En una semana se duplicó el número de contagios y fallecidos, registra actualmente 216 casos de Coronavirus. La rebeldía del intendente para beneficiar a los empresarios locales está puesta a prueba. Mientras quienes sufren las consecuencias son las y los trabajadores: en salud representan el 10% de los casos positivos.
Martes 15 de septiembre de 2020 15:07
«El» intendente Miguél Ángel Lunghi(UCR- Juntos por el Cambio) decidió rebelarse ante el Gobierno provincial y nacional para establecer un sistema propio de fases, el conocido “nuevo sistema semáforo”: el municipio de Tandil decide y organiza las diferentes actividades en el marco de la Pandemia siguiendo, en vez de fases, colores que permiten una mayor o una menor flexibilidad del aislamiento.
En palabras del intendente, la ciudad de Tandil necesitaba un nuevo sistema que esté “adaptado a la realidad local”. Naturalmente la realidad de la que habla el intendente es la que se ajusta a los intereses y necesidades de los empresarios locales. Por eso el Municipio se dio a si mismo el poder de determinar qué industrias y grandes comercios no esenciales podrán mantenerse en funcionamiento como lo han hecho hasta ahora, aunque la curva de contagios de la localidad no pare de crecer. Pone en riesgo a miles de trabajadores que de no asistir a sus tareas laborales serán sancionados, suspendidos o despedidos.
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— Municipio de Tandil ADN (@GobiernoTandil) September 15, 2020
Trabajadores y trabajadoras de salud representan el 10% de los contagiados
Un número que no aparece en ningún lado, y mucho menos en los datos oficiales, es la cantidad de trabajadores y trabajadoras que se han contagiado, en particular quienes son parte de “los esenciales” por trabajar en el sistema de salud, los que se encuentran en la primera línea de batalla contra la pandemia.
En Tandil, el número de contagios entre trabajadores y trabajadoras de la salud llega al 10 por ciento en relación a los contagios totales. Ante esta situación, las autoridades Municipales responden que culpa es de los propios trabajadores: “el problema son las reuniones sociales“, “el problema es que la gente no se cuida”. Una y otra vez buscan responsabilizar a quienes sostienen el sistema sanitario para esconder las causas profundas que explican no solo el salto en los contagios locales, sino además que entre sus principales afectados estén los propios trabajadores del Hospital Ramón Santamarina, Sanatorio Tandil y Clínica Chacabuco.
Desde el Hospital Ramón Santamarina, los trabajadores aseguran que ya son cinco los casos de Covid-19 positivo. Que mientras por los pasillos les recomiendan que se cuiden son ellos mismos quienes tienen que comprarse máscaras de protección, ya que las que les entregan son se pésima calidad.
Situación similar a la que se da en el Sanatorio Tandil y con un preocupante salto en la situación de los trabajadores y trabajadoras de la Clínica Chacabuco, donde ya son 20 trabajadores contagiados. Entre ellos los enfermeros y enfermeras son quienes más sufren los contagios.
Son esenciales pero con sueldos de miseria
En la Clínica Chacabuco sus trabajadores denuncian que cobraron el último aguinaldo en cuotas, mientras que los sueldos no siempre se pagan a término. Hubo trabajadores que fueron a hisoparse por tener síntomas pero tuvieron que volver inmediatamente a trabajar porque de lo contrario perdían el presentismo; días después se enteraron en sus lugares de trabajo que el resultado era positivo.
Lo mismo les pasó a quienes se tuvieron que aislar, ya que de lo contrario ponían en riesgo a sus colegas y pacientes: los descuentos salariales fueron la variable de presión y ajuste con la que los directivos de la Clínica Chacabuco exponían a sus trabajadores. Se sabe también que desde la dirección de la Clínica trasladaron de un sector a otro a enfermeros que estaban cumpliendo una función para abocarlas al cuidado de pacientes contagiados con Covid-19 y luego a atender a pacientes no contagiados. Son manejos que rompen con el protocolo ante la pandemia para evitar contratar el personal necesario.
Sin embargo, la directora médica de la clínica declaró en medios locales que la responsabilidad era de los mismos trabajadores, los enfermeros salieron a responder: estamos al borde del colapso.
En medio de una pandemia es una cuestión fundamental que se incorpore el personal necesario para cubrir los servicios, que se paguen las horas extras en blanco y al valor que corresponde y que los trabajadores puedan contar con licencia si pertenecen al grupo de riesgo sin sufrir ningún tipo de descuento. El presupuesto provincial tiene que tener en el centro al sistema de salud. Los trabajadores esenciales necesitan contar con todos los elementos de prevención y protección por que sus vidas valen mucho más que las ganancias de quienes buscan transformar a la salud en un negocio.