Para 1973 en Chile, vientos de revolución y contrarrevolución agitaban el país. Se preparó, por un lado, el golpe ya antecedido por el Tanquetazo, pero por otro lado, se venían preparando las fuerzas de la clase obrera organizada en los Cordones Industriales. El día 24 de julio la clase obrera de la capital dió un salto en la coordinación de estos organismos de la clase trabajadora y demostraba también la férrea conciencia de clase de estas y estos trabajadores.
Martes 26 de julio de 2022 08:20
Los cordones industriales, que habían florecido con fuerza en respuesta al paro patronal de octubre de 1972, ya para junio de 1973 habían avanzado en labores de coordinación, producción y distribución de mercancías que faltaban por acaparamiento, falta de repuestos, etc. Además habían avanzado en aspectos de autodefensa por la necesidad de hacer frente a los ataques de la derecha, con Patria y Libertad ya organizada y las fuerzas del orden.
Para junio de 1973 la clase obrera chilena ya se planteaba cada vez más la necesidad de dirigir el proceso que se venía desarrollando y comenzaban a participar cada vez más trabajadores de base en las instancias de organización. La CUT convoca para el 21 de junio a un Paro Nacional. Dos días antes, el 19 de junio, alrededor de 5.000 campesinos en Maipú se movilizan y toman 39 fundos y se coordinan con el Cordón Cerrillos Maipú para organizar la defensa.
Los cordones llegaban con fuerza al Paro Nacional, donde se estima que pararon alrededor de 1.300.000 trabajadores y tan sólo en Santiago se reunieron unos 700.000, en un momento en el que Chile tenía una población total de un poco más de 10 millones de personas. Por la fecha también se había descubierto un plan para un ensayo de golpe militar por lo que ya se hablaba de la posibilidad de un golpe.
Para el 29 de junio un regimiento blindado en conjunto a Patria y Libertad toman el centro de Santiago en la intentona de golpe denominada como “tanquetazo”, que fue repelida ese mismo día.
Como una respuesta defensiva, se organizan comités de vigilancia y brigadas de defensa y son tomadas por sus trabajadores todas las fábricas del área de Maipú y de Vicuña Mackenna. Así también dieron un salto enorme en organización el Cordón O’higgins, Macul (en coordinación con la Universidad de Chile y el Pedagógico), San Bernardo y San Joaquín, dando paso a la llamada “la semana decisiva”.
Con un intento de golpe fallido y la posibilidad de otro golpe inminente o una guerra civil, Allende eleva aún más la colaboración de clase. El día 24 de julio llama a un Acuerdo Nacional para dialogar con la DC por una parte, mientras que activa la Ley de Control de Armas, dando paso a una serie de allanamientos por parte de militares tanto a trabajadores como a las poblaciones en las que mayoritariamente vivían.
Ese mismo día, se reunió la recién creada Coordinadora Provincial de los Cordones Industriales, que buscaba la expansión del área social y una mayor autonomía. Querían tener sus propias normas y buscar una vía para tomar mayor dirección del proceso como obreros y obreras de los Cordones Industriales. A ésta reunión asistieron el Cordón Vicuña Mackenna, O’Higgins, Mapocho-Cordillera, Cerrillos-Maipú, Santiago Centro y San Joaquín; en los asistentes se encontraban trabajadores del Partido Socialista, del Partido Comunista, del MIR y del MAPU.
Los Comandos Comunales, plantearon querer ir a la reunión. Pero los Cordones manifestaron querer tomar sus propias decisiones como Cordones. Cuando los Comandos Comunales pidieron estar en la reunión de la Coordinadora Provincial de los Cordones, éstos rechazaron la petición diciendo que podían levantar cordones en los lugares donde estaban y luego podían venir representantes de los Cordones para que asistieran a la reunión. Creían, en palabras de Hernán Ortega, último presidente del Cordón Cerrillos, que “(...) primero hay que organizar la vanguardia de la clase obrera y luego ir a la organización de la Coordinadora de Cordones.”
Como resultado de la reunión de la Coordinadora ese 24 de julio, emiten una declaración, que vería la luz en el periodico Tarea Urgente del 27 de julio del ‘73 y en la cuál expresan que la Coordinadora:
“no nace como organismo provincial paralelo a la CUT ni pretende asumir la dirección de la clase obrera en la provincia, sino que surge como producto de la necesidad de coordinarla lucha de los diferentes Cordones Industriales, aprovechar la experiencia de los más antiguos en la creación, formación y desarrollo de los nuevos cordones.”
