La Moneda anunció esta semana la reactivación de la discusión del TPP-11 en el Senado. Un amplio rechazo al acuerdo se ha expresado en la opinión pública cuestionando el saqueo y explotación a los recursos naturales a manos de multinacionales y transnacionales. Sin embargo, este debate demuestra un problema mayor: los límites de la Convención Constitucional.
Lunes 11 de enero de 2021
El pasado miércoles desde La Moneda se puso de discusión inmediata la iniciativa del trámite en el Senado del Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (conocido como TPP-11). Sin embargo, desde la mesa de la Cámara Alta mostraron su reticencia frente a la medida por los desacuerdos generados en la ciudadanía.
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Los límites de la Convención en los tratados de libre comercio
Hace un mes, Sebastián Piñera se reunión con el recién electo presidente de EE.UU, Joe Biden, con quien destacó la relevancia del TPP11 para nuestra región, planteando que permitirá fortalecer el sistema multilateral de comercio. Lo cierto, es que esta activación de comercio permitirá continuar con las ganancias de las grandes multinacionales y transnacionales a costa de recursos, bienes, servicios e inclusive el capital financiero desde el uso y destino de nuestros fondos de pensiones.
Es decir, el gobierno de Piñera quiere poner nuevamente en marcha este proyecto a más de un año de la rebelión popular que cuestionó la herencia de la dictadura expresada en el saqueo y abusos de las grandes empresas.
La ley 21.200 que otorga el "Acuerdo por la Paz y nueva Constitución" - pacto legitimado entre los partidos desde la derecha hasta el FA y PC- deja la puerta cerrada para las modificaciones de acuerdos internacionales con el artículo 135. Esto, claramente afecta a que este proceso se dirija hacia una Asamblea Constituyente Libre Soberana, sino más bien a un acuerdo para asegurar las ganancias empresariales bajo la democracia "a medida de lo posible", hoy desde la Convención Constitucional.
Allamand: el férreo defensor del TPP-11 impulsado por la Nueva Mayoría
Esta semana, nuevamente el ministro de relaciones exteriores, Andrés Allmand (RN), destacó la apertura al exterior en los gobiernos de la Concertación defendiendo la aprobación del Acuerdo Transpacífico. “Votar en contra es votar en contra del legado de Bachelet”, fue el twitter que encendió nuevamente los cuestionamientos hacia el trámite del TPP-11. Pero, Allamand no se equivoca, este tratado no es sólo un proyecto de los gobiernos de la Nueva Mayoría sino la continuación de todos los gobiernos que heredaron los cimientos de la dictadura de Pinochet a través de privilegios, saqueo a los recursos naturales y privatización de los servicios sociales.
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El llamado de Allamand fue respondido por sectores del Bacheletismo, argumentando las contradicciones e incoherencias del gobierno partiendo por la negativa de La Moneda en firmar el Acuerdo de Escazú. Por otro lado, desde la ex Concertación a través de los ex presidentes Frei y Lagos mostraron estar a favor del TPP-11.
No al saqueo ambiental
Este viernes, en el Valle del Elqui más de 300 personas marcharon en defensa del agua y en contra del saqueo de las industrias y mineras, problema que se agudiza con la megasequía que se extiende en el norte y centro del país.
Hay que terminar con el saqueo ambiental bajo la expropiación sin indemnización de las empresas extractivistas y nacionalizando los recursos naturales bajo control de los trabajadores y comunidades, y reconvertir la industria de acuerdo a las necesidades sociales y ambientales, y no hacia las ganancias de unos pocos. Esto además junto con la nacionalización de la banca y el monopolio estatal del comercio exterior.
