×
×
Red Internacional
lid bot

PRIMARIAS EN ESTADOS UNIDOS. El día que Chicago echó a Trump

El viernes 11, miles de jóvenes, trabajadores y mujeres tomaron las calles de Chicago para protestar contra el candidato multimillonario.

Martes 15 de marzo de 2016

Versión editada en castellano en base al artículo original en inglés Chicago Kicks Out Trump

Organizaciones de afroamericanos, musulmanes y latinos se juntaron el viernes pasado en las afueras de la Universidad de Illinois y llevaron adelante una acción coordinada que terminó con la cancelación del acto que iba a realizar el magnate Donald Trump. Algunos cientos ingresaron el estadio disfrazados de partidarios de Trump para hacer escuchar su voz al interior del recinto, mientras que miles se reunían en los alrededores y marchaban fuera de la Universidad. Después de varios minutos, el evento fue cancelado y los manifestantes ingresaron y arrancaron los carteles de Trump mientras coreaban consignas en contra del candidato republicano.

Afuera, los partidarios de Trump abucheaban a los manifestantes, algunos cantaban “Poder blanco” y levantaban la mano como el saludo nazi.

Cuatro personas fueron arrestadas y varias resultaron heridas. Aunque hay un video donde los partidarios de Trump aparecen golpeando gente y realizando el saludo nazi, la Policía solo arrestó a manifestantes anti Trump.

A partir de esta protesta, varios eventos relacionados con la campaña de Trump fueron cancelados, incluyendo un evento de la facultad de Derecho de la Universidad de DePaul organizada en las Torres Trump de Chicago y otro en Cincinnati, Ohio.

Las tácticas de protesta contra los actos de Trump fueron variadas. Desde personas que se colaban individualmente en los actos y fueron atacados, hasta importantes movilizaciones como la del viernes 11, que demostró un gran avance en la solidaridad entre diferentes grupos, un avance en la lucha para desafiar el racismo abierto y el odio de personajes como Trump y sus seguidores.

Hillary Clinton se pronunció por Twitter, “La violencia no tiene lugar en la política”. Una broma de mal gusto de parte de la exsecretaria de Estado que bombardeó Siria, Afganistán e Irak, y apoyó el golpe en Honduras. Clinton también relacionó la “violencia” de los manifestantes a la masacre de Charleston, donde el supremacista blanco Dylan Roof asesinó a nueve personas negras en una iglesia histórica del movimiento abolicionista.

Ni Sanders ni Clinton se adjudicaron las acciones. Sanders no demostró apoyo abierto a los manifestantes y no llamó a acciones unificadas contra el magnate multimillonario racista. Por su lado, Trump culpó a Sanders (evitó nombrar a su vieja amiga Hillary Clinton) y amenazó con enviar a sus partidarios a los actos de Sanders. Trump también amenazó a los manifestantes que participaron de la acción del viernes, y dijo que presentaría cargos y “les arruinaría la vida”.

Aunque es claro que el racismo y la violencia de Trump y sus partidarios son la causa de estos “choques”, no está claro aún cómo puede avanzar el movimiento para desafiar no solo el racismo individual, sino y sobre todo el racismo sistémico que Trump representa y defiende. La acción en la ciudad de Chicago mostró cómo el frente único de los sectores oprimidos puede bloquear a un multimillonario racista. También obligó a Clinton a mostrarse tal cual es cuando igualó a los racistas y los manifestantes (…).

El rechazo de Chicago al acto de Trump es una inspiración, pero no puede ser una excepción. Las movilizaciones deben oponerse no solo a Trump y la política de odio racista que él y sus partidarios esgrimen, sino también contra el capitalismo que le da a gente como él poder, dinero y defensa física. Los policías solo atacan a los oprimidos y nunca al Ku Klux Klan (KKK) o a los partidarios de Trump (…).

Será a través de la organización de los trabajadores, las mujeres, los afroamericanos, inmigrantes y otros oprimidos que terminemos con el racismo. La victoria del viernes contra Trump muestra la fuerza potencial de la clase obrera y los oprimidos.