El escritor sudafricano analiza la obra del autor mendocino en la prestigiosa revista neoyorquina The New York Review of Books.
Jueves 5 de enero de 2017 17:11
En el 2016 se cumplieron 30 años de la muerte del escritor mendocino Antonio Di Benedetto (1922-1986), 40 de su secuestro por parte de la dictadura de 1976 y 60 de la primera edición de su gran novela “Zama”.
Con motivo de estos acontecimientos sus textos fueron ampliamente revisitados y The New York Review of Books anunció el año pasado la edición, por primera vez al inglés, de su novela cumbre.
Por estos días, como parte del reconocimiento, el sudafricano J. M.Coetzee, uno de los escritores contemporáneos más reconocidos en la literatura de habla inglesa, publicó un extenso artículo titulado “Un gran escritor que hay que leer”.
Allí se detiene en un análisis pormenorizado de Zama (1956), pero también de obras como "El silenciero", y pone en juego la ficción junto a momentos claves en la vida de Di Benedetto.
Zama, una gran novela que hay que leer
El artículo teje junto a una detallada descripción de la novela, un análisis inteligente del significado intrínseco e histórico de esta gran obra que relata la expectativa, la espera del funcionario de la corona española Don Diego de Zama por un destino mejor que lo lleve al centro del virreinato; Buenos Aires.
Coetzee traza a partir de allí, elaborando una reflexión de orden estético, filósofico e histórico las líneas de significación de esta novela y su lugar en relación con la literatura europea y latinoamericana: "no es sorprendente que la esperanza frustrada sea uno de los grandes temas subterráneos de la literatura argentina (...) Zama... está dedicado a "las víctimas de la expectativa".
La crítica habitual ubicó a Zama, y a su personaje de “actitud indómita y ciertamente amoral (…) hacia sus propios impulsos violentos” en sintonía con el personaje Meursault de L’Étranger de Albert Camus. Coetzee, sin embargo, corre el eje respecto a esta apreciación advirtiendo que “no es útil”
Para el premio Nobel la configuración histórica y cultural de Zama “es latinoamericana, no francesa”. Para él, más importante que Camus, Borges ejerció una influencia decisiva.
Recordemos que respecto a la existencia de una tradición literaria propia Borges decía: "nuestra tradición es toda la cultura occidental... nuestro patrimonio es el universo".
El cosmopolitismo siempre fue una impronta en la literatura argentina, y el escritor de El Aleph su máximo exponente en estas tierras. Pero también, no es menos cierto, como bien advierte Coetzee, que en Argentina siempre existió una tensión entre esta tendencia representada por Buenos Aires, como cabeza macrocefálica cultural y política, y el regionalismo del interior del país. A su vez esta dicotomía también se traslada a la oposición Europa-Latinoamerica
Di Benedetto se alejó del centro cultural, político, económico, de la ciudad que miraba a Europa, y por eso permaneció en la provincia de Mendoza. Pero esto no hizo de él un autor regionalista.
Junto a su simpatía por el interior (por los espacios de silencio por ejemplo) abrió el juego de su pensamiento, su formación y sus concepciones estéticas a los maestros modernos de la literatura y el pensamiento occidental como Joyce, Faulkner, Freud, Kafka, Pirandello, los existencialistas franceses, la literatura del absurdo representada por Ionesco.
Otra cuestión que lo ligaba a Borges fue lo fantástico desplegado sobre los temas característicos de la literatura regional, cuestión que Coetzee marca como distinción de la segunda parte de Zama.
Coetzee lee también en la literatura de Di Benedetto ese espítitu kafkiano descrito por Borges “el único horror de la pesadilla de Kafka es que sabemos (…) que lo que estamos sufriendo no es real, sino que, bajo el asalto del proceso alucinatorio, (es algo de lo que) no podemos escapar”.
Un aspecto importante de la modernidad de Di Benedetto, un escritor que, como claramente se vislumbra en Zama, toma motivos latinoamericanos, pero sin caer en el pintorequismo descriptivo o en el realismo regionalista, es el cine.
Coetzee rescata que la Mendoza de posguerra fue "un centro considerable de cultura cinematográfica". La influencia del cine, de la lógica narrativa propia de este arte en la literatura del escritor mendocino, de ritmo ágil y estructura fragmentaria, fue central para la conformación de una prosa al estilo de los escritores del nouveau roman como Samuel Beckett, Margarite Yourcenar o Alain Robbe-Grillet.
El escritor, su vida y su obra
Junto a la extensa reseña de Zama, Coetzee marca algunos momentos claves en la vida del autor y su relación con la literatura
Cuando se habla de la vida de Antonio Di Benedetto no se puede omitir su secuestro a manos de los militares el mismo día del golpe, el 24 de marzo de 1976.
"Aunque Di Benedetto nunca escribió directamente sobre su experiencia en la cárcel, prefirió practicar lo que llamó la terapia del olvido (...) los reclusos, la mayoría de ellos más jóvenes que él, recordaron que parecía desconcertado por el brutal régimen penitenciario", señala Coetzee
La prisión y el exilio le quitaron la energía creativa y esto fue irrecuperable. "Comenzó a morir ... el día de su detención"
No obstabte, el escritor sudafricano rescata que durante su exilio en España, Di Benedetto publicó dos colecciones de ficción corta, Absurdos (1978) y Cuentos de exilio (1983).
"Algunas de las piezas de Absurdos habían sido escritas en la cárcel y sacadas de contrabando. El tema recurrente de estas historias tardías es la culpa y el castigo, generalmente el auto-castigo, a menudo por una transgresión que uno no puede recordar"
Como los personajes de Kafka "Di Benedetto experimentó el exilio no sólo como una ausencia forzada de su patria, sino como una sentencia profundamente interiorizada que de alguna manera se había pronunciado sobre él"
Coetzee traza, sin decirlo, una metáfora con Zama. En la novela el héroe termina "mutilado, incapaz de escribir, esperando en efecto por la llegada del hombre que un siglo y medio después contará su historia”. Así también terminará Di Benedetto sus días desde la salida de la cárcel, en el exilio y a su regreso en 1984, con las secuelas
de la tortura en su cuerpo y "sin la energía para escribir".
Al finalizar Coetzee anticipa que también prontamente Archipelago Bookse editará en inglés una selección de la ficción corta de Di Benedetto, en traducciones de Adrian West y Martina Broner.
Coetzee tampoco se priva de recomendar a los editores anglosajones que editen El silenciero (1964), la historia de un hombre que está tratando de escribir y cuya obsesión por el ruido lo consume hasta volverlo loco.
Esta novela "va más allá de Zama en su uso de la lógica asociativa del sueño y la fantasía para impulsar su narrativa" Es también para Coetzee, parafraseando el presente título, "otra gran obra que hay que leer".
Julián Emerott
Nació en Villa María, provincia de Córdoba, en 1982. Es Licenciado en Letras Modernas por la Universidad Nacional de Córdoba. Fue co-realizador de los documentales Preguntas a un obrero que lee (2015) e Impresiones obreras (2019).