Luchar contra el desánimo y para no nos roben nuestras vidas es una pelea en común y una razón para combatir. Te sobran motivos para robarle tiempo al capitalismo y comenzar a militar por una sociedad sin explotación ni opresión.
Miércoles 7 de diciembre de 2022
En un artículo publicado en CTXT, la compañera Josefina Martínez decía que “incertidumbre, precariedad de la vida, múltiples violencias, machismo, racismo, competencia feroz, bullying, individualismo y meritocracia, explotación, y mucho más… se dice capitalismo”. Si eres una persona joven de clase obrera es muy probable que puedas completar un bingo con estas palabras.
Cuando hablamos de “robarle al capitalismo el tiempo que nos secuestra y militar para golpear a este sistema devorador de todo, por una sociedad comunista”, hablamos de la conquista de un mundo sin opresión ni explotación. Y no lo decimos como conceptos vacíos ni confinados a ser solo teorías. Hablamos de algo bien real para la juventud, para la clase trabajadora, para las mujeres, la diversidad sexual o las personas racializadas.
A los capitalistas solo les servimos para trabajar hasta reventar. Para hacer funcionar el mundo, para recibir el menor salario posible mientras viven de lujo a nuestra costa. Para limpiar su mierda, pagar sus viajes al espacio, morir en sus guerras y callarnos. A nosotres los capitalistas no nos sirven para nada bueno.
A esta generación nos llaman la generación de cristal cuando lo que somos es la generación de las crisis. Precariedad, pandemias, guerras, el ascenso de la extrema derecha con su violencia patriarcal y racista, el aumento de las tensiones políticas y militares entre potencias, aumento de los precios sin precedente en medio siglo y fenómenos climáticos extremos por la destrucción de nuestros ecosistemas.
Seguirán diciéndonos que se somos la generación de cristal que nos quejamos de todo. Efectivamente, queremos romper sus cristales y transformarlo todo. A pesar de que nos preparan para ser fuerza de trabajo obediente, nos clasifican y segregan para ser la futura (y presente) clase trabajadora dividida al gusto de los empresarios. Pero no nos callamos y no aceptamos esa derrota que nos quieren enseñar.
Creer que no podemos luchar colectivamente lleva al desánimo y la derrota. No es casual que la salud mental de la juventud este tan golpeada. No es casual que sea moneda corriente las pastillas para que aguante el cuerpo y la cabeza a los ritmos de explotación y a la violencia de las opresiones que nos imponen para dividirnos y controlarnos. ¡Claro que sentimos rabia y violencia! Y si toda esa rabia nos come por dentro, lo que les va a preocupar es como hacer para explotarnos mejor.
Este sistema capitalista quiere reventarnos para mantener todo lo que nos roba. Y venimos a reventarlo y a cobrarnos todo lo que nos han robado. Es el momento de organizar nuestra legitima rabia para pelear por una sociedad sin explotación ni opresión, en la que no seamos números descartables. En la que nuestras vidas valgan más que sus ganancias.
En 2016 en Francia un lema se repetía en las manifestaciones juveniles: “on vaut mieux que ça” (valemos más que esto). Pero decirlo no tiene la misma fuerza si hay miles de personas detrás de la pancarta. Ni que decir, si se organiza esa fuerza para que se transforme en una alternativa cuyo centro de gravedad sea la lucha de clases y que se proponga derribar este sistema.
Porque en el sistema capitalista en 2022 cada cuatro segundos, una persona muere de hambre en el mundo y cada cuatro segundos los 10 empresarios más ricos del mundo habrán ganado más de lo que vas a cobrar en toda tu vida. ¡Claro que valemos más que este sistema de mierda!
Sin embargo, hay quienes tratan de vendernos que es posible humanizar el capitalismo. Llegan a formar gobiernos progresistas como este, aplican los ataques de los capitalistas, abren el camino a la extrema derecha a base de políticas de derecha, y a la desmoralización de creer que esto es lo que hay y que no es posible organizarse, combatir y vencer.
Ante la posibilidad de que se abran nuevos descontentos, luchas y alternativas, nos tenemos que preguntar cómo damos pasos para organizar la fuerza de la clase trabajadora y la juventud, las luchas antipatriarcales, antirracistas o contra la destrucción del planeta y construir la fuerza política que necesitamos para enfrentar a la extrema derecha y los capitalistas.
Por ejemplo, durante esas movilizaciones en 2016 en Francia, Revolution Permanente, la organización hermana de la CRT estaba construyéndose en primera línea de los combates de la juventud y la lucha de clases, afirmando que “la organización es una cuestión clave para todo proyecto revolucionario: no sólo para hacer frente al Estado y a las fuerzas de la clase dominante, ante las cuales es absurdo pensar que se puede improvisar el combate, sino también para pensar colectivamente las luchas actuales y nutrirse de las lecciones históricas de la lucha de clases y comprender que tan solo pensando conjuntamente, con la inteligencia colectiva, podemos derribar un sistema que debe ser destruido”.
Ahora se proponen fundar del 16 al 18 de diciembre una nueva organización revolucionaria en Francia con asambleas preparatorias de más de 400 personas. También quienes somos parte de la CRT en el Estado español, que impulsa las agrupaciones Contracorriente y Pan y Rosas, somos parte de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional que reúne a organizaciones socialistas y revolucionarias de 14 países.
Quienes militamos en la CRT participamos en luchas obreras y de otros sectores oprimidos, impulsando la solidaridad y las tendencias a la autoorganización. Nos organizamos en los centros de trabajo, de estudio, en nuestros barrios, pero también nos formamos, impulsamos un diario y una editorial militante, IzquierdaDiario.es, publicamos libros, hacemos cátedras en las universidades, sacamos un suplemento ideológico, Contrapunto y armamos hasta un campus virtual con decenas de cursos de marxismo.
Como decíamos recientemente en los actos Estrategia Revolucionaria y perspectiva socialistas, “desde la CRT, no somos todavía ese partido se necesita. Somos aun una corriente pequeña, joven. Pero somos una corriente que lucha en el EE por poner de pie una organización de este tipo. Retomando las lecciones y el programa del marxismo, para construir un socialismo revolucionario desde abajo. Todo lo que hacemos, en nuestra intervención en las universidades, en institutos, en nuestro trabajo inicial en sectores del movimiento obrero, en la juventud trabajadora, tiene ese objetivo.”
[Charla] Estrategia revolucionaria y perspectiva socialista en el siglo XXI
Y te invitamos a sumarte a militar. A organizar la rabia, pero también el optimismo, que no cae del cielo en esta época de guerras y crisis capitalistas. También hay que militarlo.
