La agenda mediática y política de la semana disputada entre el oficialismo y la oposición de derecha estuvo marcada por temas usados para atacarse entre sí pero que tienen el denominador común de evitar hablar de la situación económica y los grandes problemas que aquejan a las mayorías. Ahí parece haber más coincidencias que diferencias. La Izquierda propone un camino radicalmente distinto.
Osvaldo Vera @eslou._
Viernes 27 de agosto de 2021 22:03
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Por tercera semana consecutiva el tema de los festejos por parte de los funcionarios, tanto oficialistas como opositores, estuvo presente en las portadas de los diarios y el espacio en los programas televisivos. Un doble discurso y moral a ambos lados de la grieta: lo que unos prohibían a las mayorías trabajadoras del país en el peor momento de la pandemia, luego lo hacían, mientras que quienes denuncian esos privilegios desde Juntos por el Cambio, también aparecieron “escrachados” en videos haciendo lo mismo. Es que a pesar del fuego cruzado entre el Gobierno y la oposición derechista, los funcionarios de ambos espacios políticos pertenecen al mismo funcionariado político que cumple el rol de representar los intereses de los dueños el país, más allá de los matices en las formas y los tiempos.
A falta de temática, que no casualmente no suelen ser los verdaderos problemas que tiene la gente de a pie, el jueves los medios opositores levantaron un video que se hizo viral en las redes sociales, en la que una docente discutía política con un estudiante. Yendo más allá de la forma o del método pedagógico que pueda debatirse alrededor de ese hecho, éste le vino como anillo al dedo a las corporaciones mediáticas afines a la oposición derechista, para denunciar “adoctrinamiento” y levantar una poco creíble preocupación (teniendo en cuenta de quién viene) por las ideas de los pibes. En el fondo, lo que en realidad preocupa a los sectores más reaccionarios del país es la discusión política en las aulas, como cuando impedían a docentes nombrar el caso de desaparición forzada de Santiago Maldonado, a lo que rotulaban también como “adoctrinamiento”.
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Por parte del Gobierno se oyeron voces contrapuestas en torno al tema. Mientras que el ministro de educación Nicolás Trotta salió ante los medios a diferenciarse de la docente y dejar en claro la aplicación de una sanción, el presidente Alberto Fernández señaló: “que haya tenido ese debate es formidable porque le abre la cabeza a los alumnos”. Lo cierto es que ninguna cuestión pedagógica puede verse por fuera de las condiciones materiales en que trabajan las y los docentes, y en eso la responsabilidad tanto del peronismo como de la derecha son innegables.
El caso de la muerte de Rubén y Sandra por la explosión de una garrafa en una escuela de Moreno, en el año 2018, es la triste prueba del desprecio que Juntos por el Cambio tiene por la educación pública. Pero las críticas del gobierno nacional hacia ese espacio carecen de seriedad cuando se ve que éste mantiene los salarios docentes por debajo de la Canasta Básica y la precarización, mientras no avanzó en el año y medio que va de pandemia en mejorar las pésimas condiciones estructurales que arrastran desde hace décadas las escuelas públicas.
Estos cruces lanzados entre oficialismo y oposición terminan volviéndose en su contra como un búmeran, porque en última instancia ambos representan los intereses de los poderosos a costa del deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías. Para muestra basta nombrar el acuerdo con el FMI que los dos espacios pactaron llevar adelante, el cual implicará un brutal recorte en los ingresos de la población trabajadora, que irán a parar a las cuentas bancarias de los especuladores financieros.
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En la misma semana en que el Frente de Todos y Juntos por el cambio se peleaban por cuestiones secundarias para la mayoría de la población, desde la derecha mas reaccionaria se dio un ataque contra la dirigente del Frente de Izquierda Unidad y pre candidata a diputada nacional, Myriam Bregman. Fue de parte del abogado derechista Alejandro Fargosi a quien en el contexto de una fake news llamó a Bregman “militante judía del Frente de Izquierda”. Estos dichos generaron un fuerte repudio en un amplio arco político y de personalidades tanto de la política como de la cultura, así como de organizaciones sociales y sindicatos. Pero como ella misma explicó, el ataque no fue solamente contra su persona, sino contra las peleas y convicciones que representa: la pelea por los derechos de las mujeres, la lucha contra la impunidad y los genocidas, el apoyo a las luchas de trabajadores y trabajadoras y las defensa del medioambiente, entre algunas de ellas.
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Son estas ideas y peleas las que parecen poner nerviosos a la derecha y a quienes pretenden mantener el status quo donde una minoría se sigue llenando los bolsillos a costa del hundimiento en la miseria de la mayoría. Cuestiones que son excluidas de los debates “de grieta” entre el Gobierno y la oposición que parecen tener como objetivo principal el distraer a la “opinión pública” más que cualquier otra cosa. Para abordarlos y avanzar en conquistar esos derechos y demandas es necesario canalizar la bronca y descontento actual con este gobierno para que no sea capitalizado por la derecha reaccionaria e ir por la perspectiva de un país al servicio de las necesidades de las mayorías trabajadoras y populares.
Osvaldo Vera
Integrante de Agrupación Marrón de Coca Cola-Femsa