En medio de escándalos de corrupción que pesan sobre la casta política y sin mayoría propia en el parlamento, el conservador "Marito" asume festejado por Macri y Temer.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Miércoles 15 de agosto de 2018 10:53
El conservador Mario Abdo Benítez, de 46 años, tomó hoy posesión de la Presidencia de Paraguay para los próximos cinco años, en una ceremonia en el exterior del Palacio de Gobierno ante la presencia de varios mandatarios extranjeros.
Entre los presentes se encontraban, notablemente entusiasmados, el presidente argentino Mauricio Macri, el brasileño Temer y el recién asumido Iván Duque de Colombia. La llegada de Abdo Benítez a la presidencia de Paraguay es considerada por ellos como la extensión del giro político a derecha que vive la región en los últimos años. Sin embargo, al igual que sus entusiastas pares, el conservador y millonario nuevo presidente asume en Paraguay con varios problemas que enfrentan estos gobiernos: un cóctel de corrupción política, debilidad parlamentaria y pobreza endémica.
Abdo Benitez, que es conocido como "Marito" para diferenciarse de su padre que era secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, quien gobernó Paraguay a punta de fusil entre 1954 y 1989. Y de su padre no solo heredó el nombre sino también una inmensa fortuna que lo convierte en unos de las personas más ricas del país.
En su discurso de asunción, este miércoles, intentó diferenciarse de su trayectoria y su pasado, enunciando en varias partes su defensa de la democracia y la necesidad de gobernar para todos los paraguayos. Sin embargo es parte de la clase que posee el 85% de las tierras del país, concentradas en solo el 2% más rico, mientras que el 30% vive en la pobreza.
Su partido, el Colorado, es uno de los principales sostenes de los planes neoliberales que se aplicaron durante años en el país y responsable de la instalación de bases militares estadounidenses en el país.
Un juramento para despejar fantasmas
Las recientes denuncias de corrupción que tocan a la casta política y las divisiones dentro del propio Partido Colorado, que lo dejan sin mayoría parlamentaria propia, moldearon el discurso de asunción de Abdo Benítez habló de la necesidad de sembrar acuerdos con las diferentes fuerzas políticas y de investigar las denuncias.
Las fracturas al interior de su partido son tan fuertes que el propio expresidente "colorado" Horacio Cartes, no estuvo presente en la ceremonia de asunción. Esto implica que aunque los Colorados tienen 41 de los 80 diputados, "Marito" deberá lidiar con las distintas alas de su propio partido para llegar a acuerdos, o intentar avanzar en alianzas con otras fuerzas políticas. Ni hablar del Senado donde los colorados solo tienen 17 de las 45 bancas.
En el terreno de la corrupción, las últimas semanas varias denuncias salpicaron al mundo político en un episodio que parece repetirse en espejo con las crisis abiertas en Brasil y Argentina.
Es por esto que gran parte de su discurso estuvo centrado en la apelación a la "unidad nacional" y "contra la corrupción".
"Anhelamos un Paraguay unido y reconciliado. Una unidad que no significa uniformidad: convivamos en el debate. Es saludable, enriquece y construye", dijo en un guiño hacia las otras fuerzas políticas, mientras que sobre la corrupción afirmó: "La impunidad es el cáncer a vencer. Yo no quiero un juez amigo. Vamos a construir una justicia independiente y valiente para que se acabe la impunidad en Paraguay. El ciudadano paraguayo despertó".
Contra Venezuela y Nicaragua
Abdo Benítez también tuvo un gesto hacia Macri y Temer, que encabezan la cruzada contra Venezuela y Nicaragua, de la mano de la embajada de Estados unidos. Alineado con la política injerencista propiciada por el Grupo Lima hacia esos países, "Marito" expresó en su discurso "solidaridad con el pueblo de Venezuela y de Nicaragua frente a los abusos del poder. Nuestras voces libertarias no callarán. Paraguay no va a mantenerse indiferente ante el sufrimiento de pueblos hermanos".
Resulta como mínimo extraño que quien en el pasado ha defendido la dictadura en Paraguay y quien pertenece al partido que formó parte del golpe contra el expresidente Lugo, hable de democracia y de "abusos de poder".
Estas declaraciones los realizó también ante la presencia de Evo Morales y Tabaré Vázquez que viajaron para la ceremonia de asunción.
La "alegría" de Macri y Temer por sumar un presidente conservador a la región, se chocaran con los problemas domésticos que ambos enfrentan cuando vuelvan a sus países. El desprestigio de las instituciones políticas, la corrupción y la endeble situación económica son parte de la crisis que golpean a los gobiernos de la derecha continental y de los que "Marito" no estará exento.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario