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Red Internacional
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Incluyó importantes movilizaciones. Gran jornada de huelga general en Italia contra el ajuste fiscal del gobierno Meloni

Millones de trabajadores se unieron a la huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios CGIL y UIL y muchos sindicatos de base. Los bajos salarios, las políticas antidemocráticas y militaristas y una ley financiera antipopular han generado un amplio repudio a las políticas del gobierno de Meloni.

Sábado 30 de noviembre 11:57

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El viernes 29 de noviembre, la huelga general nacional convocada por dos de los tres sindicatos mayoritarios de Italia, la CGIL y la UIL, y muchos sindicatos de base más pequeños, tuvo un gran éxito, con la participación de millones de trabajadores y la adhesión de cientos de miles a más de 40 manifestaciones territoriales.

La huelga se convocó como consecuencia de la falta de diálogo del gobierno con los sindicatos sobre las cuestiones de la ley financiera que se aprobaría en diciembre, y los contratos nacionales para las categorías, empezando por el caso más abierto de ruptura, el de los metalúrgicos, donde los sindicatos exigieron una reducción de la jornada laboral a cambio de igual salario y la patronal rompió la mesa de negociación.

La maniobra financiera del gobierno de Meloni representa el retorno de la austeridad, con la excusa del "equilibrio presupuestario" del Estado, y de los recortes para la clase trabajadora y los pobres, empezando por los recortes en sanidad y educación, mientras unos pocos muy ricos han acumulado aún más dinero tras la emergencia de Covid.

Los dirigentes sindicales de la CGIL y la UIL comentaron con entusiasmo el éxito de la huelga: "Huelga exitosa. El mundo del trabajo hizo suyas las razones de nuestra movilización. La adhesión a la huelga fue superior al 70%, y medio millón de personas salieron a la calle, en más de 43 manifestaciones pacíficas y democráticas. La ley de presupuestos -añadieron las dos centrales sindicales- no responde a las necesidades del país y de sus ciudadanos, y las plazas llenas de hoy lo han demostrado. Aumentar los salarios y las pensiones, financiar la sanidad, la educación y los servicios públicos, invertir en políticas industriales son prioridades para los trabajadores".

Resultados positivos, subrayan, en todos los sectores económicos, empezando por el metalmecánico, pero también en la agroindustria (100% en Heineken en Taranto), la química, el textil, el comercio (90% en Ikea en Génova) y los servicios. Quizá las cifras dadas a conocer a primera hora por los sindicatos estén redondeadas, ya que también hay sectores importantes en los que la adhesión fue ciertamente menor, como el servicio postal (en torno al 4%) y la educación (menos del 6%), y la adhesión en el transporte estuvo muy limitada por las restricciones impuestas por la comisión de garantía de las huelgas bajo la presión del ministro de transportes, el jefe de la Lega (partido nacionalista de derechas), Matteo Salvini.

Otro factor que limita la huelga es el apoyo más o menos parcial al gobierno por parte de la CISL (el segundo sindicato en número de afiliados, de origen democristiano) y otros sindicatos menores, que han adoptado una línea de "conflicto cero" o casi cero con el gobierno de Meloni.

Nuestra lucha por una gran campaña de lucha social y por una oposición independiente del centro-izquierda

Como militantes de la FIR (Fracción Revolucionaria Internacionalista), la organización italiana de la Fraccion Trotskista - Cuarta Internacional, hemos impulsado una campaña para hacer de esta importante huelga general un primer gran paso para abrir un plan de lucha contra el gobierno de derechas, contra las políticas de rearme y de intervención imperialista en el extranjero, empezando por la escalada de la OTAN en Ucrania y el apoyo a la campaña genocida de Israel en Palestina.

El malestar y la tensión hacia la movilización y la huelga de sectores separados, como los metalúrgicos, el transporte, los universitarios pro-palestinos, la juventud ecologista y feminista, necesita formas democráticas y radicales de organización desde abajo, la elaboración de planes de lucha y reivindicaciones comunes, una movilización que vaya más allá de la rutina de los sindicatos, que frenan el desarrollo de una lucha de clases profunda y unitaria.

La primera oportunidad es ya el sábado 30 de noviembre, con la manifestación nacional convocada por las organizaciones árabe-palestinas por el fin del genocidio y de la política colonial del sionismo, por la liberación nacional palestina y el pleno derecho al retorno de la diáspora.

Las luchas antirracistas, antiimperialistas y antipatriarcales pueden adquirir una enorme fuerza social si se integran en la movilización de la clase obrera y de sus organizaciones. Esto pasa por unir la lucha contra la explotación económica capitalista con la lucha contra todas las formas de opresión, elaborar un programa común de emancipación del sistema imperialista racista y patriarcal, exigir una organización democrática y radical de los sindicatos, luchando por recuperarlos de la casta burocrática que los dirige.

Si la misma burocracia sindical, en su sector más avanzado, llega a exigir una reducción de la jornada laboral por igualdad salarial, el reformismo "realista" de muchos sectores de la izquierda, que acaban adaptándose al Partido Demócrata y al centro-izquierda, ya no tiene ninguna perspectiva. En su lugar, se está abriendo el debate sobre cómo la clase obrera puede pensar y poner en práctica una forma alternativa de controlar la economía y la sociedad ante la tragedia del rearme general y los conflictos militares y las emergencias humanitarias en todo el mundo, la catástrofe medioambiental que aflige al planeta y la crisis de beneficios que los capitalistas están haciendo pagar a la inmensa mayoría de los explotados.

Luchar por una gran campaña de "convergencia" de luchas, como reivindican los trabajadores del Colectivo de la Fábrica GKN de Florencia, no puede separarse de la construcción de una oposición social y política independiente de los partidos gubernamentales, del centro-izquierda y de la gran burocracia sindical, especialmente en un país donde la crisis y la descomposición de la izquierda obrera y anticapitalista es tan profunda como Italia.

Por eso reivindicamos la urgente relevancia de construir una izquierda revolucionaria, socialista y combativa, centrada en la clase obrera y en la lucha de clases, como referencia también para la juventud en lucha, para las mujeres, para todos los oprimidos.


Giacomo Turci

Nació en Cesena (Italia) en 1992. Licenciado en antropología y geografía por la Universidad de Bolonia. Es editor del periodico online italiano La Voce delle Lotte. Actualmente reside en Roma y milita en la Frazione Internazionalista Rivoluzionaria (FIR).