En el día de ayer se llevó a cabo el paro general parcial del PIT-CNT. En él participó la ex presidenta de Brasil destituida por el golpe institucional, Dilma Rousseff.
Sábado 5 de noviembre de 2016 18:02
Dilma en Uruguay
El paro fue convocado “contra el neoliberalismo”, algo en lo que no se podría estar en desacuerdo. Sin embargo, la presencia de Dilma Rousseff, una presidenta que antes de su destitución ya venía aplicando un importante ajuste resulta muy contradictoria.
La presencia de Dilma en Uruguay despierta distintas opiniones: por un lado los medios de comunicación centroizquierdistas buscan resaltar la figura de la ex mandataria. La Diaria transmitirá en vivo el acto del PIT-CNT primero y después el discurso de Dilma en la sede el Frente Amplio. Para diarios como El País, fiel representante de la derecha uruguaya y la oligarquía rancia, la política pasa por alinearse con la derecha golpista brasileña y continental.
Quienes pertenecemos a La Izquierda Diario, la red global en 5 idiomas hemos denunciado el golpe institucional en Brasil sin que eso significara un apoyo político a Dilma, Lula, y el PT. Y a su vez, planteamos que para superar la crisis y frenar el avance de la derecha en Brasil es necesario organizar la movilización independiente de la clase obrera.
El problema de fondo es que en medio de unas negociaciones salariales donde el gobierno y las patronales buscan imponer techos salariales, la medida de la dirección del PIT-CNT no busca potenciar la fuerza de los trabajadores para ir por el triunfo, sino que busca esconder que quienes hoy buscan imponer las pautas de ajuste en nuestro país es el gobierno del Frente Amplio.
¿Por qué se mantuvo el Frente Amplio en el poder?
Dilma llega a Uruguay en medio de un debate abierto en el PT de Brasil sobre el devenir del proyecto estratégico del PT y la necesidad de refundarlo con bases “frenteamplistas”, incluso planteando cambiarse de nombre a “Frente Amplio”. Pero cabe preguntarse ¿Es el Frente Amplio un proyecto exitoso?
A ojos de cualquier militante petista podría concluirse rápidamente que si (ya que aún perdura en el poder). Sin embargo son muchos los factores que explican la sobrevida del FA en el régimen uruguayo. En principio, porque vivió como el resto de los gobiernos posneoliberales de la región el ciclo del viento de cola de las materias primas, lo que le permitió en su primer mandato otorgar algunas concesiones económicas que permitieron recuperar niveles de vida previos a la crisis del 2002. En segundo lugar, la estructura de la coalición que es el Frente Amplio y su mayoría parlamentaria hizo que su gobernabilidad no estuviera sujeta a alianzas con partidos burgueses tradicionales como sí lo hizo el PT llevando al gobierno al PMDB. Esto sumado a la estabilidad del sistema de partidos y el funcionamiento del Frente Amplio como el administrador del estado que en el siglo pasado fue el Partido Colorado, le dan bases menos endebles a su gobierno. Sin embargo, el proyecto de Frente Amplio también se encuentra en deriva estratégica, ya que después de una década de administrar responsablemente los negocios de los capitalistas, en épocas de crisis económica y desaceleración, este frente opta por ajustes y recortes para descargar la crisis en las espaldas del pueblo trabajador. Al igual que el gobierno de Dilma, y anteriormente de Lula, los gobiernos frenteamplistas no pudieron responder a las profundas aspiraciones de cientos de miles de trabajadores que lo apoyaron.
Los problemas estructurales se han agudizado y hoy vemos en Uruguay como prima el descontento contra las medidas cada vez más impopulares del gobierno. Y por medio esta política es que la derecha intentar volver para recuperar posiciones en el gobierno de los estados, buscando descargar la crisis de una forma más brutal sobre las espaldas de los trabajadores.