Entre otras cosas, la declaración también plantea la posición de que los cordones deben estar en los Comandos Comunales y tomar un rol hegemónico en ellos:
“Los Cordones Industriales, en la medida que son organizaciones del proletariado, deben ser los impulsores y pilares de las organizaciones gérmenes del poder popular (Comandos Comunales de Trabajadores). En estos comandos participan todos los sectores aliados del proletariado, donde se debe garantizar la hegemonía de la conducción de los cordones, como clase obrera organizada. Esto nos permitirá garantizar la conducción proletaria del proceso y el carácter socialista de la revolución.”
En conjunto a una serie de orientaciones prácticas del quehacer de los cordones para el momento y respecto a su relación con otros sectores sociales, aseguran tener diferencias con el gobierno principalmente porque difieren en el acceso de la clase trabajadora a la toma del poder, pero siguen mostrándose como complementarios al gobierno en ese momento de la lucha de clases.
Declaraban también que los objetivos generales de los cordones eran:
a. Defensa y ampliación de las conquistas del Gobierno y de la clase.
b. Representar en forma directa y democrática a los trabajadores del Cordón.
c. Constituirse en organismos de defensa del actual gobierno en la misma medida que éste represente los intereses de los trabajadores.
d. Organismos encargados de la profundización del proceso y de la agudización de las contradicciones de clase.
e. Luchar en forma enérgica por una mayor participación de la clase en las decisiones inherentes a sus intereses e incrementar el poder de los sindicatos y de las organizaciones de la clase.
f. Cooperar en forma decisiva en la organización y preparación de los organismos de defensa del sector de tal manera que garanticen el control territorial y político por parte de la clase.”
Declaraban buscar la construcción del socialismo y mostraban en muchas ocasiones desacuerdo con la vía pacífica al socialismo de Allende, porque sabían que la derecha no sería pacífica y por vivirlo en carne propia tuvieron que generar organismos de autodefensa. Pero no rompían con el gobierno que el mismo día de la reunión buscaba un acuerdo con los golpistas de la DC y cuando se invocaba la Ley de Control de Armas para desarmar a trabajadores de los cordones y allanar poblaciones. Es de notar que todos los presidentes de los Cordones que firmaron la declaración eran trabajadores militantes del PS.
Las diferencias con el gobierno también se expresaban por parte de sus propios militantes desde la claridad del rol de la clase obrera. Como expresaba Armando Cruces, presidente del cordón industrial Vicuña Mackena:
“En Chile, en estos momentos (...) los revolucionarios que se identifican por completo con la clase (...) están teniendo serios problemas (...) El compañero Allende, presidente de la República, reformista, militante de mi Partido Socialista, transa con el enemigo a cada momento (...) Además, el Partido Comunista de Chile, se ha demostrado por entero en meter la “paz social” en Chile (...)”.
Y continuaba: “Pero desgraciadamente hoy en día, cuando ya la clase obrera, en su conciencia, ha avanzado mucho, se la quiere frenar. Se la quiere llevar a un terreno reformista, y en aquello que nosotros hemos logrado con tanto sacrificio, derramando propia sangre de nosotros, pretenden que esto se devuelva.”
La experiencia de los cordones industriales muestra el avance que tuvo la clase trabajadora al responder desde su organización de base a los problemas planteados en el contexto político que se desarrollaba en la época, buscando una salida desde la clase obrera como sujeto hegemónico. En esta época de inflación, encarecimiento de la vida y devaluación de los sueldos, es importante retomar estas experiencias de la clase trabajadora que es la única que podrá dar respuestas en las que sean los capitalistas y grandes empresarios los que paguen la crisis.
Los relatos de trabajadores de los Cordones y la información de los acontecimientos han sido tomados principalmente del libro “Así se murió en Chile” de Liborio Justo, “Chile 1970-1973. Mil días que estremecieron al mundo” de Franck Gaudichaud y “Cordones Industriales. Cronología Comentada”, parte de los Folletos de la Biblioteca de Historia Obrera a cargo del Museo Obrero Luis Emilio Recabarren.