismo europeo ante la invasión rusa tiene un carácter profundamente reaccionario. Dirigida por la OTAN y la Unión Europea, la política es alimentar el conflicto a través del envío de armas, el impulso de sanciones económicas que cargan el peso de la guerra sobre la clase obrera rusa y otra serie de medidas de intervención indirecta que en ningún caso suponen una salida progresista al conflicto, mientras se despliega un frenesí militarista no visto hace décadas.

Esta intervención ha sido incluso criticada inicialmente por sectores de Unidas Podemos llamando al PSOE “el partido de la guerra”, que lo es. Pero Unidas Podemos, al permanecer en el Gobierno y avalar en los hechos este tipo de decisiones, se convierten en otro partido de la guerra más.

Por otro lado, hacer una comparativa entre ambas situaciones por parte de Enrique Santiago, sin mayores matices y apoyándose constantemente en el argumento del “derecho internacional”, puede llegar a entenderse como una espera pasiva a una resolución similar para la cuestión del Sáhara. ¿Desea el secretario del PCE que se impongan sanciones económicas que hagan sufrir a la clase obrera marroquí? ¿Piensa que el pueblo saharaui debe ligar su suerte al capricho del imperialismo norteamericano, la OTAN y sus intereses estratégicos? ¿No es acaso esto último lo que en parte da la ventaja al régimen reaccionario marroquí como aliado regional de Estados Unidos?

La realidad es que al apoyar con su permanencia en el gobierno la decisión del PSOE, el PCE está ayudando a reforzar la ocupación colonial marroquí y supone una nueva renuncia en el programa histórico que gran parte de la izquierda española ha mantenido durante décadas, el apoyo al pueblo saharaui.

Sea como fuere, es otro caso más que se suma al expediente de un PCE que ya ha avalado la militarización de las fronteras en Ceuta y Melilla. Y que desde su entrada en el gobierno ha aceptado la OTAN, al afirmar hace meses el propio Enrique Santiago que deberán cumplir los acuerdos internacionales ya pactados por una “responsabilidad de Estado”, a pesar ser el principal punto del programa histórico de Izquierda Unida y el motivo de su fundación.

La traición al pueblo saharaui es una nueva “responsabilidad de Estado” que el PCE “traga” para mantenerse en el Ejecutivo, lo cual parece ser todo el plan de Unidas Podemos durante la legislatura, mantenerse en el Consejo de Ministros independientemente de cuantas concesiones deban hacer a un PSOE que interviene una vez más como uno de los pilares del régimen del 78 y sus intereses. ¿Escucharemos al menos alguna voz crítica desde las bases de IU y el PCE que exijan que rompan con el gobierno imperialista y guerrerista? Esperamos que sí.


Roberto Bordón

Andalucía

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