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Red Internacional
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Cultura. El tango y sus discursos de género

Al igual que en muchos ámbitos, en el tango comienza a cuestionarse el rol que asumen los géneros que intervienen y la equidad entre ellos.

Domingo 28 de agosto de 2016

Nuevos discursos expresivos, comienzan a aparecer en los cuales las mujeres ya no ocupan el rol pasivo en el abrazo característico del tango, y las parejas no necesariamente son heterosexuales.

Basta hacer una pregunta tan fácil de responder como ¿qué es el tango? para comprender la desigualdad de género que se plantea en este baile.
Sin dudar, hace sólo diez años atrás la respuesta hubiese sido: “es un baile en el que el hombre marca, y la mujer se deja llevar”. Hoy en día, como consecuencia del enorme avance que hemos dado las mujeres en nuestras reivindicaciones, sobre todo después del NiUnaMenos, esta definición queda bastante fuera de contexto.

En algunos espacios que abren paso a nuevas generaciones, aparece una reformulación proponiéndose como un baile interpretado por dos personas mediante un abrazo, en el cual ambos bailarines (del género o identidad sexual que sea) toman decisiones y son activos en la construcción del discurso expresivo.

Parece un insignificante cambio de palabras, pero no lo es. El cambio en la práctica es integral a los cuerpos y cómo éstos se relacionan. En primer lugar, es interpretado, con toda la actividad subjetiva que implica, por dos personas independientemente de su identidad de género. Este lugar del varón indicando arbitrariamente mediante “la marca” qué hacer a la mujer -quien históricamente adoptaba un rol pasivo-, se correspondía con un contexto histórico en el cual encontraba su correlato.

El tango y su contexto de construcción

El tango, en tanto expresión popular, no puede pensarse de manera escindida de la realidad política, cultural y económica de la época que las enmarca. En consecuencia, desde el tango que se bailaba en el arrabal y conventillos de fin de siglo XIX, hasta su resurgimiento con la vuelta de la democracia y restauración burguesa en los años ‘80, no solo se pudo observar su paso de la clandestinidad a salones formales sino que está signado por el incremento de la feminización de la fuerza laboral. Pero el derecho al trabajo para las mujeres, vino de la mano de miles de formas de opresión que van desde la remuneración menor a igual puesto de trabajo que la de los varones, hasta distintos tipos y niveles de acoso e incluso abusos sexuales.

Sin embargo, las condiciones de desigualdad en el que se desarrolla el trabajo femenino, lejos de constituir a las mujeres en meras “víctimas”, ha generado un amplio protagonismo de las mujeres trabajadoras en conflictos y procesos de lucha que, aunque sabemos que todavía quedan desafíos muy importantes por delante como conquistar el derecho al aborto, en los últimos años ha quedado plasmado el potencial de las mujeres cuando se organizan y se movilizan. Así quedó demostrado cuando las movilizaciones para exigirle al gobierno y al poder judicial tucumanos la libertad para Belén, dieron como resultado que se deje sin efecto la prisión preventiva que pesaba sobre la joven.

En consonancia se plantea esta reformulación en el ámbito del tango, en tanto práctica disruptiva, en un contexto en que las mujeres vienen demostrando la capacidad de lucha en las calles para terminar con las distintas formas de opresión y violencia porque no queremos seguir contando de a miles las muertas por abortos clandestinos, por femicidios, o desaparecidas en redes de trata.

Por éso, estas prácticas disruptivas de esos discursos ya vetustos, resultan interesantes como puntapié inicial para ir más allá de la mera crítica y se exprese en acciones concretas hacia un camino de lucha por la emancipación de las mujeres que, claramente, trasciende a los roles que intervienen en el baile del Tango.

Desde Pan y Rosas, en el Frente de Izquierda, peleamos en los lugares de estudio, de trabajo y en todos los ámbitos en que podemos intervenir para arrancarle a los distintos gobiernos, actuales y anteriores también, nuestros derechos por los que han dejado claramente demostrado que nada harán. Te invitamos a viajar con nosotras al Encuentro Nacional de Mujeres que se realizará en Rosario en Octubre.