Años de desfinanciamiento de la salud pública y de negocios con las clínicas privadas dejan expuestos a los pobres ante el covid-19. Las y los trabajadores concentran los mayores contagios en hospitales, clínicas, ingenios, mineras y comercio. Sus vidas no pueden estar en manos de los dueños del país y sus gobiernos, los responsables de la decadencia nacional. Hay que preparar una salida de otra clase.
Miércoles 15 de julio de 2020 21:25
Editorial en Pateando El Tablero, 101.7 Jujuy FM
- A medida que continúan en ascenso los contagios de covid-19 en la provincia hay un dato duro que deja expuesta los resultados de la salud y la economía en manos del gobierno y los empresarios, quiero destacar entonces, el hecho que el 55% de los contagios corresponde al personal sanitario y a trabajadores de empresas esenciales.
- Las graves falencias del sistema de salud público se cobran con el resultado de los contagios del personal, el mismo que como dijimos en otras oportunidades, ha denunciado este deplorable estado de cosas. Pero también los empresarios de las clínicas privadas han dado rienda suelta a la falta de medidas de seguridad sanitaria, es el caso de una clínica privada que cerró sus puertas en plena capital jujeña antes los contagios del personal. Lejos de intervenir y decidir que esa clínica sea puesta a disponibilidad del sistema público de salud para ampliar su capacidad de atención, el gobierno ha respetado la decisión de su dueño, y más en general lo mismo ha hecho con el resto del sector de la salud privado que sigue su negocio como si nada.
- La misma actitud de “dejar hacer” a los negocios privados la tuvo respecto a los empresarios considerados la columna vertebral de la economía de Jujuy. Los mismos que se tiran la pelota con el COE, respecto de quién tiene la responsabilidad de 72 trabajadores contagiados en el proyecto minero de litio en el salar de Cauchari-Olaróz, en manos de la multinacional chino-canadiense, Exar. Así lo denuncia el gremio de UOCRA, el cual exige que el personal contagiado sea retirado del lugar y haga la cuarentena en hoteles, lo mismo, reclaman miembros de las comunidades originarias del lugar. Otro tanto, corresponde al grupo Ledesma, con contagios en distintos sectores de su complejo agroindustrial. Pese a declararse zona roja el departamento, el COE no exige a la empresa que disponga de las medidas mínimas, el testeo de personal que tuvo contacto estrecho con contagiados como en el laboratorio, mucho menos frenar sus actividades hasta hacer un testeo de todo el personal que corresponda. A esta altura conformar comisiones de seguridad e higiene contraladas por los propios trabajadores, sin dudas, sería una respuesta para evitar que sigan jugando con nuestras vidas.
- Mientras el avance del covid-19 pone en evidencia todas las falencias del COE y el propio equipo de funcionarios liderados por el Gobernador, del otro lado, el PJ apelando a un doble juego, con su Presidente respaldando a Morales y con algunos legisladores cuestionando su gestión, buscan sacar provecho intentando instalar la idea que “cualquier otro gobierno que no sea el de Morales sería mejor”. Pero, ¿por qué esto sería así? No solo hay una historia de cómo la provincia gobernada durante 32 años por el PJ tuvo una profunda transformación en desmedro de la clase trabajadora que perdió drásticamente sus condiciones de vida, mientras unos pocos ampliaron su poder económico; sino que hay un presente donde el propio presidente Alberto Fernández, viene mostrando cómo la prioridad para desandar el camino del ajuste macrista no estuvo en afectar a los bancos y a los especuladores sino a los jubilados como explicó el diputado Nicolás Del Caño en la última reunión virtual de presidente de bloque con el gobierno nacional.
- Pero hay más, el mismo Fernández encendió la polémica dentro del Frente de Todos, a partir de la foto en el acto del 9 de Julio junto al grupo de representantes de los empresarios más importantes del país (banqueros, industriales, la Sociedad Rural, el grupo Clarín, capos de la cámara de comercio y servicios, la construcción y de la Bolsa de Valores), los mismos que como indicó el economista y periodista Alfredo Zaiat el domingo en P12 han conspirado en los últimos cuarenta años contra el desarrollo nacional. Esta denuncia, la vicepresidenta Cristina Kirchner, la difundió desde su cuenta de tuiter, lo que puede resultar un tanto sorprendente, es que se trata de los mismos grupos que se llevaron con pala las ganancias durante sus dos gobiernos, tal como incluso ella misma supo afirmar. En su estudio “La restricción externa. El poder económico durante el kirchnerismo”, sus autores Alejadro Gaggero, Martín Schorr y Andrés Weiner, concluyen que “la mayoría de los grupos económicos locales que mantuvieron o incrementaron su participación en las ventas de la elite empresaria en la posconvertibilidad son los mismos que durante el decenio de 1990 se habían expandido al calor de la aplicación de reformas estructurales de cuño neoliberal”.
- A la salida de la convertibilidad dio lugar a nuevos empresarios, los mismos hicieron sus fortunas en base a las prebendas del Estado y en muchos casos terminaron con causas judiciales por corrupción (Cristóbal López, Lázaro Báez, el primo de Macri, Ángelo Calcaterra, José Cartellone –accionista de Gasnor-, entre otros del selecto grupo). Lo más llamativo de Zaiat es que finaliza proponiendo “ampliar la base social de la alianza con el sector privado, incluyendo a Pymes, cooperativas, empresas de la economía popular, etc.”, o sea, integrar desde el Estado al capital de menor tamaño con los dueños del país. Algo que en los hechos, de una u otra manera, existe y es el capitalismo realmente existente. Para el caso de Jujuy, bajo gobiernos justicialistas, Ledesma, el grupo empresario de mayor porte, tuvo en su titular Carlos P. Blaquier al autor de poemas dedicados a Cristina, expresando su enamoramiento a partir de los negocios que supo hacer durante sus mandatos, uno de ellos, el biotenaol.
- Es este poder económico ante el cual los partidos tradicionales, sea el radicalismo o el justicialismo, han gobernado y lo seguirán haciendo, tal como vemos incluso en sectores del propio gobierno y del PJ que se ubican como socios menores de los grandes empresarios de la provincia, mientras amplían sus negocios desde el Estado. Frente a todo esto, hay una batalla ideológica y política por delante dado que el empresariado realmente existente, es el que no solo facilitó el golpe de Estado de 1976 como le recordó Hebe de Bonafini en una carta al Presidente; sino que luego junto con los gobiernos decidieron entregar Altos Hornos Zapla, el cierre de los ferrocarriles y el remate del resto de las empresas del Estado, como dejar correr el desmantelamiento de los hospitales a favor de la salud privada, o más recientemente, el desguace del ingenio La Esperanza. Por el contrario, el futuro de la pospandemia, solo puede empezar a ganarse si damos una pelea por construir una salida de otra clase, y esto no puede ser de la mano de los grandes empresarios y especuladores, por el contrario hay que contar con un programa que afecte los intereses de los poderosos y para ello, necesitamos poner en pie una fuerza política propia de las y los trabajadores, la juventud, las mujeres y pueblo originarios para desafiar a los que históricamente nos han llevado a esta decadencia. Que no te vendan humo, la pelea por el futuro de las mayorías, solo puede estar en nuestras manos.
Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.