×
×
Red Internacional
lid bot

Dólares que no llegan. El campo liquidó sólo el 34% de la cosecha, el nivel más bajo desde 2018

Desde CONINAGRO confirman un retraso en las liquidación de la soja e implica el valor más bajo de los últimos 6 años. El sector viene reclamando un tipo de cambio “más competitivo”. La especulación capitalista de las cerealeras le podría jugar una mala pasada al gobierno de Milei que espera con ansias la entrada de divisas.

Julio Pérez @Juliomp25

Jueves 23 de mayo 18:00

A mediados de mayo, sólo se ha vendido el 34% de la producción de soja de la campaña 23-24. “Por debajo del 36% de los 2 años previos y del promedio de 40% de los 5 años previos, para el mismo momento del año”. Es un informe de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) que agregó que a mediados de mayo, “con un 57% de la producción vendida aún con precio a fijar, esta campaña tiene la mayor proporción de producción vendida con precio a fijar.” Argumentando como consecuencia los precios bajos y “la percepción de un tipo de cambio también bajo.”

La entidad que forma parte de la Mesa de Enlace aseguró que “al mes de abril, la liquidación de divisas por exportación de granos alcanzó los 6.433 millones de dólares. Unos 1.200 millones por encima del mismo periodo de 2023 (año de sequía), aunque 40% más bajo que en 2022”, donde en esté último año la producción fue también menor que en 2024. Desde la entidad opinan que “la suba de precios internacionales, la mejora del dólar exportador y la menor humedad están ayudando a que tome mayor ritmo.”

Te puede interesar: Agropower: ¿quién se beneficia de los altos precios internacionales de los granos y oleaginosas?

En cuanto a la agroindustria, del sector aceitero (el más importante) también hay una caída en las liquidaciones. En abril, según la Cámara de Industria Aceitera (CIARA – CEC), las empresas del sector habían liquidado 1910 millones de dólares, 525 millones de dólares menos que en abril de 2023. En el mes pasado el sector había movido 12 millones de toneladas de la nueva cosecha de soja para exportarse como granos o subproductos (aceite y harina). Sin embargo el año pasado, con sequía mediante, habían comercializado 21,5 millones de toneladas, es decir, un 44% más. Como dato extra: las mismas empresas aceleraron la importación de soja a través de una triangulación comercial desde Paraguay, el 20% de la soja procesada provino del país vecino.

Te puede interesar: ¿Faltan dólares? Las maniobras de evasión y fuga del complejo sojero

Según el Monitor Agroindustrial elaborado mensualmente por la CIARA CEC “las mayores exportaciones de soja de Paraguay tuvieron como destino final a la Argentina.” Que gracias al régimen de “importación temporaria” la industria aceitera logró “mantener volúmenes razonables de molienda, evitando de esta forma el cierre de plantas por la falta de oferta de soja disponible en el mercado local.”

La Bolsa de Comercio de Rosario proyecta exportaciones por US$29.300 millones para este año. Aseguran que “si bien esto implica una recuperación de US$5.700 millones, el valor de lo exportado por estos productos quedaría US$1.700 millones por debajo del promedio del último lustro.” Montos que esperan con ansias desde el gobierno nacional, sin embargo, la especulación del sector puede jugarle una mala pasada.
La disponibilidad de divisas es un problema crítico para el funcionamiento de la economía argentina. Un sector concentrado en un puñado de empresas privadas y multinacionales (los “héroes” que llama Milei) presiona casi todos los años por la devaluación para obtener mayores ganancias, lejos de las necesidades de las mayorías.

Como afirma el economista del PTS en el FIT-U, Esteban Mercatante, “si cortamos con el vaciamiento nacional que producen los acreedores de la deuda, las grandes empresas y el agropower, imponiendo a través del monopolio del comercio exterior y un sistema financiero nacionalizado, terminando con el lucro que hacen los grandes bancos de la bancarrota nacional, se pueden asegurar los recursos para incrementar la capacidad de crear riqueza, para destinarse a mejorar o desarrollar las infraestructuras fundamentales, a la construcción de viviendas, escuelas, hospitales, a la modernización de los transportes, y a garantizar el acceso a la cultura y el esparcimiento.”

Te puede interesar: El comercio exterior, un asunto demasiado serio para dejarlo en manos privadas