Martes 4 de noviembre de 2014
Como todo ciclo, el kirchnerista tuvo picos altos y bajos. Comenzando con el escaso apoyo de Néstor, creció mucho con la elección de Cristina. Luego, en el 2009 parecía hundir su legitimidad, repuntando hasta conseguir el 54% en la reelección.
Hubo dos patrones comunes durante la gestión: lo público y el control de la información. Ambas van de la mano y están atravesados por un discurso de amigo-enemigo, que lejos de fomentar la diversidad de voces lo que hace es atemorizar, “endemoniar” las opiniones distintas. Así se montó un terrible aparato propagandístico, que se encargó de comunicar la voz dominante, lo bueno y lo malo... siempre tomada a partir de sus premisas.
Así entra en escena el doble discurso, tan característico de este modelo. Se vio en la Ley de Medios que actuó como un “fetiche” de voces rezagadas con la finalidad de tomar un espacio hegemónico de poder, ocupado hasta la fecha por grandes medios, que como ellos, son formadores de opinión por conveniencia. Lo terrible es que se olvidaron que lo público es cosa de todos y no de un gobierno en particular. No hubo una defensa sino una apropiación de lo público, en un país anteriormente devastado por las privatizaciones.
Más actual, se ve en la reforma del Código Procesal Penal, concordante con la legitimación del discurso de la derecha. Allí se comente dos atrocidades. Por un lado se estigmatiza a los inmigrantes de países limítrofes como “delincuentes”. Por el otro, se avance en la criminalización de la protesta social, con el invento de la figura de “conmoción social”.
Desde el inicio de este año el gobierno nacional está haciendo todo lo posible para evitar la fuga de votos. Por eso es que, sorpresivamente – aunque no tanto – se encargó de apoyar y ejecutar muchas medidas propias de cierta oposición. Así crecieron en influencia figuras militares como Berni, quien se encarga de difundir un discurso xenófobo y de mano dura, muy cercano a Massa y Macri.
Ante la debilidad de gran parte del arco opositor, al cual de modo risueño se los denuncia el deseo a la vuelta neoliberal, la izquierda plantea debate tanto en el congreso como en diversos medios y pone en escena la violencia institucional que el estado quiere tapar. Esta actitud es la que espero que cada día tenga más adeptos.