El pasado domingo dejaba a última hora la noticia de un rider de Deliveroo fallecido tras colisionar con un camión de la basura mientras repartía. Este suceso, lamentablemente para nada aislado, vuelve a poner sobre la mesa el modelo de precariedad absoluta del capitalismo “colaborativo”.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Miércoles 10 de febrero de 2021
El verano pasado de 2019 fue Pujan Koirala, repartidor con una mochila de Glovo a sus espaldas, el que fallecía durante un reparto en Barcelona. Un año y medio más tarde ha sido otro rider, esta vez en Madrid y con una mochila de Deliveroo a su espalda, el que perdía la vida durante un reparto tras colisionar con un camión de basura.
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Al igual que sucedió tras la muerte de Pujan, el fallecimiento del rider de Deliveroo en Madrid ha vuelto a poner el foco en las empresas “app”, esas empresas y negocios que a través de las aplicaciones móviles ponen en “contacto” a usuarios para que puedan ofrecer sus servicios o bienes a otros usuarios. Desde esta perspectiva estas empresas y plataformas tan solo jugarían un rol de “mediadoras”.
En estas breves líneas queda recogido el mensaje “marketiniano” que inunda las redes, inteligentemente construido por las plataformas: libertad, ser “tu propio jefe”, elegir cuándo trabajar, etc. Todo un relato de ideales individualistas para ocultar la precariedad que realmente se esconde detrás.
Pero qué mejor que Sacha Michaud, cofundador de Glovo, para explicarnos las “maravillas” de este capitalismo “colaborativo”.
Atentos a la cara de cemento que tiene el cofundador de @Glovo_ES.
Pone realmente los pelos de punta escuchar todas las barbaridades que llega a decir.
Este es el modelo de precariedad que nos espera si no actuamos ya. pic.twitter.com/XppTROZPYr
— Riders x Derechos (@ridersxderechos) January 25, 2021
“Flexibilidad, conectarse cuando quiera [...] es una tendencia en la sociedad, no queremos jefes, queremos hacer dos o tres trabajos a la vez. Sería maravilloso que un Glover que vive en Milán pueda decir que “ah, quiero vivir tres meses en Barcelona” y poder vivir esa experiencia [...] y sin hacer gran esfuerzo.”
A esta apología de la libertad por parte del cofundador de Glovo, y de todos aquellos defensores del capitalismo “colaborativo” le falta un asterisco, y es que hablan de libertad, sí, pero de la suya concretamente.
La ingente cantidad de dinero destinada a publicidad forma parte de una operación de "sharewashing” [lavado de cara con la idea de “compartir”], el cual construye la idea de que la relación entre los usuarios es libre, y a su vez, la relación del trabajador con la app y plataforma, también lo es. Pero nada más lejos de la realidad.
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Los ideales que este capitalismo “colaborativo” construye son adaptaciones necesarias producto de, por un lado, la explosión del acceso a internet generalizado en occidente y por otro, la creciente precarización que viene imponiendo el mercado laboral especialmente desde 2008. Esta combinación de factores cimientan la creación y expansión de estas plataformas. Pero claro, decirlo así es poco “cool” y más en estos tiempos de fachada sin sustancia.
Frente a sueldos de miseria y el pluriempleo, digamos posibilidad de trabajar en varios lugares a la vez; frente a horarios maratonianos o penalizaciones si no se cumplen envíos, digamos libertad para trabajar cuando se quiera; frente a falta de toda cobertura por accidente o enfermedad, oiga, sea usted su propio jefe. Et voilà, llamada a los amiguetes de los grandes medios de comunicación para que aireen esta sarta de mentiras, nueva ronda de financiación para que los grandes capitalistas inviertan y a continuar la (su) fiesta.
Pero la realidad es otra. Y frente a estas nuevas formas de precariedad también hay resistencia por parte de lxs trabajadorxs, o riders, como se hacen llamar los repartidores y repartidoras a domicilio (el servicio más extendido en apps).
Los riders son especialmente jóvenes de clase trabajadora, muchos inmigrantes, que nuevamente ven como el mercado laboral capitalista solo depara para ellos más y más precariedad y un futuro de incertidumbre.
Y es que estos riders se enfrentan a una temporalidad salvaje, a las subcontrataciones, a lidiar con las ETTs, a jornadas extenuantes de trabajo, a sufrir penalizaciones por parte de la empresa si no están disponibles en ciertas franjas horarias, a un sueldo volátil y no garantizado y por lo tanto sueldos de miseria. Todo esto ha sido denunciado cantidad de veces por colectivos de trabajadorxs organizadxs.
Unas condiciones que si bien son nuevas por la forma de ejecutarse, no están muy lejos de las que hemos podido ver en otros sectores no tan nuevos: hostelería, transporte (léase conductores asalariados del taxi), turismo o comercio. Y es que el capitalismo “colaborativo” ha dado una nueva vuelta a la tuerca de la precariedad, pero esta ya hace tiempo que aprieta a amplios sectores de la clase trabajadora.
Como decíamos, frente a este nuevo ataque, amplios sectores especialmente jóvenes trabajadorxs, mujeres e inmigrantes se organizan bajo condiciones de gran dificultad para poder pelear por sus derechos y quitar la careta a este capitalismo “cool”.
Tenemos el ejemplo de Las Kellys de Barcelona, camareras de pisos en hoteles, podemos hablar de RidxrsXDerechos, una unión de riders de diferentes plataformas de reparto, o los jóvenes trabajadores repartidores de Amazon, organizados en las diferentes subcontratas que se encargan del reparto para esta multinacional. Sin olvidar otros ejemplos de organización y lucha en sectores como la hostelería protagonizado por lxs trabajadorxs de Telepizza en diferentes ciudades del Estado español.
Estos ejemplos de lucha y organización, realizados a contracorriente de las burocracias sindicales de CCOO y UGT que les dan la espalda, son el ejemplo a seguir. Marcan el camino para pelear por mejores condiciones, denunciando la precariedad y así poder evitar más muertes, como la de Pujan Koirala o el compañero rider fallecido el pasado domingo en Madrid.
Desde Esquerra Diari (Izquierda Diario), estamos impulsando la campaña #CiutatAturada #CiutatEnLluita, donde recogemos y damos difusión a ejemplos de lucha y organización a la vez que denunciamos la precariedad. Hoy nos hacemos eco de esta estafa y mentira del capitalismo “colaborativo” y te invitamos a escribir y contactar con nosotrxs para hacernos llegar tu denuncia.