Tras su primer fracaso de ser trasladada a Madrid por la rebelión chilena de octubre, la COP25 no cumplió las expectativas que el mismo gobierno prometió. Calificada como "un fracaso", "insuficiente", "de retroceso", esta cumbre muestra que es utópico pensar que mediante estas instancias se terminará con la depredación ambiental que el modelo capitalista ha impuesto sobre el planeta y sus habitantes y que requerimos una salida verdaderamente revolucionaria para revertir esta destrucción en marcha.
Lunes 16 de diciembre de 2019
Tras postergarse el cierre de la cumbre que inició el 2 de diciembre, esta culminó con críticas desde distintos organismos y personalidades medioambientales. Se apunta a la presidencia del evento, el Gobierno de Chile, de presentar un documento totalmente insuficiente y falto de lo que ellos llama, "ambición climática".
Calificado como "un tremendo fracaso" por parte de Fridays for Future la cumbre no quedó exenta de muchísimas críticas, incluso la plenaria manifestó su rechazo a las propuestas de la presidencia chilena,indicando que “quedó corto ante lo que exige la ciencia” e incluso que representa un retroceso al Acuerdo de París de 2015.
Sebastián Piñera ya había propuesto, en la Cumbre del Clima de Nueva York, la Alianza por la Ambición Climática donde 121 países, 398 ciudades, 786 empresas y 16 inversores con activos por 4 trillones de dólares, se comprometieron con la carbono neutralidad al año 2050. Y justamente las limitaciones de estas convenciones entre corporaciones, ONGs y representantes de Estados se evidencian ante una de las principales debilidades de la COP25 liderada por la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt: no se logró un Acuerdo con respecto a la regulación del mercado de bonos de carbono, que permita incentivar la acción por parte del sector privado, contenido en el artículo 6 de Acuerdo de París.
. Por este fracaso es que la ministra será citada al Congreso para rendir cuentas del fiasco ocurrido en Madrid.
Es más, los acuerdos en esta materia fueron postergados para la COP26.
También el secretario general de la ONU, Antonio Gutierres y el Grupo de Países Menos Desarrollados manifestaron su "decepción" por el cómo terminó la cumbre, ya que no se resolvieron las cuestiones claves. Mismo sentir que tuvo el, ya que consideran que no se resolvieron "cuestiones claves". “El nulo alcance que han adquirido las negociaciones lideradas por Chile, muestran que la presidencia no sólo no ha entregado directrices para lograr ambición, sino que abrió la puerta para que el lobby de los combustibles fósiles y empresas contaminantes se tomaran los acuerdos”, manifestó Estefanía González, coordinadora de Campañas de Greenpeace Andino.
Así mientras el resto del mundo sigue sufriendo las consecuencias que la dinámica de producción capitalista, los recursos naturales siguen siendo explotados a destajo, especialmente de los sectores de la energía, agrícola, ganadería, etc. Arrastran de esta forma a la miseria de la humanidad, de su salud y sus necesidades así como al agotamiento de aguas, suelos y acentuando el cambio climático. Esto sin tomar en cuenta el tiempo requerido para la producción y regeneración natural de los recursos
Ante la insuficiencia de estas convenciones pomposas, pero infructíferas dado por una utópica esperanza en la conciliación de los intereses del gran empresariado internacional y los Estados capitalistas con el medio ambiente mediante cumbres diplomáticas; el rol de quienes queremos realmente cambiar las condiciones de vida de la humanidad y el planeta, es la movilización y la organización de la clase trabajadora por un cambio de sistema económico basado en una planificación racional de la producción y los recursos naturales, sin ninguna confianza en quienes desde que surgió el capitalismo no han hecho más que profundizar con el neoliberalismo la agonía del planeta y a costa de la explotación de millones que trabajan en estas áreas de la producción.
Ante la incapacidad de sectores que buscan maquillar el efecto del capitalismo sobre la naturaleza, como el "capitalismo verde" desde el PTR creemos que para resolver la profunda crisis climática debemos partir por luchar por medidas básicas como la expropiación a los grandes terratenientes, de la industria energética o la nacionalización y reconversión tecnológica sin indemnización y bajo control obrero todas las empresas de transporte, pero estas batallas debemos ponerlas en la persepectiva de acabar con el capitalismo, para que la batalla contra el cambio climático esté en manos de las grandes mayorías, por un gobierno de las y los trabajadores, que se proponga una completa reorganización racional y ecológica de la producción, la distribución y el consumo.
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