Luego de que se conformara la lista de unidad que presidirá al Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires, ahora se busca la mayor unidad peronista posible.
Martes 26 de diciembre de 2017 12:26
La semana pasada se conformó la nueva conducción del PJ de la Provincia de Buenos Aires. En esta “renovación” del partido, asumieron las viejas caras de la política tradicional. Así, asumieron Luis Gioja, ex menemista, luego kirchnerista y los intendentes Menéndez de Merlo, que será el presidente y Fernando Grey de Esteban Echeverría como vice. También dieron el presente Daniel Scioli, que nada dijo sobre la reforma previsonal (de hecho ni siquiera fue a votar) y Facundo y Pablo Moyano, garantistas de la “paz social” que nada hicieron para evitar que se votara el robo a los jubilados.
Así, menemistas de la primer hora, se juntan con Kirchneristas. Todos juntos “traidores” y “traicionados”.
Pero todo ese rejunte no se quedará ahí. Ahora la orientación de la nueva conducción peronista de Buenos Aires, será abrirle los brazos a todos. “No hay límites a la hora de abrir los brazos y esperar que vuelvan todos los peronistas", sentenció Menéndez.
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La “renovación” que busca el nuevo consejo partidario, será abrirle las puertas a Randazzo y hasta al mismísimo Sergio Massa, uno de los primeros traidores, que le disputó la provincia al Kirchnerismo (cuando agrupaba a la mayoría del peronismo) y se la ganó.
El primer acto de este desafío será en el congreso partidario a realizarse en la segunda quincena de enero, cuando se designarán los 42 titulares de las secretarías. Allí se verán los primeros roces entre los distintos sectores del peronismo. Lo que confiesan los nuevos actores de esta “renovación” es que quieren buscar una “foto de unidad” para el verano.
¿Pero qué significa esta unidad? En lo que va de gobierno de Cambiemos, el peronismo ha jugado un rol de garante de la llamada “gobernabilidad”. Ya sea en su pata legislativa, votándole las leyes de ajuste al macrismo, ya sea en su pata sindical, dejando hacer, sin llamar a ninguna medida contundente para frenar el ajuste de Macri.
Con diferentes alas, unas jugando más a la “confrontación” (para después votar las leyes macristas” y otra siendo una “oposición responsable” manteniendo un diálogo directo con la rosada, todo el peronismo jugó un rol clave para la avanzada macrista, en parte por eso se explica la “fortaleza” coyuntural del macrismo en las urnas.
Desde esta mirada, esta “renovación” peronista, no parece más que una forma de darle unidad de acción a esta “oposición a su majestad”, aplacando a las alas más díscolas que pudieran aparecer.
