La mañana de este 3 de febrero la presidenta Claudia Sheinbuam publicó en su cuenta de X (Twitter) el anuncio de que, tras haber conversado vía telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se acordó una pausa de un mes en la aplicación del 25% de aranceles en las exportaciones mexicanas a dicho país. A cambio, el imperialismo yankee le exigió a la mandataria mexicana, entre otras cosas, reforzar militarmente la frontera norte. Finalmente, el acuerdo fue movilizar 10 mil elementos de la Guardia Nacional. ¿A cuántos elementos castrenses se suma esta nueva oleada de militarización del norte de México?
Lunes 3 de febrero
En su conferencia matutina Sheinbuam comentó que se reuniría hoy a las 12 hrs con el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, para que éste le presente un plan para implementar inmediatamente el despliegue de tropas en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, las 6 entidades fronterizas con Estados Unidos.
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Aunque aún no se sabe la manera en que se distribuirán las fuerzas castrenses, la presidenta aclaró que será destinado un mayor número de guardias nacionales a aquellas zonas donde se requiera detener mayor número de migrantes y, supuestamente, mayor flujo de drogas. El interés del gobierno de Trump está puesto, eminentemente, en lo primero.
Según el medio Diario Mx, a finales de diciembre Baja California contaba con tres mil 862 militares; Sonora con tres mil 880; Chihuahua con cuatro mil 035; Vanguardia Mx informó, también, que al término del año Coahuila tenía al menos siete mil efectivos; en el caso de Nuevo León, tal como refieren los medios Publimetro, N+ y Milenio, el cómputo de presencia castrense asciende a alrededor de tres mil; mientras que Tamaulipas, según SPRInforma, tiene once mil 571.
Otras entidades del norte donde los migrantes cruzan con los riesgos de ser perseguidos bajo la lógica militarista como en Sinaloa y Zacatecas, tienen alrededor de doce mil y cinco mil elementos, respectivamente.
El total de las cifras mencionadas en esas ocho entidades es de, al menos, 50 mil 348 militares y guardias nacionales. Con la movilización que se está anunciando es probable que se sume la mayor cantidad de fuerzas a Tamaulipas, Chihuahua, Baja California y Sonora, las cuales tienen ciudades como Matamoros, Ciudad Juárez, Tijuana y Nogales, donde se concentran grupos migrantes en busca de rutas pasar al otro lado.
Con diez mil guardias nacionales más, el número de militares ─hay que tomar en cuenta que la Guardia Nacional está adscrita a la Sedena- ya ascenderá a casi 60 mil 500.
La presión que el gobierno de Donald Trump hizo con el anuncio de medidas arancelarias contra México, supuestamente porque los funcionarios de este país no se han hecho cargo de detener el flujo de migrantes y drogas ─especialmente fentanilo-, derivó en la aceptación inmediata de reforzar la militarización del norte del país.
Esto se da en el marco, también, de la firma de la Orden Ejecutiva que estaría por designar a los llamados “cárteles” como organizaciones terroristas extranjeras, la cual está por verse en estos días si adquiere vigencia ya que necesita de la autorización del Departamento de Estado yankee derivada de ciertas precisiones que debe realizar su Oficina de Contraterrorismo (CT), aunque al final la decisión de esas designaciones depende de consideraciones políticas con cierto nivel de arbitrariedad.
Si tomamos en cuenta que tanto la militarización del país como la estrategia securitaria para detener a migrantes y supuestamente combatir la producción y trasiego de drogas son expresiones de la subordinación imperialista de México a Estados Unidos, vemos que la amenaza de aranceles está funcionando como un instrumento eficaz para prolongar dicha relación de sometimiento.
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