El dueño de la fábrica de neumáticos y de Aluar planteó en una entrevista una serie de críticas a Milei, incluyendo el RIGI o el alineamiento internacional del gobierno. Mientras expresa “preocupación” su único interés es seguir multiplicando sus ganancias, como dejan en claro los casi 100 despidos en FATE.
Diego Iung @IungDiego
Lunes 20 de mayo 21:19
El empresario del neumático buscó mostrarse preocupado en una reciente entrevista realizada por La Fábrica Podcast y criticó al gobierno de Milei: “"Hay que unirse para reclamar condiciones de competitividad razonables. Si nos quedamos (los empresarios) en una situación de resistencia, nos va a ir mal. No hay que aguantar, hay que atacar". El empresario ya atacó, pero su objetivo no fue el gobierno, claro. Fueron los trabajadores de FATE, que sufrieron decenas de despidos en la planta, ubicada en San Fernando, en la provincia de Buenos Aires.
Este empresario busca ubicarse como “víctima” de las medidas del oficialismo, pero es uno de los grandes dueños de la argentina, ocupa un lugar en la lista de los más ricos según el ranking Forbes. Además de FATE es dueño de Aluar, la única fábrica que produce aluminio primario en el país y una de las principales de sudamérica. También juega en el negocio de la energía. Madanes tiene una fortuna valuada en USD 1.600 millones.
Madanes Quintanilla criticó entre otros elementos lo que denominó la “desnacionalización” de la economía Argentina: “La desnacionalización de la economía argentina en las últimas cuatro o cinco décadas ha sido monstruosa, lo cual para mi es un problema (…) Si sólo fomentamos ese proceso de desnacionalización... es una responsabilidad que al menos yo no quiero asumir”. El empresario, sin embargo, omite hablar de su propia historia.
Lejos de cualquier gesta nacional, la familia Madanes tiene en su haber una verdadera historia de fuga: Fate, la empresa que hoy despide sin presentar siquiera un preventivo de crisis con los que intente explicar esos despidos masivos, fue una de las empresas beneficiadas con la nacionalización de su deuda privada. Aluar, la otra empresa clave del grupo, se encuentra entre las 25 que más fugaron capitales durante el gobierno de Mauricio Macri. Pero esto no es todo, tanto en los Panama Papers como en los Pandora Papers, Javier Madanes aparece como uno de quienes tenía sociedades offshore en Islas Cook, Bahamas o Panamá con conexión a cuentas en Suiza. Dificil conocer el verdadero alcance de la fortuna de este millonario que de “nacional”, como se ve, tiene muy poco.
Madanes aprovechó la entrevista para criticar el RIGI, como parte de la ley de Bases que el gobierno busca aprobar en el Senado en las próximas semanas: “Hay que ser cuidadosos desde donde se mira al RIGI, promover las inversiones es fundamental, pero hay que hacerlo con equidad. Y cuando entramos a discutir la equidad es muy difícil tratar de entender la posibilidad que se les da a lo demás. Eso no parece estar entendiéndose en el Parlamento. Yo escucho críticas por el monto, por los beneficios, pero no escuché demasiadas opiniones sobre la equidad, por qué no todos tenemos la misma posibilidad de invertir. Siento que hay un cierto menosprecio al capital nacional, que no es de este gobierno, viene de años". Sacando tajada de todos los gobiernos, este empresario habla sin sonrojarse de equidad, cuando en sus fábricas repetidas veces se han incumplido normas elementales de seguridad, producto de la desidia patronal, con la consecuencia de brutales “accidentes” sobre sus trabajadores.
Para el “equidad” es quedarse con la porción más grande de cada negocio. Si ahora se preocupa porque el RIGI beneficiría en mayor medida a las multinacionales, poco lugar cabe para pensar en esos términos cuando de los derechos de los trabajadores de sus fábricas se trata. De hecho, de manera totalmente ilegal se cree con derecho a dejar en la calle a casi 100 familias.
Como venimos denunciando, el RIGI es un elemento brutalmente reaccionario dentro de las contrarreformas planteadas en la ley Bases, pero poco tiene que ver esto con los fundamentos que plante el empresario del neumático. Aunque pose de oposición este magnate poco tiene que ver con el impulso de la industria nacional. Lejos de eso, como lo ha demostrado a lo largo de su historia, Madanes Quintanilla es otro buen ejemplo de ese empresariado que se beneficio bajo los gobiernos de todos los colores, civiles y militares. Los trabajadores de FATE bien lo saben y prometen no dejar pasar este brutal ataque.